10 - I

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Eran cerca de las tres de la mañana del día sábado cuando Jimin despierta, todo sudado y con la urgencia de vomitar.

Se echó a correr al baño, sin siquiera prender la luz, cayendo de rodillas al suelo de baldosas, sin importarle el dolor que punzó en sus huesos debido al fuerte impacto con la cerámica.

El impulso de su cuerpo fue tan brusco que en menos de un segundo comenzó a devolver todo el contenido de su estómago. Los espasmos le hacían doler las costillas y su cabeza punzaba tan fuerte que hasta tenía miedo de reventarla o que le sucediera algo bien al estilo gore.

No supo cuánto estuvo ahí, pero entre sus arcadas, alguien prendió la luz, sin embargo, no tuvo tiempo de percatarse porque por su esófago aún subía el contenido de la bilis, incitándolo a devolver todo.

—V-vete... —Fue lo único que atinó a decir, con demasiada dificultad cuando respiró agitado. No quería que nadie lo viera en ese estado. Tan deprimente, tan débil.

—Jimin...

Identificó la voz al instante, sintiendo el bochorno subir por sus mejillas y la vergüenza acompañarle en cada pensamiento donde se preguntaba "¿Por qué a mí?"

—V-vete, hyung... vete... por fa- ugh... —No alcanzó a terminar la frase cuando sintió otra regurgitación subir por su garganta, haciendo que automáticamente apoyara las manos en las orillas de la taza para impulsarse y expulsar el contenido.

Las lágrimas salieron sin control esta vez, debido al sobreesfuerzo que se imponía, lanzando un pequeño sollozo luego, porque realmente no le gustaba para nada esto. Tampoco le gustaba que Yoongi esté ahí de pie presenciando todo, llamando a su nombre con una dulzura que no hacía más que desear poder acunarse en sus brazos y llorar quejándose que no le gustaba esto.

—¿Qué es Jimin? ¿estás bien? ¿Son por tus medicamentos? —Asintió a cada pregunta de Yoongi con un ligero movimiento de cabeza. Nuevas lágrimas corrieron por sus brillantes y rojas mejillas cuando siguió haciendo arcadas. Definitivamente la vida le odiaba, ¿cuán deprimente debe ser esta situación? Incluso quería dejar su cabeza escondida ahí en el retrete porque se moría de vergüenza que Yoongi vea su rostro así, demacrado. Deseaba mil veces que sea Namjoon o Taehyung el que estuviera ahí, diciéndole cosas reconfortantes o exagerando todo a una escala mucho mayor.

Yoongi apretó fuertemente la mandíbula al ver su cabeza asentir. Tenía rabia de que esos medicamentos más que ayudarle, parecían dañarlo. Primero fue su mano que temblaba y ahora esto. Estaba más que convencido de que si esas pastillas fueran en realidad personas, ya las hubiera amenazado de muerte o demandado por causarles tantas negativas a alguien como Jimin, quién, a su parecer, no se merecía nada de eso.

El menor siguió moviendo su cuerpo en espasmos y llenando el vacío silencioso con quejidos que hacían sentir pésimo a Yoongi. Demasiado preocupado como para quedarse ahí simplemente viendo y no hacer nada. Lo primero que nació de él fue ponerse en cuclillas por detrás y masajear con una mano la espalda de Jimin, en un movimiento paulatino que iba desde sus cervicales hasta terminar en las lumbares, acabando en su espalda baja. Buscando reconfortarlo y relajarlo.

HEARTBEAT #1; yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora