Capítulo 24: Enfrentando al enemigo

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George, logró armar torniquetes en mis heridas pero con el paso del tiempo era cada vez más improbable que yo pudiera salir de esta situación, el dolor pasó a un segundo plano; jamás había visto mi situación en retrospectiva, antes yo era la chica que se consideraba afortunada de su vida, que logró conseguir cada cosa que se propuso y se dedicó a disfrutar de lo que obtuvo. Ahora, llegar a este punto donde nada importa, donde cada segundo se reduce más mi posibilidad de vivir me provocaba una desesperación profunda y unas ganas de que todo terminara ya.

Sentí como George desataba mis manos de la silla y me dejaba tendida en el suelo apretando mis heridas; mi boca tenía un sabor metálico y era cada vez más difícil intentar tragar saliva, incluso inhalar un poco de aire.

Suspiré. Ya no había nada más que hacer por mí ahora, lo único que deseaba ahora, era ver a Thomas, recordarlo; obligar a mi mente a devolver aquellos hermosos recuerdos de su rostro, su sonrisa, sus ojos, pero no podía. Por más que quisiera recordarlo no podía verlo, comencé a llorar con fuerza, su cara era lo último que quería ver y no fue posible.

....

Will condujo con tanta habilidad y con tanta velocidad que tardaron muy poco en llegar a la dirección que tenía la policía. Aparcó el auto y salieron hacia la entrada de la casa. Thomas no esperó que el auto se detuviera para bajarse y correr hacia el interior de aquella casa.

-Thomas!! Espera!!- Will también bajó del auto y tomó a Thomas de la camisa para impedir que se moviera.

-¿Qué ocurre? No hay tiempo para esto William!

-¿Qué harás? ¿Llegar solamente a gritar pidiendo por la liberación de tu esposa? Debemos ser cautelosos, tomarlos por sorpresa, deben estar armados.

-¿Y tú qué? ¿Ahora resulta que lo sabes todo?

-Es lógica Thomas, si quieres sacar a Kiara viva debes hacerle caso a la persona que la ha salvado más de lo que tu has hecho.

-De acuerdo- Thomas se pasó la mano por el cabello intentando no ser consumido por el miedo que sentía frente a un tipo de situación como esta.

Will se acercó con sigilo a una ventana mientras guiaba a Thomas para que siguiera sus pasos. En la ventana de enfrente no se divisaba nada más que viejos muebles, por lo que Thomas y Will seguían anvanzando. Llegaron a la ventana de la cocina. Donde Kiara estaba tendida en el suelo en medio de un pequeño charco de sangre.

A Thomas se le revolvió el estómago y no pudo impedir que una lágrima cayera al verla así. Will tomó aire.
-Haremos lo siguiente: yo llamaré a la policía y tu entra por la puerta principal, los distraes y yo saco a Kiara. No debe tardar mucho la policía en llegar.

-Bien, no te conocen así que creerán que vine solo o esperando refuerzos.- Thomas se abrió los primeros botones de la camisa y dobló sus mangas y tomaba una rama bastante gruesa que se encontraba alrededor de la zona.

-De acuerdo. Hay que hacerlo.

....

Lara estaba en una esquina de la cocina mirándome furtivamenteientras en sus manos jugueteaba con el cuchillo ensangrentado. Mientras George daba vueltas alrededor resolviendo su siguiente paso para salir bien librados de esta situación. Hasta yo sabía que era prácticamente imposible. Mi vista y demás sentidos se estaban tornando letárgicos y borrosos. Pero pude escuchar un sonido proveniente de la entrada.

-KIARA!!- aquella voz gritaba enérgicamente.- mi corazón dió un brinco de alegría, esa era su voz; su hermosísima voz animaba a mi corazón latir un poco más, así sea solo para despedirme.

-Mierda!- George se reincorporó y junto con Lara salieron de la cocina. Dyer empuñó su arma y Lara sujetó con mas fuerza el cuchillo. Temí por su vida, pero estaba inmóvil y esa sensación de no poder hacer nada era peor que las puñaladas de Lara. Mi llanto era incesante al oir gritos provenientes de la entrada.

-Thomas! Bienvenido a mi fiesta- Lara sonreía como una psicópata total y su aspecto desordenado no ayudaba en lo más mínimo.
Thomas no aguardó un segundo cuando arremetió la rama contra George, fue tan fuerte el golpe que el hombre quedó tirado en el suelo inconsiente. Arrojó el arma por lo que Thomas la sujetó y apuntó directamente en la sien de Lara.

Lara observó espantada aquella situación y por primera vez en aquel día sintió miedo. La punta metálica del arma se posaba con fuerza en su frente.

-Ahora dame sólo un motivo, uno para no matarte aquí y ahora perra- Thomas sentía tanta rabia que se notaba con cada palabra que sentía.

Mi visión era cada vez más borrosa, pero pude identificar que Will estaba entrando por la puerta de la cocina con cautela. Sonreí al ver su rostro cerca a mí.
-¿Cómo es que siempre tiendes a verme en este tipo de situaciones?- mi voz era practicamente un susurro por mi debilidad.

-Kiara Stevens, aun en este momento tienes la habilidad de hacer bromas.- acarició mi mejilla con ternura.- Debo sacarte de aquí antes que se den cuenta.

-Ya es tarde Will, ayuda a Thomas y dile que lo amo.

-No te atrevas a despedirte Kiara, no así. Te dejaré en el auto y vendré por Thomas.

-No, ve primero por él. Te lo pido. Will dudó un segundo pero se adentró hacia la entrada principal donde Thomas aún apuntaba el arma hacia Lara.

-Thomas, debemos irnos ya, no aguantará mucho si sigue aquí.- Will sostenía un cuchillo qie había tomado de la cocina también hacia Lara. 

Lara rió.

-¿Esto te causa gracia? Herir a mi mujer por estupideces.

Lara cambió la expresión del rostro y lo miró fijamente con rabia. -¿Estupideces? ¿Te parece que esto, todo esto son estupideces? Déjame te saco de esa pequeña burbuja que tu y tu esposa han vivido por años y te muestre que se siente lastimar profundamente a alguien por tanto tiempo. Ahora, Qué esperas para matarme?

-No es suficiente la muerte comparada con todo el dolor que quiero que sientas.- bajó el arma hacia el vientre de Lara.-¿Qué tal si disparo aquí? No es mío, no interesa.

-No eres capaz Thomas, mientras estas aquí decidiendo como herirme, tu esposa se muere, porque yo lo provoqué. Y ese es el mayo daño que puedo causarte.

Thomas disparó el arma hacia una pierna y salió corriendo junto con Will. Casi al unísono se comenzaron a escuchar sirenas de policía por lo que Thomas entró a la cocina y con ayuda de Will me levantaron del suelo. Cada vez era más difícil permanecer atenta a lo que ocurría.

Por fin, mi único deseo estaba realizado, su rostro; su precioso rostro estaba frente a mí, contenplándome apesadumbrado e intentando no lastimarme al hacerme entrar en la silla de atrás del auto.

Y así, pude cerrar los ojos, viendo al hombre que más he amado antes de irme.

Stevens CorporatedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora