María:
Las chicas estaban dormidas, y no había mejor manera de despertarla que gritándoles, sino, era muy poco probable que se despertaran y levantaran. O hablándoles de algo que las emocione.
—¡Esmeralda! ¡Sara! Estephanie! —grité desde la puerta.
—¡María! Silencio que quiero dormir, estoy cansada. —dijo Esmeralda media dormida.
—También yo. Ayer quedé muerta después de ver la película y ni siquiera estoy segura si mi sistema digestivo terminó de digerir lo que cené. Porque ni siquiera tengo hambre como para levantarme. —dijo Estephanie.
—¿Y tenías que dar ese sermón? Además, te pasa por comer tanto, estás demente. —respondió Sara.
—¿Qué te pasa? ¿De qué lado estás?
—Bueno, es cierto, queremos dormir, María, no sé que haces tú ahí parada.
—Lo que sucede es que voy a ir de compras, buscaré algo que me quede bien para la fiesta. —dije volteándome.
—¿Fiesta? ¿Acaso hay una fiesta? —preguntó Sara al parecer interesada.
—La verdadera pregunta es ¿estamos invitadas? —preguntó Esmeralda desesperanzada.
—Supongo que, si vamos con nuestros novios, no necesitamos una invitación. —asentí ante el comentario de Sara.
—Exactamente, pero me voy a duchar, no necesito que se haga tarde.
—Bien, tú ganas María, iremos también. —dijo Esmeralda levantándose.
—No me digas que tú no mueres de ganas por ir a la fiesta en casa de Laura y que cuando Amber se le caiga la baba. —respondí con una sonrisa de lado.
—¿Qué tienes planeado? —preguntó Sara más interesada.
—Cambiar un poco nuestra apariencia, sólo por hoy. Siempre llevamos los típicos vaqueros y una blusa común, ¿y si hoy compramos cuatro de los mejores vestidos y zapatos? Y también podemos cambiar el estilo de nuestro cabello, ¿por qué no?
—Me gusta tu idea, es como desafiar a Amber, así que me apunto. —respondió la de ojos verdes y asentí de acuerdo.
Nos duchamos, cambiamos y fuimos a varias tiendas, era sábado, así que teníamos tiempo para hacer esas cosas, le avisamos a los chicos y dijeron que nos esperarían ahí. Me ponía nerviosa pensar en un cambio, pero si era para darle batalla a Amber, no había problema. Ninguna había visto el oufit de la otra, así que hasta para nosotras sería sorpresa.
—¡No quiero ser la primera en salir! —gritó Esmeralda desde su habitación.
—Lo haré yo. —dije con confianza. Me sentía bien y de tantas veces que me había visto en el espejo pensé que me veía espectacular.
Salí y las demás asomaron la cabeza. Sonreí y Estephanie echó un chillido. Había optado por un vestido negro con un abrigo blanco de piel y un par de botas que me llegaban hasta los tobillos del mismo color que el vestido, un labial rosa y el cabello suelto, totalmente liso.
—¡Te ves como una diosa! —dijo sin darse cuenta de que había salido de su habitación.
Estephanie tenía una blusa negra de mangas largas con una pequeña apertura encima del obligo y una falda blanca con diseños negros que hacían juego con la blusa y los tacones que eran del mismo color. El cabello suelto con un poco de ondas y un labial ligeramente rosa.
—Veo que también optaste por el negro, te ves hermosa. —dije y se miró a sí misma con las mejillas enrojecidas. Las demás rieron y salió Sara.
—¡No lo puedo creer! —gritó Estephanie y yo me quedé boquiabierta.
—Pareces una estrella de cine, una modelo, actriz, no sé. —dijo aún asomada. Llevaba un conjunto negro, que constaba de una minifalda, unas media pantis y una blusa de tirantes que era abierta en la espalda, haciendo juegos con un par de botas negras largas y con una coleta alta como peinado y un labial rojo.
—¿Tú no saldrás? —le preguntó Sara a Esmeralda. La rubia asintió y puso un pie fuera de su habitación insegura, un par de segundos después, salió dando pasos como si de una modelo se tratase quedando en medio de nosotras.
Un vestido rojo que prácticamente brillaba, corto y escotado, y un maquillaje que resaltaba su vestido por llevar, sombra color rojo y un labial color sand. El pelo suelto, con ondas más marcadas que las de Estephanie y un par de tacones blancos.
—Eduardo quedará boquiabierto.
—No más que Yerson. —respondió ante el comentario de Estephanie y las dos rieron, me sonrojé y sonreí.
Media hora después estábamos en la fiesta y era un escándalo, todos nos veían y Amber aún no aparecía. Definitivamente Eduardo quedó babeando y Yerson dijo cosas que nunca pensé escuchar.
—¿Tú? —Amber señaló a Esmeralda.
—La misma. —sonrió de lado. Tenía una rosa en la mano y la hizo notar.
—¿Y eso? —preguntó Amber de mala gana.
—¿Esto? Me lo regaló Eduardo, mi novio. —Amber hizo una cara de asco, pero estaba frustrada.
—Sí, Eduardo ni siquiera me importa. —alguien la fotografió junto a Amber.
—Lo sé, se nota. —dije con sarcasmo y miró al chico de la cámara.
—¿Amber y Esmeralda? Estarán en competencia esta noche, la que mejor se vea. Serán votadas a través de Instagram, así que prepárense para tomarse su mejor foto. —dijo y se coló entre el resto de la multitud.
—Te voy a ganar. —escuché a Amber pronunciar y sonreí.
—Claro, así como te ganaste a Eduardo. —respondió fingiendo angustia y se volteó para irse. Lo extraño fue que Amber no se irritó, sino que sonrió con un poco de cinismo. Me causaba escalofríos pensar lo que podía estar tramando.
Decidí no ponerle mucha atención y me senté junto a Zac, quien me ofreció una botella de Bacardi 151.
—¿Esa bebida no te trae malos recuerdos? —dije tomándola.
—Sí, pero porque Esmeralda lo mezcló con un Mampoer. Sabía que no podría soportarlo y lo hizo, está loca. Pero esto es un poco más liviano, aunque no tanto. —me encogí de hombros y tomé un poco, sentí el ardor y le devolví la botella a Zac.
—No puedo. —dije haciendo una mueca.
—¿Mucho para ti? —asentí y lo tomé de la mano— Esmeralda competirá con Amber, ¿quieres ver los resultados? —él asintió y empezamos a buscar a los demás.
—¡María! —gritó Estephanie— ¿Ustedes ya votaron? Ambas fotos se están haciendo virales.
—¿Ya subieron las fotos? ¿Estás ebria? —pregunté frunciendo el ceño. Justin la tomó de la cintura y asintió.
—Ambos parecen unos alcohólicos. —dijo Zac y reímos.
—¡Le estoy ganando a Amber! ¡Es una jodida locura! —gritó Esmeralda.
—¿También estás ebria? —levantó una mano y llevaba una botella casi vacía.
—¿Por qué no tomas tú también? Sé que puedes. —dijo Zac con una sensual sonrisa y no pude evitar sonreír.
Zac y yo votamos por la foto de Esmeralda, ya que éramos los únicos del grupo que no lo había hecho, y luego de eso empezamos a tomar como nunca pensé que lo haríamos en una fiesta, en casa de una de las amigas de Amber. Me había olvidado de su cínica sonrisa y eso probablemente había sido un error.
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Las típicas nerd's ✓
JugendliteraturEsmeralda Carpenter, una rubia teñida a la que le apasionan los estudios y la tranquilidad. Se deja catalogar por años como "nerd", sin embargo, es porque tiene secretos que como a todos los que también tienen, no le gustaría que fueran liberados. T...