Capítulo 13: Tormento, Y Más Tormento.

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Héctor se escondió detrás de uno de los grandes pilares que sostenían el enorme puente que se encontraba sobre su cabeza, sentía el corazón desbocado y no podía recuperar el aliento después de tanto correr, además de que el pasamontañas lo estaba ahogando.

La niña amordazada que llevaba consigo se retorció intentando escapar, sus ojitos se veían cargados de miedo y rojos de tanto llorar.

-Quieta –La apretó más contra sí- Muy pronto estarás de nuevo con tu familia, pero ahora ni te muevas–Le dijo con los dientes apretados-

Oyó pasos que se acercaban y una mano se posó sobre su hombro dándole el susto de su vida.

-Soy yo –Reconoció la voz de Mariano- ¿Qué hacemos Héctor? La policía está por todos lados y perdí a Walter, no sé dónde se metió, él tiene al otro niño.

-Maldición –Respiró hondo intentando calmarse- Bien, esperemos a que la ley llegue hasta aquí, le pediremos el dinero y veremos si los podemos matar a todos.

-¿Y estos niños? –Señaló a los pequeños que cada uno cargaba-

-Los dejaremos aquí, me importa muy poco si los encuentran o no.

-¡Las manos en alto! –Gritó un uniformado acompañado de refuerzos-

-Que empiece la fiesta –Mariano dejó en el suelo al chiquillo maniatado y apuntó con el rifle hacia el policía- ¡Queremos el dinero!

-¡Primero déjennos ver que tienen con vida a los niños!

-¡Aquí está uno! –El brasileño apareció detrás de un arbusto y soltó al pelirrojo que salió corriendo en dirección al patrullero- ¡Un niño ya está con ustedes, ahora el dinero! –Se puso en posición para disparar- ¡Vamos!

La primera bolsa aterrizó cerca de Héctor.

-Perfecto –Sonrió y la pateó en dirección al colombiano-

El moreno abrió y revisó rápidamente.

-Completo –Dijo volviendo a su posición-

-Bien –Le agregó balas a su pistola- Desata al otro.

-No sé si podrá correr, está casi desmayado –Le desató las cuerdas y lo ayudó un poco para que se levantara- Vete, eres libre –Hizo una mueca al ver las marcas que tenía en las muñecas, se había pasado con los nudos-

El pequeño caminó algo lesionado y pudo llegar hasta el patrullero, ahí fue cuando perdió las fuerzas y cayó en los brazos de un policía.

La siguiente bolsa que llegó a manos de Walter era súper pesada, tenía muchísimo dinero adentro.

-¡Cuidado! –Le gritó Héctor cuando vio a unos uniformados acercarse por detrás de su compañero-

Laura se despertó al oír un incesante murmullo, miró al pelinegro y este estaba bañado en sudor, moviéndose agitado y hablando dormido, se veía atormentado. Intentó despertarlo pero no podía lograrlo.

El brasileño pudo matar a los tipos gracias a su jefe. Era la primera vez que no se percataba del peligro a sus espaldas.

Héctor miró a la pequeña y le quitó la mordaza.

-Dile a los policías que lancen la última bolsa con dinero, sólo así podrás irte –La dejó en el suelo- Hazlo.

La pelirroja se quitó los rizos del rostro y miró hacia los patrulleros.

~Sueños, Sangre Y Pasión~ #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora