44. Mercury

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"A veces,

Perder el equilibrio por amor...

es parte de una vida equilibrada."

-Come, reza, ama





-Come, reza, ama

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"¿Y...a dónde vas a ir hoy?" me preguntó la voz rasposa de Yoongi desde mi habitación.

Su grave timbre de voz traspasaba sin problemas la puerta cerrada de mi baño, y era fácil tener una conversación con él aunque estuviera en la ducha. Aunque ahora, con el secador de cabello en la mano, ni siquiera podía oír bien mis propios pensamientos.

"¡¿Qué?!" grité apagando el secador un momento, arrojándome aire caliente a la cara sin querer.

"¡¿QUÉ SI A DÓNDE VAS A IR HOY?!" exclamó haciéndome reír después de que me saqué los cabellos de la boca.

"No lo sé, Jungkook no me lo dijo."

"Oh..." escuché su respuesta distraída y supuse que seguía ensimismado en su cámara como antes de que entrara al baño para arreglarme para mi tercera cita.

Un escalofrío recorrió mis entrañas al pensar en eso.

Tercera cita de siete.

Y después él se iría por seis meses...

Un vacío se alojó un poco en mi corazón, pero rápidamente lo deseché. Él se iría a vivir sus sueños y lo apoyaría, no importara lo que eligiera. Así que en lugar de pensar en tonterías mejor decidí aprovechar lo que teníamos. Me emocionaba en sobremanera todos los detalles que Jungkook comenzaba a tener conmigo. Quiero decir, siempre fue atento, aun cuando sólo éramos amigos él siempre tenía algún detalle que hacía de alguna manera la diferencia. Pero ahora que éramos una pareja era cada vez mejor. Mi cerebro y mi corazón por primera vez en mi vida se habían puesto de acuerdo en algo, y ahora estaban completamente locos juntos.

Los budistas decían que el verdadero amor era calma y no la loca adrenalina que otros eruditos describían. Y honestamente Jungkook me hacía sentir ambas cosas.

Si bien, mi alma era un caos cuando estaba con él... al mismo tiempo era calma. Jungkook era como la promesa dulce de la playa, que a pesar de la hostilidad de las olas ahí estaba, recibiéndolas siempre con los brazos abiertos. Jungkook me tranquilizaba y callaba todas esas voces que querían salir huyendo.

Él era casa.

No sé si era correcto pensar en alguien de esa manera tan pronto. Aún faltaba mucho por conocernos, pero era como si mi ser lo reconociera, ¡lo sabía! Algo dentro de mí murmuraba su nombre una y otra vez como canto de ave en el cielo. Sus ojos eran mi color favorito y su sonrisa podía borrar todo el dolor de mi piel. Lo juro...

STAY (BTS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora