[13] ¿Qué es lo que están ocultando?

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Eduardo:

¿Acaso todo lo que habíamos hecho solo había pasado en mis sueños? ¿Y por qué soñaría que fuimos a una fiesta en la que Amber y Esmeralda competían en Instagram?

De lo único que estaba cien por ciento seguro era que sentía que la cabeza iba a explotarme.

Abrí los ojos como pude y estaba en una habitación a la que había entrado anteriormente. Había un cuerpo a mi lado y por un segundo pensé que había dormido con alguien que desconocía, pero terminé de reconocer la habitación y era de la chica que estaba acostada a mi lado. Esmeralda.

—¿Qué rayos fue lo que sucedió anoche? —pregunté sosteniéndome la cabeza. Esmeralda se volteó, pegando la espalda con la cama.

—A mí no me preguntes, pero vaya que los dolores de cabeza nos dan una pequeña idea. —se levantó sin abrir los ojos mientras se sostenía la cabeza también e hice lo mismo.

—¿Por qué bajas con los ojos cerrados? —pregunté sin entender.

—No tengo mis lentes, y no es que vea la gran cosa si abro los ojos, pero, es realmente por el dolor de cabeza, además conozco esta casa a la perfección. —me encogí de hombros.

—Bueno, si tú lo dices. —en el comedor estaban los demás con los mismos ánimos que nosotros.

—¿Cómo demonios fue que terminamos en casa? —preguntó Esmeralda y entrecerré los ojos.

—Esmeralda...

—Sí, sí, las groserías. En fin, ¿esto fue obra tuya, Yerson?

—Ojalá hubiera sido así, pero yo tampoco soy capaz de recordar muchas cosas, así que no lo entiendo.

—¿No les da miedo? —preguntó Sara y todos asentimos.

—Quizá lo que realmente sucedió fue que... —dijo Estephanie mordiéndose las uñas— Olvídenlo, tampoco encuentro una explicación lógica.

—Podemos preguntarle a alguien. —sugerí.

—¿A quién podríamos preguntarle? ¿Amber? —preguntó Zac y rodé los ojos.

—¡Evelyn y Mónica! Ellas también estuvieron en esa fiesta. —respondió Sara.

—¿Y si quedaron igual de ebrias que nosotros? —Sara me fulminó con la mirada.

—¿Por qué eres tan negativo? Siempre. —dijo y rodó los ojos. Levanté las manos en señal de defensa.

—Sólo decía... —Esmeralda nos ignoró y se dirigió hacia las escaleras, pero en el momento en el que iba a subir, tropezó, probablemente porque no veía mucho y estuvo a punto de caerse.

—¡Maldición! ¿Por qué siempre me pasan estas cosas? —dijo sosteniéndose de la baranda de las escaleras y subiendo con más cuidado. Los demás y yo nos miramos y reímos.

Esperamos tranquilos la respuesta de Evelyn o Mónica, pero Estephanie estaba nerviosa, y nadie más lo notaba. Movía sus pies en un ritmo constante y descoordinado mientras se miraba las uñas y jugaba con sus manos.

—¿Te sucede algo, Eduardo? —preguntó Zac y negué con la cabeza, del mismo modo, dejé de mirar a Estephanie para no levantar sospechas. Sin embargo, me daba curiosidad su comportamiento.

—Como me lo imaginé Evelyn y su prima nos ayudaron a volver a casa. Bueno, eso creo.

—¿Cómo que crees? —preguntó Estephanie frunciendo el ceño.

—Les pregunté y dijeron que sí, pero ¿y si no fue así? —dijo encogiéndose de hombros.

—¿Hay alguna razón por la cual esas chicas mentirían? —Esmeralda se sentó en el comedor.

—¿Quizá porque hace poco intentaron exponernos con mentiras? Además, no confío mucho en ella.

—No entiendo, Esmeralda, ¿no le habías pedido disculpas y ahora son amigas? —ella negó sin mirarme mientras le daba vueltas a su celular sobre la mesa.

—Ese conflicto no lo es todo.

—Entonces si era verdad lo del otro día. —frunció el ceño y me miró— Cuando te pregunté si tenías algo personal con Evelyn. —rodó los ojos— Lo acabas de admitir, no entiendo porque lo ocultas, se supone que soy tu novio y estamos entre amigos. O ¿es que, así como no confías en Evelyn tampoco confías en mí?

—No quiero hablar de eso, lo siento ¿sí? —dijo y se levantó.

—Esmeralda... —intenté llamarla.

—Ahora no, por favor, Eduardo. —me miró y sus ojos reflejaban angustia— No estás listo para saberlo. —respondió mientras sus ojos se cristalizaban y subió las escaleras, segundos después sólo escuchamos un azote proveniente de una puerta.

—¿Qué le pasa? —Sara se encogió de hombros y se adentró a la cocina, miré a Estephanie y ya no estaba nerviosa, más bien estaba confundida, igual que María— ¿No saben nada? —las chicas negaron con la cabeza.

—No sabemos nada, y en caso de que supiéramos, no te lo podríamos decir, es su privacidad. —respondió Sara. Me dio una mirada serena por un par de segundos y subió también.

¿Acaso estaban ocultando cosas? ¿Qué tan grave puede ser eso?

Las típicas nerd's ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora