Capítulo 8: Sueños Hechos Realidad.

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El sol iba subiendo poco a poco, el calor comenzaba a hacerse presente aquella mañana y el avión aún no llegaba.

Héctor caminaba inquieto por toda la cocina, él sabía que la policía podía llegar allí en cualquier momento para seguir investigando la "Desaparición de Charlie Dis", que ahora estaba muerto.

Charlie...

El pelinegro se detuvo abruptamente y mordisqueó su labio inferior con nerviosismo. Casi sin darse cuenta, se dirigió a la puerta que daba con el patio y tomó el picaporte.

Quizás era una tontería, pero se sentía muy culpable por la muerte de su amigo, bueno, últimamente muchas cosas le dejaban un cargo de conciencia que sufría en silencio. Jamás admitiría delante de sus compañeros que cada persona que mataba era una mancha a su alma.

Se alejó de la puerta y cubrió su rostro con sus manos.

Empezó a inhalar y exhalar lentamente.

Unos brazos le rodearon el torso por atrás, se relajó al instante, era increíble como un simple abrazo podía calmar tantas cosas. Se volteó y sonrió al ver a Laura ahí, con él. Ella estaba allí para animarlo y hacerle sentir mejor consigo mismo.

Sólo la miraba en silencio, no había nada que sus ojos no pudieran expresar.

La castaña se acercó algo titubeante, lo besó suavemente en los labios y luego se alejó unos centímetros con las mejillas de color carmesí.

-Me encanta que te sonrojes –Murmuró Héctor y la tomó de la cintura-

La puerta de la cocina se abrió bruscamente, Mariano entró corriendo agitado e intentando regular su respiración dijo:

-Ya llegó el avión.

-Bien –Respondió el pelinegro- Ve y avísale a los demás, los esperamos afuera.

El colombiano asintió y salió de la cocina en dirección a la sala.

-Vamos –Héctor llevó a Laura al patio-

**

Todos se subieron al avión en silencio, se dirigían a un nuevo destino buscando una mejor vida.

El pelinegro abrazó a la castaña cuando se abrocharon los cinturones, ella bostezó y se recostó en su hombro.

-Duerme –Susurró él dándole un beso en la cabeza- Será un viaje largo...

Laura cerró los ojos y se relajó, pronto, su respiración era acompasada y tranquila.

Héctor miró a los costados, sus compañeros iban conversando muy entretenidos. Volvió la vista al frente y sus párpados luchaban por mantenerse abiertos, finalmente, perdió la batalla y se quedó dormido.

**

Laura se despertó al sentir una provocadora caricia en el muslo izquierdo, fijó sus ojos en pelinegro, quien le devolvió la mirada sonriendo inocentemente.

Miró a su alrededor, no estaban en el avión. Se encontraban en una habitación lujosa, parecía de hotel.

Frunció el ceño y se sentó en la cama... Un momento, una cama. Se estremeció cuando Héctor le recorrió la línea de la columna con sus dedos, sólo entonces fue consciente de que ambos no llevaban nada de ropa puesta.

Se sonrojó furiosamente y se apartó rápidamente del pelinegro, se paró a los pies de lecho y él no dejaba de sonreír con calma. La inquietaba en cierto modo.

~Sueños, Sangre Y Pasión~ #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora