Las típicas nerd's ✓

[4] ¿Planeado?

Esmeralda:

Viernes, amado viernes, el día que tanto había esperado. Eran las cinco en punto y hace dos horas aproximadamente había salido de la preparatoria. Se supone que debería estar buscando que ponerme para salir con Eduardo.
Sí, iba a salir con Eduardo, pero las chicas iban a salir con sus amigos. ¿Qué clase de idea es esa? ¿Por qué el mismo día? Mi mente imaginaba lo peor, las chicas y yo esperando juntas, mientras que ellos tienen otros planes y nos dejan esperando.

No le puse mucha importancia y decidí ir a Zara a comprar que usar, no tenía ropa adecuada para salir con Eduardo sólo la que usaba para ir a la preparatoria, luego toda mi ropa era para estar en casa.

Yo iría con Eduardo a la plaza, María con Zac a la heladería, Sara con Yerson al parque y finalmente Estephanie con Justin a la pista de patinaje.

—Estuve buscando algo distinto para ponerme hoy pero no encontré nada, y decidí comprar algo de ropa. —dije sentándome en el suelo de mi habitación y hablando con las chicas.

—Yo hice lo mismo, porque quería un outfit que no tenía, es decir no para salir con Zac, lo había visto hace un par de semanas. Así que aproveché para comprarlo. —mencionó María algo cansada.

—Simplemente tomé ropa de mi closet, que tenía pero que nunca he usado así que ahí está. Listo para usarlo. —dijo Sara.

—¿Y tú Estephanie? ¿Qué hiciste?. —pregunté.

—Saben que tengo mucha ropa que no uso así que hice una combinación de varias prendas. —dijo desinteresada.

—Son las cinco y media, creo que ya es hora de que nos terminemos de preparar. —dije levantándome.

—No se han preguntado ¿por qué rayos somos cuatro nerds, cuatro populares, cuatro rivales?. En conclusión, ¡cuatro todo! —dijo María.

—Sí, yo sí me lo he preguntado, es como un número satánico o algo así. —las chicas me miraron raro. —Sólo bromeo.

—Chicas, no estoy muy convencida de lo que está sucediendo, no quiero que esta historia de amor termine mal. —Estephanie estaba realmente preocupada.

—Sólo, no nos ilusionemos, no es algo imposible de lograr. —dijo Sara dando ánimos. —Así que cada quien a su habitación, es hora de prepararnos para salir. Creo que hoy será un gran día.

Para aclarar un poco las cosas, las chicas y yo vivimos en una casa, que con ayuda de todas pudimos comprar, no muy lejos de la escuela y así todo es más fácil para nosotras, aunque no seamos mayores de edad, decidimos que es lo mejor.

Narrador omnisciente:

Esmeralda y sus amigas habían terrminado justo a tiempo, se habían vestido con los oufits que habían elegido y dos de ellas optaron por dejar su cabello suelto: Esmeralda y Sara, siendo la última la de cabello más largo. Salieron de casa camino a su cita, mientras tanto los chicos estaban en el punto de encuentro.

—Bien chicos se supone que aquí nos reuniremos para luego partir a los lugares que acordamos. —dijo Eduardo.

—Yo estoy viendo a Sara y a María. —mencionó Yerson ésta vez.

—Igual, veo a Esmeralda que viene junto a Estephanie. —dijo Justin.

—¿Por qué se supone que vengan separadas si viven en un mismo lugar?.

—Probablemente porque no le dijimos que nos encontraríamos en un mismo lugar Zac, ahora has silencio y actúa normal. —respondió Eduardo..

—Es más que obvio que esto no es una casualidad. —dijo Sara alzando una ceja.

—Claro que es una casualidad, o eso parece. -dijo Justin levantándose.

—Bien. ¿Qué está ocurriendo aquí? —preguntó Esmeralda.

—No sé, tal vez sólo.—Zac dejó la oración a la mitad.

—¿Sólo qué? —preguntó María.

—Esto haya sido un ingenioso plan para que los cuatro pudiéramos encontrarnos en el mismo lugar y tener la oportunidad de al menos presentarnos. —dijo Yerson con una sonrisa.

—Creo que ustedes cuatro están locos. —los señaló Esmeralda frunciendo el ceño.

—Lo dicen las que viven juntas y vienen separadas. —habló Eduardo.

—En primer lugar, no sabíamos que esto iba a pasar obviamente y en segundo lugar se supone que tendríamos salidas separadas. —habló Estephanie.

—Lo sabemos, sólo que no se supone que las cosas saldrían así. —argumentó Justin.

—Pues vámonos ¿no? —preguntó María.

—Sí, vamos. -empezaron a caminar en pareja hasta llegar a la primera parada que fue la plaza.

—Aquí nos quedamos Esmeralda y yo, lo que debe de suceder es que a las diez estemos en el punto de encuentro para que las chicas estén temprano en casa. —Esmeralda y Sara rieron.

—¿De qué se ríen? —preguntó Alex.

—No somos unas niñas, hemos amanecido fuera de casa. —habló Sara con obviedad— Así que hasta cualquier hora. 

Sería una buena noche para todos.