Epílogo

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"No te enamores de ninguno de ellos." Le pedí, y me atreví a posar mis manos sobre sus hombros suaves. En cuanto mi piel tocó la tela, pude sentir la calidez de su cuerpo, y desistí sólo un segundo antes de apresarla por completo entre mis palmas. " Promételo" rogué intentando que no notara el tono lastimoso de mi voz, la calidez de su piel aún sobre la ropa era algo que se metía dentro de mi piel como veneno, como antídoto.

Pero ella ni se inmutaba ante mi desasosiego. Tal vez y yo era bueno ocultando lo que sentía...

¡Qué va!

Era excelente.

No por nada estaba tan loco y enfermo...

Su risa escandalosa llenaba el lugar de la misma manera en la que llenaba mi ser por completo. A estas alturas, ya ni me preguntaba como es que lograba calarme así.

Ya ni caso tenía.

Lo aceptaba.

Ella era dueña de esa parte de mí. La mejor parte de mí. Esa parte que haría hasta lo imposible por proteger, aún si tengo que mantenerla lejos de mí.

La sacudí sin lastimarla con la fuerza justa con la que jugábamos a veces pero ella aún no reaccionaba. Parecía que entre más serio quería ponerme más risa le causaba.

"¡Contesta!" le grité a punto de un colapso nervioso.

Esa mujer me vuelve un loco... literalmente.

"Te lo prometo" contestó al fin con una sonrisa, devolviéndome el aire al cuerpo.

Y me perdí.

La manera en la que sus labios se curvaban achicando sus oscuros ojos eran una de mis razones para despertar cada mañana. Cuando no había ni un solo motivo y todo se veía difícil y perdido, el simple recuerdo de esa sonrisa me hacía levantarme.

Ella era la parte más oscura del océano y el colorido arrecife.

Las estrellas, el sol y puro fuego...

Simplemente todo.

Si algún día tengo que describirla diría que ella era puro fuego y yo un bosque seco.

Un volcán y yo Pompeya.

¡Y sus ojos! ¡Esos ojos, maldita sea!

Sus ojos fueron el primer amor sincero que yo conocí, con aquél tono precioso del piano de mi infancia; el único amigo que tuve por muchos años... lo único que me mantuvo cuerdo cuando todo se vino abajo.

Pensé en que ojalá y pudiera leer su mente, en aquél universo escondido tras sus ojos. Ojalá podría saber cómo se sentía, si extrañaba su casa, si yo estaba haciéndola feliz... y también podría saber si algo en ella todavía me quería como yo soñaba que lo siguiera haciendo.

Aunque sabía de sobra que yo lo había arruinado.

"Boop boop" me dijo bromista arrastrándome lejos de mi mente. Ella tenía ése poder; podía separme del monstruo y detenerlo antes de que terminara por comerse lo que restaba de mí.

Me apretó la nariz,  como si fuera un claxon o la nariz roja de un payaso haciendome sonreír. Y ella  volvió a reír, erizando la piel de mi nuca y de mis brazos.

Negué intentando mantenerme fuerte. No caería en sus juegos infantiles, ¡estábamos en medio de una conversación seria, con un demonio! Pero al final... como desde el principio y por siempre, su risa de loca me contagió, haciendo que me carcajeara a su lado.

Ella siempre lo hace.

Siempre lo logra.  Ella dice que es mi sangre, y le encanta hablar de las estrellas y el destino.

Me gustaría creer que es verdad, que es mi camino. Que hay una razón indestructible por la cual el destino elige un par de almas y las mantiene unidas por la eternidad. Pero...,

¿No es muy egoísta?

¿Pedirle a alguien que te siga...? ¿Que se quede...?

¿No sería algo muy cruel?

¿Enganchar a alguien a otro para siempre? ¿Decirle que en la vida sólo hay un ser que te dará la felicidad eterna?

Aunque dicen que tu alma gemela no es necesariamente el amor de tu vida... de todas maneras ¡Es una tontería!

Pero ahí, con ella frente a mí. Con esos ojos, esos labios... yo estaba perdido. Consumido para siempre entre el fuego de su pecho.

Y pensé en ¿quién podría estar tan maldito como para terminar unido a mí?

Ella no, por favor... ella no...


Y si su corazón está atado al mío, por piedad...  No la maldigan de esa manera.

No puedo...

No es justo.

Ella se merece el sol y el cielo y yo sólo puedo ofrecerle el lado oscuro de la luna.

Sólo Dios sabe lo que siento, y lo mucho que ella me hace feliz.

"¿Por qué me dices esto, Yoongi?" me preguntó de pronto, deteniendo la melodía de su risa y al piano en sus ojos.

¿Qué si por qué lo hacía?

Porque era un completo imbécil. Esa era la verdad.

Yo sabía que no era el hombre correcto. Yo no soy eso que ella merece...

Yo no soy el océano de su corazón pirata.

Su felicidad siempre ha sido y será antes que la mía. Y estoy seguro de que yo no podría hacerla feliz. ¿Cómo podría si ni siquiera puedo hacerme a mí feliz?

¿Si ni siquiera puedo amarme a mí?

Aceptaría su felicidad aunque no fuera conmigo. Podría verla con otro hombre y estaría bien mientras ella estuviera feliz y plena, mientras la dejara volar y alcanzar todas esas metas que su preciosa cabeza tenía... pero no creo que ni el monstruo y yo toleraríamos que se enamorara de uno de mis amigos.

Una cosa sería verla con un extraño... pero no con uno de mis hermanos.

Eso, esa sería la broma más cruel que podría presentarme la vida. Más cruel que la manía que tiene de ponerme en su camino sin importar la dirección que elija, pero siempre enviándome tarde, siempre muy tarde...

"Por qué..." yo no podría mentirle... no más de lo que ya lo había hecho. Pero ¿cómo explicarle que le daba mi corazón entero... pero que aún así no quería que me lo rompiera?  Quiero que sea feliz. Quiero que tenga todo lo que se merece aunque no pueda ser conmigo. "Por qué no quiero que las cosas cambien entre tú y yo."

Ella me sonrió de nuevo y me estrechó contra su cuerpo, cada vez más sano, cada vez más ella.

Me llenaba de felicidad abrazarla y sentir sus curvas en lugar de sus huesos.

"Te lo prometo."

Aunque existía esa parte de mí que deseaba que todo fuera real. Que anhelaba cerrar los ojos y creer en la magia y el destino.Y si todo aquello es verdad y si los ángeles sí bajan del cielo y los astros tienen verdaderamente un plan para mí...

Estoy seguro de que tienen su forma.

Pero ni ella ni yo somos buenos cumpliendo promesas.











Lo siento, Dany. Yo fui el que falló.





***











Quédate.

Quédate conmigo, por favor

STAY (BTS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora