Capítulo 3: ¿Te atreves?

456 40 11
                                    

Me puse de pie con el folder que Lara tenía y comencé a mirar a las chicas.
-Wright Bonnie- dije al frente mientras veía como una chica se ponía de pie.- Ven conmigo. Ustedes quedan con Lara, pueden preguntarle lo que quieran- sonreí haciendo un gesto para que Bonnie siguiera mi camino.

Llegamos a mi oficina le mostré una silla frente a mi escritorio y luego me senté yo.
-Bueno Bonnie, ésta es una entrevista poco convencional, porque lo que deseo saber de ti, ya lo sé, nuestros investigadores se encargan de darme la información que necesito; así que es momento de que todas tus dudas sean aclaradas.
Bonnie era una chica de 22 años, no muy alta con cabello castaño recogido delicadamente en una coleta; unas enormes gafas escondían un par de hermosos ojos café. Me gustaba aquella chica, tenía una apariencia sencilla, sin mucho maquillaje pero estupenda y ni hablar de su ropa, Bonnie eligió una blusa blanca y una falda gris que dejaban ver sutilmente su figura.

-¿Hay que acostarse con usted para tener el puesto?- preguntó Bonnie con timidez.

No pude evitar reírme.- ¿Por qué lo preguntas Srta. Wright?

-pues, no comprendo la razón de solo contratar mujeres y que tengan una orientación sexual determinada: además, usted dijo que era por gusto.

Me enderecé en mi asiento- de acuerdo Bonnie, es una buena pregunta; a decir verdad soy una mujer casada, con un hombre. Sin embargo él y yo tenemos ciertos gustos y es por esto que sólo son mujeres. Acostarse conmigo no es un requisito, pero...- la miré de reojo- te aseguro que en un tiempo te gustaría hacerlo.

Bonnie sonrió y continuó- de acuerdo, ¿Alguien de aquí no ha pasado por tus brazos?

-No- contesté tranquila. Eran tan comunes las preguntas de Bonnie que las respondía casi de memoria.

-¿Te incomoda?- espeté.

-¿Y Lara?- preguntó en un tono que no lograba reconocer su significado: ¿celos? ¿ira?

-También Bonnie, ella lo encuentra bastante placentero. Repito mi pregunta ¿Te incomoda?

-No- Repuso Bonnie.

-De acuerdo, tienes alguna otra pregunta?

-No, me gustaría saber que sigue.

Me levanté de mi silla y me senté en la que estaba junto a ella.
-¿ Qué haces aquí Bonnie Wright? ¿Qué te trajo a postularte a mi empresa?

Bonnie titubeó un rato y respondió: -Necesito el trabajo, quiero adquirir experiencia y sé que aquí puedo conseguirlo.

Me acerqué mucho más hacia ella mirando directamente sus labios- ¿Por qué debería pensar en si quiera contratarte? veo que no tienes gran experiencia con mujeres- Bonnie estaba cada vez más nerviosa, era como tener un cachorrito frente a un enorme lobo que se moría por devorarlo; ¡rayos! yo de veras quería eso.

-¿Cómo sabes que no poseo experiencia? por algo no me he ido- dijo ella en un tono exageradamente bajo.

-Vamos Bonnie, mírate; ni siquiera puedes controlar que esté cerca de ti- sonreí mientras colocaba mi mano en su muslo- ¿Sabes que veo?- Le dije con mis labios a milímetros de los suyos- veo una niña insegura de sí misma y de lo que es capaz de hacer, ¿Quieres saber qué puedo hacer contigo?- sonreí sintiendo su entrecortada respiración en mí. Me alejé rápidamente de Bonnie volviendo a mi silla. -Bien, creo que esto es demasiado para ti- dije encogiéndome de hombros mirando hacia otro punto de mi oficina.

-¡Espera!- dijo Bonnie alarmada- Tengo más experiencia de la que crees- Su mirada cambió ligeramente, ahora estaba más tranquila, sentía miedo pero esta vez no era hacia mí; era hacia perder su oportunidad laboral y era justo eso lo que yo sabía aprovechar perfectamente para obtener lo que quería.

-Sabes bien que hablo de experiencia en un sentido global- estaba ahora en mi silla mirando su carpeta- tu estudio de mercados extranjeros es muy profundo; creo que eso me sorprendió de ti- dirigí mi vista hacia ella que ahora no sabía que contestar.

-Gracias- respondió arreglándose la falda. Dios, era completamente hermoso observarla.

-¿Qué piensas de mí Srta. Wright?

-Pienso que eres una mujer hermosa, eso podría explicar que tiemble frente a ti- su cara se tornó roja de inmediato, no es posible que sea tan inocente; encontraba cada vez más razones de verla trabajando aquí y ver más seguido sus mejillas sonrosadas por los pasillos.

-¿Te atreverías a besarme?- dije mirándola seriamente.

-Sí, si quiero hacerlo- se levantó del asiento dirigiéndose a mi silla, donde delicadamente la acomodé en mis piernas. Era como tener una niña y a la vez una mujer, hacía bastante tiempo no conocía a alguien como Bonnie y realmente me tenía encantada. Sus labios se posaron tiernamente en los míos y yo no pude evitar responder más ávidamente; introduje mi lengua en su boca y ella gemía suavemente, mis manos se deslizaron por sus piernas hasta más arriba. Pero me detuve, era demasiado por hoy. Sonreí viendo que Bonnie quería más.

-No quiero presionarte, no es como  hago esta parte del trabajo, gracias por tu sinceridad el día de hoy. Mis agentes se comunicarán contigo tan pronto les sea posible, espera mi llamada Srta. Wright.

Bonnie se levantó sorprendida, noté en ella algo de curiosidad en saber por qué no había querido continuar así que agregué: -No te preocupes, sencillamente no es algo que suela hacer en las entrevistas, pronto volveremos a vernos y podrás mostrarme que tanto sabes hacer- reí y Bonnie me dedicó una tierna sonrisa

-Lo haré- dijo mientras salía de mi oficina.

Stevens CorporatedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora