Calmar el fuego

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Para intentar pensar con mayor claridad, decidí quedarme en la biblioteca a leer un rato y calmarme. No se realmente que me sucedía pero me sentía muy molesta con Emily, una cosa es intentar hacer cualquier tipo de gestos y otra muy diferente es exponerme frente a sus amigas. Me sentía como Jessica, la chica lesbiana que intentaba conquistar a una animadora y el séquito de sus amigas pendientes de todo lo que ocurría. Yo no estaba intentando seducirla, yo no quería sentirme así de incómoda, jamás me había ausentado de clases, ni siquiera si estaba enferma. Y ahora, me aterraba salir del pasillo de filosofía de la biblioteca.
Me sumergí en cuanto libro o texto podía leer, cuando por fin estaba tranquila y distraída en la historia de Abra de Stephen King; Doctor Sueño, Emily mostró su rostro a través de uno de los libros de uno de los pabellones.

-¿Qué haces aquí?- preguntó.

-Eso debería preguntarte yo, tendrías que estar en historia.

-Si y tu en Biología, es tu favorita, ¿Por qué no entraste?- se sentó en la silla siguiente donde me encontraba y la acercó más hacia mí, curioseando lo que estaba leyendo.

-Emily, de verdad ¿Qué haces aquí?- Cerré de un golpe el libro lo que provocó un sobresalto en Emily. Tuve que bajar el tono de voz porque la bibliotecaria nos observó desde su asiento.

-Vengo a contarte algo que debí decirte desde hace un tiempo.- sus palabras eran susurros. -¿Recuerdas la primera vez que nos fuimos juntas en autobús?

Me dediqué a asentir con la cabeza.

-Bueno, la verdad es que jamás tenía que ir a la biblioteca, la verdad es que era una excusa para conocerte.

-¿A mí? ¿Por qué?

-No lo sé, quería hablarte, me gustaste desde que te ví hace unos años.

-¿Qué?- mi cerebro entro en shock, una parte de mí encajaba las situaciones amorosas con ella pero aun así no podía entenderlo y tuve que detener mis pensamientos porque no comprendía nada de lo que pasaba. -Detente- vociferé. Tomé a Emily del brazo y salí casi trotando de la biblioteca. La solté y caminé rapidamente hacía la parte trasera del patio de la escuela. Era un lugar perfecto para hablar en privado. Cuando me detuve, Emily estaba detrás de mi con un gesto de preocupación en el rostro. - A ver si entendí- pronuncié por fin mientras intentaba organizar mi cabeza- Resulta que te...gusto y por eso inventaste toda la historia para irnos juntas; ¿Qué se supone que debo decir ahora? ¿Eres lesbiana?

-Soy bisexual Kiara.

-De acuerdo, pues lo siento; no me interesas, no sé que intentas pero no quiero hacer parte de nada.

-Oh por favor Kiara, no puedes decirme que no sientes absolutamente nada por mí- comenzó a acercarse demasiado a mí sin dejar de mirarme a los ojos. Se acercó tanto que tenía su rostro justo a unos centímetros de distancia del mío.- Dime ahora que no me quieres, dime que no te provoca absolutamente nada tenerme aquí frente a tí y te juro que jamás te volveré a hablar.-Acarició con mucha delicadeza mi mejilla, luego dibujó el contorno de mis labios.

Su sonrisa. Carajo, era tan hermosa, tan coqueta su mirada expresaba tantas cosas que me dejaba sin aliento.

No pude articular palabra alguna. Pero cuando sentí que Emily intentaba acercarse más hacia mí, retrocedí con brusquedad.

-No te asustes Kiara, si no te gusta dejamos todo así. Por favor, sólo déjate llevar...- No alcanzó a terminar la frase y sus labios se lanzaron voraces contra los míos. Eran suaves, con sabor a cereza. ¿A quién quería engañar? Yo también moría por besarla, la tomé de la cintura acercándola mucho más a mí. Ella me abrazó por el cuello mientras su lengua recorría plácida mi boca. Yo era fuego, ardía con cada parte de mi cuerpo que la tocaba, mi boca respondía cada vez más fuerte sus besos, y mis manos bajaron ligeramente hacia su falda; ella entre besos sonrió y junto con su mano hizo que le apretara el trasero.

-Oh Kiara- Continuó besándome intensamente.

...

Emily y yo buscábamos ratos libres para reunirnos en diferentes lugares de la escuela para besarnos pero cada vez, el deseo era más intenso y era inevitable no querer tener más tiempo y facilidad de estar juntas.

Digo deseo, porque realmente para ella era eso; y para mí también. Creo que eso fue lo que más me incitó a seguir con todo esto. La facilidad con que podía en cualquier momento zafarme de la situación sin tener que dar explicaciones, sin condiciones y sin nada más que llevar a cabo lo que tanto ansiaba.

Un trabajo en parejas logró que después de 2 semanas pudiéramos por fin estar a solas. Era sencillo: para hacer este trabajo iba a quedarme en su casa una noche. Para mi madre, Emily era mi mejor amiga y ya. Además, ella tenía novio y yo salía de vez en cuando con algún chico.
Recuerdo que jamás había preparado tanto algo como aquella noche, mi primera vez con un chico resultó ser tan común que preferí guardarla como un mal momento; exceso de tragos, el sitio indicado con el menos indicado. En fin.

Esto sería diferente. Me encargaría que estar con ella fuera inolvidable...para mí. Emily había tenido sexo con varias mujeres así que para mí era un reto intentar no pasar desapercibida en su vida.

Llegar a su casa y estudiar fue el momento mas fatídico de mi vida. Sentía tantas emociones juntas que provocaba vomitar. Estaba nerviosa con sus padres porque podían oirnos. Tenía miedo, una parte de mí le aterraba lo que podía suceder. Estaba ansiosa, feliz, escandalizada. No podía concentrarme.

Por fin los padres de Emily decidieron irse a dormir, cerraron su puerta luego de desearnos buena noche. Íbamos a dormir en la misma cama. Para sus padres resultaba ser algo normal.
Emily cerró con cuidado la puerta y se escabulló a la cama en donde me recostó mientras me besaba. Respondí a sus besos intentando no mostrar el miedo que sentía mientras sus manos recorrían lentamente mi cuerpo buscando como entrar entre mi pijama de corazones rosa. Acarició mis pechos y luego levantó la blusa para verlos y besarlos. Sentir su lengua húmeda y tibia me excitaba cada vez más.
Esa sensación tan placentera poco a poco disipó mi timidez y comencé a ser yo quien acariciaba y besaba sus pechos y estaba decidida a ir por más. Ella estaba totalmente desnuda para mi y vaya si era hermosa. Tomó mi mano sonriendo y comenzó a acariciarse su sexo; su piel era totalmente suave, estaba depilada; podía sentir como se humedecía con mi mano ahí y de inmediato comencé a mover mis dedos dentro de ella mientras veía como gozaba. Emily me detuvo mientras me besaba y me acomodaba en cuatro sobre la cama. Comenzó a besar mis muslos, mis nalgas hasta concentrarse totalmente ahí. Sentía cientos de corrientazos atravesando mi cuerpo hasta llegar donde ella se esmeraba en lamer y morder. Tuve que hundir mi cabeza en la almohada para controlar mis gemidos. El orgasmo fue delicioso y Emily se dió por satisfecha aquella noche. Se recostó y me acunó en sus brazos, me besó en el cuello y casi de inmediato caí profunda.

Este fue solo el primer encuentro con Emily. Pero todo terminó cuando ella fue transferida de escuela y apareció Thomas en mi vida.

Sin embargo, de vez en cuando buscaba alguna chica que me gustara y repetir aquello que Emily había hecho en mí, inclusive tuve sexo con casi todas las amigas de Emily. Aprendí que complacer una mujer es demasiado complejo, y que cada una es diferente a la anterior.

Pero Thomas, resultó ser de quién me enamoré y con quien solía compartirlo todo. Salir de la escuela e iniciar la universidad a su lado era hasta ahora el inicio de un largo camino por recorrer.

Stevens CorporatedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora