Capítulo 25: Que Comience El Juego.

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Héctor cargó en sus brazos a Derek, corrió con él hasta la puerta principal y la abrió cómo pudo.

-¡Walter, Mariano! –Gritó y su voz hizo eco dentro de la casa- ¡Todos, vengan aquí!

Alessandro fue el primero en salir de la cocina, soltó una maldición y se acercó rápidamente.

-¿Lo dejamos en el sofá? –Preguntó al pelinegro-

-Sí –Lo acostó suavemente y le puso una almohada debajo de la cabeza- Necesito que traigas agua, toallas, alcohol y vendas.

-Enseguida –Se dirigió a las escaleras y comenzó a subir los escalones de dos en dos-

-¿Por qué tanto alboroto? –Preguntó Walter, detrás de él venían; Mariano, Guido y Laura- Por Deus –Soltó al ver a Derek cubierto de sangre e inconsciente-

-Mira cómo lo dejaron –Dijo el colombiano entre dientes- Malditos, les llenaré a cada uno la cabeza con balas.

La castaña miraba la escena desde lejos, estaba impactada, se llevó una mano al pecho, su corazón parecía que iba a salirse, luego se acarició el vientre y procuró tranquilizarse.

Ale regresó con todas las cosas que le pidió Héctor, de la cocina el brasileño trajo una olla llena de agua y con las toallas comenzaron a limpiarle el rostro y el cuello al chico.

Cuándo terminaron, se podían ver algunos cortes y moretones.

Laura miró la camisa celeste del pelinegro, la sangre había oscurecido la manga derecha y parte del frente.

-¿Lo despertamos? –Interrogó Guido con la botella de alcohol entre sus manos-

-No, dejémoslo descansar –Héctor se puso de pie- Si reacciona a la noche nos contará qué fue lo que ocurrió.

-¿Vamos a dejarlo aquí? –Ale dejó las toallas ensangrentadas dentro de la olla con agua-

-No, no, llévalo a su cuarto –El pelinegro tomó la bolsa de vendas-

-¿Yo? –Se señaló el chico de rulos y un rubor cubrió sus mejillas-

-Sí, tú –Respondió Walter- Anda.

Alessandro tragó saliva y miró a Derek. Laura frunció el ceño, ¿Por qué se sentía tan avergonzado? Héctor había traído al chico sin problemas.

-Está bien, lo haré –Cargó al chico inconsciente en sus brazos y fue hacia las escaleras para comenzar a subir a las habitaciones-

El pelinegro suspiró y se sentó, Laura fue a su lado.

-¿Cuándo será el día que podamos vivir en paz? –Preguntó sin mirarla-

Ella no supo qué responder, sólo lo abrazó y él se dejó.

**

Alessandro había arrastrado un sillón que se encontraba junto a la ventana y lo colocó frente a la cama de Derek, quién dormía plácidamente, el rulos miró su reloj de pulsera, casi las 14:00 p.m. Sus ojos se cerraron por unos cinco segundos, la noche anterior no concilió el sueño por jugar cartas con Guido. Se acomodó en su asiento, quizás podría tomarse una corta siesta.

No tuvo que esperar mucho para sentir cómo el sueño se apoderaba de él.

**

Laura le propuso a Héctor preparar una limonada y salir al patio trasero, sonaba tentadora la idea de sentarse en las reposeras ubicadas frente a la piscina y conversar tranquilamente.

~Sueños, Sangre Y Pasión~ #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora