-¿No le diremos nada, cierto? –Mariano miró a Héctor-
-Por supuesto que no –Tomó el vaso entre sus manos y comenzó a darle vueltas- Al menos por ahora.
-Bueno, en todo caso, la muerte de Charlie Dis fue un accidente, él disparó primero e hirió a Laura, tú la defendiste –Se encogió de hombros- Para mí eso es justo.
-Si, tal vez –Murmuró el pelinegro-
-¿A qué te has levantado?
-A ti si te puedo contar mis tormentos, Laura quizás no lo comprendería o hasta tal vez me juzgaría, y no podría soportar que me reprochara todo lo que hice en el pasado.
-Creí que le había contado tu historia completa.
-Cómo cualquier ser humano tengo miedos e inseguridades, amo a Laura y no quiero perderla.
-La perderás si no le hablas de tu pasado.
-¿Cuál pasado? –Preguntó una tercera voz-
Mariano se volteó rápidamente y vio a la castaña en la puerta de la cocina con los brazos cruzados.
Héctor palideció aún más.
-Déjame a solas con mi novio, por favor –Laura caminó hasta la encimera y se sentó en una butaca sin apartar la vista del pelinegro-
El colombiano se levantó de su asiento y salió en silencio.
La joven esperó unos segundos, su corazón latía rápidamente por los nervios, pero también se sentía dolida, ¿Dónde había quedado la regla "cero secretos"?
-¿Y bien? –Volvió a preguntar. Héctor respiró hondo y dejó el vaso sobre la encimera- ¿Qué es lo que no me has contado?... –Nada, ni una respuesta- ¡Contéstame!
-En primer lugar –Respondió mirándola a los ojos- ¿Me aceptas así como soy?
-Por supuesto que te acepto, es más, te amo por lo que eres.
-¿Un asesino? –Apretó los labios en una mueca de pura amargura- Porque eso es lo que soy Laura, un asesino.
-Tú no eres un asesino –Extendió la mano y le acarició la mejilla- Tu eres un hombre maravilloso.
-Claro –Se apartó de la caricia- Sólo lo dices para hacerme sentir bien conmigo mismo –Negó con la cabeza- He matado a muchas personas–Volvió a fijar sus ojos en el mármol de la encimera- Me pesa la conciencia, a veces siento que no puedo más... Pero, entonces te miro y entiendo que aún tengo un motivo por el cual vivir, tú alejas mis fantasmas, me haces sentir limpio de alguna manera.
-Héctor –Murmuró Laura con la voz temblorosa-
-No me gusta hablar de mis temores, me siento vulnerable al hacerlo –Se pasó las manos por el cabello- Pero esta pesadilla que tuve me hace pensar que debo hablar para así superarlo.
-Te escucho.
-Hace siete años secuestramos a tres niños de una familia rica de Vancouver, Canadá –Hizo una pausa. Laura recordó lo que le había contado el investigador Edward Johnson sobre aquel secuestro- Todo iba muy bien hasta que la policía dio con nosotros, asustados, escapamos en diferentes direcciones. Recuerdo que les dije a Walter y Mariano que nos reuniríamos debajo del viejo puente cerca del río. Allí... Ah, de sólo pensar en ello me revuelve el estómago.
-Tranquilo –Dijo ella sin perturbarse-
-Comenzó un tiroteo, y yo solté a la pequeña. ¿Sabes? Tenía el cabello rojizo y rizado, sus ojos eran hermosos, una niña preciosa, de verdad –Su mirada se aguó un poco, Laura sintió que su corazón se encogía, odiaba verlo así de afectado por un horrible recuerdo- Ella corrió hacia la policía –Sacudió la cabeza y el tormento en su mirada- Tres balas atravesaron su cuerpo –Su voz se quebró-
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~Sueños, Sangre Y Pasión~ #2
Novela JuvenilEl regreso del más temido y astuto criminal. Un misterioso hombre sin rostro que provoca terror entre los ciudadanos y desesperación en el cuerpo policial que no puede capturarlo, a él y a sus cómplices. Autora: Gaby...