Esmeralda:
Estaba nerviosa, no sabía qué era lo que Evelyn pretendía o quería exactamente, pero podía asegurar que me involucraba. Nunca pensé que volvería.
—Buenas tardes.—dijo una señora de más o menos cincuenta años con una sonrisa
—Buenas tardes, ¿cómo está? ¿usted es la madre de Evelyn? —pregunté moviendo las manos.
—No, yo no tengo hijos. —respondió un poco triste.
—Lo lamento, no quise... —miré a Sara en busca de ayuda. Estaba muy nerviosa y las cosas me iban a salir mal.
—Sí, lamentamos eso, ¿cuál es su nombre? —preguntó Sara luego de verme.
—Teresa, Teresa Castro.
—Es un gusto que hayamos podido conocerla Teresa, y lamentamos la molestia, pero ¿usted no sabe nada sobre Evelyn? es una chica castaña no muy alta, su piel es un poco pálida. —preguntó Sara con una sonrisa
—Sí, se quién es. No vive muy lejos, vive a unas cuadras de aquí.
—Muchas gracias. —le dije con la intención de salir a buscar a Evelyn.
—¿Ya se van?. Al menos díganme sus nombres, es que vivo aquí y nunca recibo visitas. —me sentí mal al escuchar eso.
—Esmeralda Carpenter. —empecé con nuestra "presentación".
—María Jones. —continuó.
—Sara de la Cruz.
—Estephanie Anderson.
—Eduardo Scott.
—Zac García.
—Yerson Javier Williams.
—Justin Myers.
—Que lindos nombres, muchas gracias la visita. ¿Les gustaría pasar para contarles algo de Evelyn?
—Claro, no hay problema. —respondí y los demás asistieron. Pasamos, nos sentamos y Teresa comenzó a hablar.
—Es una chica un poco problemática, apostaría a que se peleó con Justin. Lo digo por esos rasguños que tiene.
—Pero que rápido aprende los nombres. —dijo Justin sorprendido.
—Si, fue ella. ¿Se nota mucho? —preguntó Estephanie al lado de Justin.
—No sólo tiene unos pequeños moretones, aunque si se notan los rasguños. —Justin asintió— Bueno su nombre completo es Evelyn O 'Kelly Polanco, su madre es originaria de Brasil y su padre de Estados Unidos, pero ambos viven al otro lado de Canadá. Ella vive en una gran casa que queda a cinco cuadras. Siempre la observe y es una niña muy caprichosa, y sus caprichos son cumplidos por sus padres aun cuando se fueron.
—Nos hemos dado cuenta de eso. —mencionó Eduardo.
—¿Por qué la buscan específicamente? ¿algún inconveniente? —preguntó Teresa.
—Ella publicó unas fotos de nosotros en las redes, y no me molesta eso. Lo que en verdad me molesta es lo que dice sobre nuestras vidas. Si el algún momento alguno de nosotros llega a separarse o sólo estamos juntos por diversión, es asunto nuestro. Nadie dijo que queremos tener una vida pública. —le respondió Sara.
—Sólo lo hace por llamar la atención, créeme que no durará mucho con ese fastidio.
—Teresa ¿usted cómo sabe tanto de Evelyn?. —preguntó Yerson.
—Cuando era una niña, yo era su nana. Ya que sus padres viajaban mucho, yo me quedaba con ella por días, semanas e incluso meses en algunas ocasiones.
—¿Y alguna vez Evelyn fue buena? —Teresa lo pensó un par de segundos.
—Era más calmada, hasta que por primera vez sus padres se fueron por un tiempo indefinido. Ella tenía entre nueve y once años, desde entonces comenzó su rebeldía.
—Desde que conocí a Evelyn siempre ha sido insoportable, y creo que ya conozco la razón. —dije recordando cuando estábamos juntas, años atrás.
—Lo recuerdo también. —mencionó Sara.
—Gracias, nos ha ayudado mucho Teresa, ya nos vamos, no queremos que nos caiga noche. No me había dado cuenta de lo pronto que se ha pasado el día. —dije siendo la primera en levantarme.
—Fue un gusto tenerlos aquí. —nos dijo Teresa.
—Volveremos a visitarla pronto. Lo prometemos. —dijo María despidiéndose.
—Gracias por venir chicos. —sonreímos.
Salimos de allí y lo primero que hice fue una pregunta.
—¿Y ahora? ¿Iremos donde Evelyn o esperaremos hasta mañana?
—Yo creo que será mucho mejor esperar el día de mañana, está bastante oscuro y no quiero que algo pasará por culpa de Evelyn. —respondió Eduardo.
—Pues será mejor que vayamos a casa de inmediato. —recomendó Sara.
Así lo hicimos. Llegamos a casa e inmediatamente subí a mi habitación, Sara subió detrás de mí.
—Me empezó a doler la cabeza. En serio no sé en qué estaba pensando. —dije mirándome al espejo y preguntándome mentalmente si estaba loca.
—Créeme que yo tampoco lo sé. —luego de un momento Sara salió de mi habitación y se fue a la suya.
Minutos después no quise bajar hasta la hora de la cena, así que estaba sentada en mi escritorio usando mi computadora portátil, leyendo una historia de terror y repentinamente sentí como la puerta se cerró de golpe.
Me volteé asustada, pero mostrando tranquilidad en mi rostro y vi a Eduardo sentado en mi cama. Me levanté aliviada, y le di un leve golpe en el pecho.
—Me asustaste Eduardo.
—¿Qué haces leyendo historias de terror a estas horas?. —dijo mientras me tomó la mano.
—No tiene nada de malo ¿o sí? —él asintió.
—Hay cosas mejores que hacer. —dijo y me besó, tomándome de la cintura y me sentándome en sus piernas. Sentí mis mejillas teñirse de rojo y no le respondí. Eduardo sonrió en medio del beso, no puse ninguna resistencia y pasé mis manos alrededor su cuello correspondiéndole.
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Las típicas nerd's ✓
Teen FictionEsmeralda Carpenter, una rubia teñida a la que le apasionan los estudios y la tranquilidad. Se deja catalogar por años como "nerd", sin embargo, es porque tiene secretos que como a todos los que también tienen, no le gustaría que fueran liberados. T...