"Si vienes a mí con un rostro que no he visto, con un nombre que nunca he oído, te seguiría reconociendo. Aún si los siglos nos separasen, te seguiría sintiendo.
En algún lugar entre la arena y el polvo de estrella, a través de cada colisión y crea...
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I'm wishing on a star for you...
"¿Ya puedo ver?" pregunté cubriéndome los ojos con las manos. El aire frío se colaba por la ventanilla abierta y sólo podía oír el ruido lejano de los pocos autos que pasaban y de Jungkook, haciendo quien sabe qué cosa en la caja de la camioneta.
"Aún no, jagiya."
Yo reí sintiendo a mi corazón saltar. Los latidos de mi pobre corazoncito ya no eran: tum, tum, tum. Si no más bien algo así como: <<asdgdjskflsñd>>
Lo juro.
Amaba cuando él me llamaba así... cuando me decía cariño, jagi,baby... aunque afrontémoslo, Jungkook podría llamarme como quisiera y yo seguiría babeando.
"¡Quiero ver, Jungkook!"
"Lo sé." Dijo y lo escuché ahora a mi lado, estaba tan cerca de mí que mi piel se erizó por debajo de mi chamarra. "Pero espera sólo un minuto más." Terminó de decir, tocando mi nariz con su dedo robándome una sonrisa.
Yo pataleé dentro de la camioneta y lo escuché reír.
Jungkook no me había dicho a dónde nos dirigíamos cuando dobló hacia la salida de la ciudad. Por un momento pensé que iríamos a la playa pero no, ya que bajó a la camioneta del camino y continuamos unos metros hacia otro lugar que yo desconocía. Pero no importaba. No tenía miedo, yo sabía que estaba segura con él, me llevara a dónde me llevara. Y por más que le rogué no me dijo nada, y me pidió que me cubriera los ojos y esperara.
Sentí como abrió la puerta detrás de mí y escuché que sacó algunas cosas llenándome de más y más curiosidad. Estaba que me moría toda hiperactiva en el asiento del copiloto.
"¡Jungkooooooook!"
Abrió la puerta donde yo estaba y me emocioné todavía más.
"Ya" aseguró, retirando mis manos de mis ojos, encontrando su bella mirada rasgada sobre mí. Sí, debo admitirlo, suspiré en su cara vergonzosamente. Él negó con una sonrisa preciosa que me hizo suspirar otra vez y removerme en el asiento dispuesta a saltar fuera de la camioneta e ir de una maldita vez a ver que había hecho detrás. Pero me detuvo suavemente de los hombros. "Pero primero..."
Ni siquiera alcancé a preguntarle qué pasaba cuando me extendió otra chamarra. Le permití que me la pusiera con una sonrisa y después colocó una bufanda con ternura alrededor de mi cuello.
"Ya casi..." murmuró poniendo mi cabello tras la oreja para ponerme un gorro. Yo comencé a reír. Nada más le faltaba ponerme una cobija encima o algo así.
