Esmeralda:
Era otro día, otro de esos días en los que Amber solía intervenir en mi tranquilidad, a veces quería tomarla del cabello y arrastrarla por todos los casilleros, pero recordaba que no soy ese tipo de persona y lo olvidaba.
—Hola Esmeralda. Te ves increíble, tu nombre va de acuerdo con tu personalidad y tu físico. Eres como los manantiales. —dijo y rio. No entendía sus chistes malos, su sarcasmo y cambios de humor— Eso crees ¿no? —dijo con autoridad ¿qué pasaba con ella? No lo sabía.
—Amber, estoy cansada de que intentes humillarme, pero creo que ya bastó con lo de tu maldito batido ¿no? —Amber "sin querer" había dejado caer un batido sobre mi blusa horas atrás.
—Te crees muy superior ahora ¿Es por qué has estado hablando con Eduardo? Por favor, es más que obvio que sólo te quiere para un momento, Eduardo es mi novio, niña estúpida.
—Claro que él es tu novio, en tu hueca y pequeña cabeza, donde todos los chicos están detrás de ti. —me reí en su cara— Es decir, nunca. Supéralo, Amber, por mucho, soy mejor que tú.
—Lo mejor es que te alejes de Eduardo por las buenas, o yo tendré que alejarte por las malas, a Eduardo no le importa tu maldita inteligencia, por eso no te hará caso. —estuve a punto de responder, pero vi a Eduardo detrás de ella.
—Esmeralda, te estuve buscando, pensé que estarías con tus amigas. —dijo al verme, frunció el ceño apareciendo en la escena e interrumpiendo a Amber.
—Aquí estás, Eduardo. —Amber fingió la sonrisa más estúpida que jamás vi.
—¿De verdad Amber? ¿crees que necesito o quiero hablar contigo? ¿Después de intentar robarle, lanzarle un batido encima y amenazar a mi novia? —dijo con el semblante serio— Creo que eres la única ignorante que se cree eso.
—¿Qué? Yo no la estaba amenazando, ¿Y por qué dices que es tu novia? Eres patética —me señaló furiosa— Te vas a arrepentir de haber estado con él, lo juro. Y tú, eres un imbécil. —dijo señalando a Eduardo.
—Lo sé, el imbécil que te tiene loca. Ahora, si me disculpas, ¿puedo hablar con mi novia en paz? —dijo cansado— Amber se fue sin decir más.
—Gracias Eduardo, pero no somos novios, aún nos estamos conociendo, en realidad, ni hemos empezado a conocernos. Tampoco es que me moleste, pero... —me cubrí el rostro totalmente avergonzada— En realidad, no sé qué decir.
—No sabía cómo decirte esto, pero creo que me veo como un imbécil, tal y como lo dijo Amber, me gustas y me gustas de una manera que jamás imaginé, quise darte esto. —era una pulsera negra con nuestras iniciales escritas en color dorado, parecían hechas de oro, no tuve la valentía o el descaro de preguntar.
—También me gustas, Eduardo y muchísimas gracias por la pulsera, es realmente hermosa. —dije sonriendo y colocándomela. Él tenía una igual.
—No quiero que me agradezcas, sé que mereces mucho más.
—Pero, no quiero que esto sea demasiado rápido, quiero que nos sigamos conociendo, sabes los problemas que pueden causar que un popular y una nerd sean... novios.
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Las típicas nerd's ✓
Teen FictionEsmeralda Carpenter, una rubia teñida a la que le apasionan los estudios y la tranquilidad. Se deja catalogar por años como "nerd", sin embargo, es porque tiene secretos que como a todos los que también tienen, no le gustaría que fueran liberados. T...