Capítulo 4: Lara Ackerman

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Cuando Bonnie se retiró, aguardé unos segundos más para llamar otra candidata, estaba realmente encantada con ella, pero debía seguir con el procedimiento; si no me retrasaría con las demás. Pedí a Lara que llamara a la siguiente chica; por equidad llamaba en orden de lista, primero la última y después la primera y así sucesivamente. El turno era ahora de Lucy Abbott.

Guapísima, alta, morena y ojos color verde; un cuerpazo que resaltaba en cada prenda que llevaba puesta. Era una mujer que sabía lo que quería y no tardó en aceptar cualquier cosa por entrar a trabajar. Ella muestra seguridad en sí misma y lo que es mejor, no tiene miedo de nada. Como me gustaba ver mujeres como ella; decididas a dejarse llevar de las situaciones y aprovecharlas para su bien. No tardé mucho con ella y no pasó de miradas atrevidas de su parte hacia mí.

El tiempo pasó volando y cuando dirigí la mirada al ordenador ya eran pasadas las 8PM, estaba por terminar; había ya descartado a unas 35 y aun quedaban más esperando, pero llamé a Lara para que las dejara para el lunes de la otra semana. Mañana era mi día de descanso y por supuesto el fin de semana no laboraba. Thomas salía a las 9PM en punto así que tenía tiempo de organizar todo antes de encontrarlo en el auto para irnos a comer. Pensar en comida hacía que me rugieran las tripas. Golpearon a la puerta, era Lara.

-Ya se fueron todas Sra. Stevens- dijo entrando a mi oficina.

-Gracias Lara, estoy exhausta.

-Es tiempo de que se relaje- se acercó a mi y comenzó a masajear mi espalda y se sentía muy bien, sus manos dejaron de tocar mi espalda y se deslizaron dentro de mi sostén, acariciaba cada vez con más fuerza mis pechos hasta que me levanté de la silla y me senté sobre el escritorio atrayéndola hacia mi.

-Esperaba que llegara esta hora- sonreí.

-No creo, vi como trataste a la chica Wright- Lara estaba entre mis piernas y no podía sentirme mas excitada sabiendo que estaba sin bragas frente a ella.

-¿Acaso son celos Lara?- besé su mejilla al ver que me retiró sus labios.-es sólo una chica, son cientos de ellas- reí.

-Ella es diferente, yo lo sé; dime ¿Quieres reemplazarme?- mientras me miraba yo desabrochaba su blusa dejando a la vista un hermoso brasier rojo de encaje que me dispuse a besar y acariciar con suavidad.

-No me vengas con esto ahora, Lara. No es la primera vez ni será la última que alguna me llame la atención por encima de las demás. Luego, ¿Piensas que te cambiaré?- ahora sus senos estaban desnudos frente a mí, los lamí haciendo que Lara hiciera un gesto placentero- no te cambiaré, te conseguiré ayuda- no pude evitar reírme al ver su cara de disgusto.

-No necesito ayuda Kiara, jamás la he necesitado.- ahora sus dedos habían descubierto mi secretillo y se deslizaban con libertad dentro de mí.

-¡Oh Dios!- exclamé. No pude pronunciar mayor palabra al sentir tanto placer entre mis piernas.

-Dime que no me colocarás ayuda- decía al introducir un segundo dedo.

-No me hagas esto, no voy a prometer nada en este estado- mi voz ahora sonaba entrecortada y salían ligeros gemidos de mi.

- Solo dímelo.

Me detuve y saqué su mano de mi entrepierna- tu sabes que tarde o temprano me acostaré con ella y nada de lo que digas podrá cambiar mi actuar. Acomodé mi vestido y me dispuse a salir de mi oficina, ya era hora de ver a Thomas en el auto.

Stevens CorporatedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora