60. Stray cats

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Al final todos somos como un gato callejero.

Vagando solos por las calles

buscando un lugar al cual llamar hogar.





"Entonces; mamá y papá llegan a las doce y media," Masculló Ammy leyendo las anotaciones en su agenda, mientras caminábamos juntas hacia el estacionamiento.

Y en lo que ella leía, yo la sostenía del codo guiándola, evitando que se tropezara con algo o alguien en el camino.

"Ajá." Asentí jalándola para que no se golpeara con el espejo de un auto.

"Yo salgo a las once de la escuela, en lo que camino al subterraneo son como cinco minutos más lo que hace a..."continuó ella inmutable.

Y mientras ella seguía hable y hable yo sólo podía concentrarme en que no tropezara o me hiciera tropezar a mí y rodaramos hacia el infinito y más allá juntas, gracias a los dos abrigos, ropa térmica, bufanda, gorro y guantes que traíamos encima cada una. El noticiero de la mañana dijo que la lluvia de anoche había hecho que la temperatura bajara drásticamente lo cual me hacía pensar que la primavera estaba muy lejos todavía.

Solté a mi hermana en la seguridad de la puerta del Jeep, mientras frotaba las palmas de mis manos intentando crear un poco de fricción.

"¡Ya está!" exclamó subiendo al auto. "Mientras tú estas con Young, yo puedo tomar la línea uno saliendo de la academia y cambiarme a la línea cinco en Jongno y si mis cuentas están bien hechas..."

Levanté mi mano tratando de diferir.

"Lo cual están." Aclaró con énfasis haciendo que bajara mi mano en silencio. "Sunny como para esa hora debe de estar en camino a..."

Abrí la puerta del piloto para entrar y encender la dulce, dulce calefacción del Jeep cuando un ruido extraño captó mi atención de inmediato, deteniéndome.

"Entonces voy directo al aeropuerto Gimpo..."

"¿Oíste eso?" interrumpí intentando escuchar mejor. Sonaba como un llanto pequeño.

"¿Oír qué?"

"Fue como un quejidito..."

"Yo no oí nada, te estaba diciendo que Sunny puede alcanzarnos allá y..."

El quejido se volvió a escuchar esta vez un poco más cerca, como si algo estuviera debajo del auto estacionado a un lado del Jeep.

"Shhhh" callé a mi hermana, agachándome a ver de dónde provenía aquél sonido.

Al hacerlo me encontré a un pequeño gato negro todo hecho una bola. Temblaba y estaba sucio y asustado. Tenía tierra en su pelaje y sus maullidos desesperados sonaban afónicos y lastimeros, como si se hubiese pasado largas noches llorando y se hubiese herido la garganta por eso y el frío.

"¡Es un gatito!" grité haciendo asustar al pobre gato. "No, tranquilo, espera..." lo llamé, pero el animal se veía asustado y a pesar de verse evidentemente cansado y enfermo, su pelaje se levantó junto a su columna en forma de arco para defenderse.

Era un gato pequeño, joven. No era un gatito bebé pero aún así tendría tal vez unos seis meses cuando mucho pero eso no lo detuvo para intentar aruñarme.

STAY (BTS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora