20. Bonfire

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I just run, run, run...











5 de la mañana.

Puente Banpo.

El aire estaba frío, haciendo arder a mis pulmones en llamas. Mis rodillas comenzaban ya a quejarse pero nada de eso importaba. Seúl era hermoso en las madrugadas.

Había salido muy temprano de mi departamento. Ammy me había aventado con una almohada al invitarla a salir a correr conmigo así que vine sola, como ya era una costumbre.

Me gustaba correr.Me mantenía cuerda y me tranquilizaba.

Cuando las cosas iban mal...

Salía a correr.

Cuando todo era confuso...

Salía a correr.

Cuando mi mente se volvía mi peor enemigo...

Salía a correr.

Aunque también lo hacía cuando todo iba bien...

Esos minutos de total libertad eran mi completo escape. Era estar sola, en paz. Ahí en ése doloroso tramo no había nada más; no había pensamientos, no había entregas, no había remordimientos ni sentimientos encontrados, sólo yo y la meta de alcanzar los kilómetros que marcaba la aplicación de mi celular y poder volver a casa.

No había nada a excepción de mis pulmones ardiendo y mis pies adoloridos, gritándole a mi cerebro que estábamos vivos. Que estábamos de pie y siguiendo.

2 kilometers left

Escuché la notificación en mi celular y aceleré el paso en el cruce peatonal del puente, sobre el majestuoso Río Han, que era adorado por la fuente multicolor del puente y el beso furtivo del sol que apenas despertaba.

Kilometers achieved

Marcó la alarma en el teléfono en mi hombro. La apagué sin voltear a ver y me sostuve de mis rodillas, intentando recuperar el aire.

¿Cómo es que correr hasta casi la pérdida del sentido me hacía sentir más viva?

Levanté la vista, y frente a mí amanecía como cada día.

Y recordé por qué: Me encantaba llegar hasta la meta. Me llenaba de fe saber que yo podía lograrlo, que era capaz d elograrlo. Y lo mejor de todo, era como me recibía Seúl cuando lo hacía. Con alquél bello sol que sin importar los problemas, las tristeza, siempre salía.

***





"Sí Yoongi, algo sencillo" le expliqué al teléfono con mi otra mano en la cintura.

En serio que éste hombre era todo un caso...

"¿Esto es sencillo para ti?" respondió, pero yo me sorprendí al escuchar su voz por el celular y detrás de mí al mismo tiempo.

Me giré sabiéndome descubierta y lo ví. Estaba detrás de mí, con el celular aún contra su mejilla y con su rostro en una mueca de fingida desaprobación.

"Sencillo" repitió señalando a los tres técnicos que tenía instalando bulbos incandescentes decorativos por la azotea de mi edificio.

"Senchillito" contesté encogiéndome de hombros haciéndolo reír tan fuerte que me contagió.

"Ay mexicana..." suspiró negando, permitiéndome darle un fugaz abrazo.

Esa mañana, cuando había regresado toda enérgica de correr, preparé -quemé- el desayuno para mi hermana y para mí. Yo estaba muy emocionada. Justo ése día era su fiesta sorpresa de bienvenida, si bien, no fue hecha el mismo día que llegó por razones obvias -coff coff, ¿alguien dijo mucho trabajo?- Sunny y yo la habíamos organizado con mucho cariño para el fin de semana. Razón por la cual los chicos estaban disponibles y al fin podría presentarle a todos.

STAY (BTS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora