14. Red String of fate

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«Dicen que los dioses nos ataron con hilo rojo invisible que nos conecta a quien estamos destinados a encontrar siempre, sin importar tiempo, lugar o circunstancias. El hilo se puede estirar o contraer, pero nunca romper. »

Encuentrame pronto... te necesito




La luz que se colaba por las cortinas cerradas comenzó a encontrar su camino para darme a la cara. No me daba en el rostro completo, pero sí alcanzaba a rozar mi oreja y parte de mi mejilla. Me desperecé un poco, queriéndome estirar sin abrir los ojos. Mi hombro izquierdo se quejó en el proceso y no pude moverlo. Había estado tan cansada que no me había movido en toda la noche, durmiendo en la misma posición quien sabe por cuánto tiempo.

Abrí los ojos poco a poco, sintiéndolos pesados, cuando entendí porque la luz no me daba en la cara por completo y porqué no podía moverme.

Jungkook estaba a mi lado, abrazándome. El sol le daba en su cabello, en su cuello. Su gran cuerpo junto al mío lo bloqueaba casi por completo. Yo me quedé paralizado bajo su brazo. De pronto él se removió. Seguramente de calor ya que se rascó la cabeza. Se acercó un poco más a mí, intentando aún dormido que el sol dejara de molestarlo y me estrechó contra su pecho.

De alguna manera, pensé que iba a morir ahí mismo. Juro que sentí que mi corazón pegó un brinco enorme. Me quedé paralizada un segundo, para después darme cuenta de que estaba completamente dormido. Respirando tranquilo.

Suspiré simplemente por la vista.

Tenía los labios entreabiertos y rosados. Los ojos suavemente cerrados y el cabello revuelto. Ambos nos habíamos quedado dormidos con la ropa de la fiesta. Me atreví a acercar mis manos y le quité el cabello de la frente. Rocé sus cejas y su nariz que alguna vez me había dicho no le gustaba mucho. Estaba completamente loco, él era hermoso. Tanto por fuera, como por dentro...

Con esa sonrisa, esa voz... con ése interés que siempre tenía en saber qué había hecho. En la manera en la que me escuchaba, en la manera en la que me hacía reír.

En como luchaba por sus metas, en cómo respetaba a sus compañeros y se preocupaba por su fans.

Mi caricia fortuita lo hizo quejarse, haciéndome reír. Me cubrí la boca para no despertarlo, pero su cejo fruncido lo hacía verse tan tierno. Sé que se molestaría si me escuchara llamarlo tierno pero era la verdad.

Se talló la cara dormido alejando su brazo de mí, para después regresarlo a mi cuerpo mientras se quejaba, haciéndome reír más. Poco a poco comenzó a abrir los ojos, y puedo jurar que jamás en mi vida había visto yo algo así de hermoso.

Le sonreí atrapada entre sus brazos.

"Buenos días..." murmuré.

"Buenos días..." respondió con la voz grave y adormilada volviendo a cerrar los ojos... para abrirlos de golpe de repente.

Me soltó rápidamente, con el rostro totalmente colorado.

"Dany, lo siento..." murmuró a duras penas.

Yo negué sonriendo.

"Yo hago lo mismo" le confesé. "Duermo con mil almohadas para abrazarlas a todas..."

Mi comentario lo hizo reír, y decidí que ése era un hermoso sonido que escuchar por las mañanas.

Jungkook se estiró quejándose. Yo lo miré embobada, intentado que no se notara tanto.

STAY (BTS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora