Capítulo 1: Entrevistas

465 44 11
                                    

Luego de esa pesada experiencia con el periodista en la tarde; Thomas y yo nos relajamos como solíamos hacerlo: tener sexo unas cuantas horas y dormir hacía que el estrés pasara rapidamente. Ver a Thomas descansar era un placer que me daba casi a diario. Cuando él abrió los ojos me dió un suave beso.

-Hola hermosa- dijo sonriendo y desperezándose. Sonreí besándolo apasionadamente, sentir su cuerpo hacía encender mi deseo de que me cogiera una vez mas.

-Sé lo que haces amor- dijo Thomas apartándome de él sin conseguirlo. -debo ducharme e ir a la oficina y tu igual.

-Vamos, yo te baño- me levanté y me dirigí con él a la ducha.

Unas horas después, estábamos en el ascensor del edificio de la compañía, Thomas miraba el reloj mientras se arreglaba la camisa, yo me miraba en el espejo que todo estuviera en su lugar, me considero atractiva, soy alta, rubia, y con ojos claros, tengo muy buen cuerpo gracias al ejercicio que realizo cada tres días sin falta cada semana. El día de hoy lucía un ajustado y corto vestido negro, y es obvio que no podía llevar bragas debajo. Una chaqueta corta blanca y unos muy altos tacones negros.

-Te ves preciosa- dijo Thomas mientras me besaba y me agarraba el trasero sin ningún escrúpulo.

-Tengo unas entrevistas el día de hoy, te las enviaré cuando elija las indicadas- dije sin prestar atención a sus actos.

-Perfecto. Nos vemos en unas horas quiero salir a cenar esta noche contigo. ¿Comida china?- preguntó justo al detenerse en el piso donde yo me bajaba.

-Lo que tu quieras- guiñé el ojo y le mandé un beso mientras las puertas del ascensor se cerraban.

A menos de 10 pasos estaba una de mis secretarias: Lara. Una chica realmente hermosa y diligente, llevaba más de dos años trabajando con nosotros y planeaba quedarse hasta terminar su especialización en gestión financiera.

-Buenas tardes Sra. Stevens- dijo Lara cortésmente.

-Lara, por favor lo de siempre a mi oficina.- caminé sonriendo junto a ella  y me dirigí en línea recta. A cada lado del pasillo habian oficinas de otras dependencias y justo frente a la mía estaba la sala de espera de cientos de chicas que se morían por hacer parte de la compañía.

Entré a mi oficina y me senté en el escritorio mientras encendía el ordenador. Al cabo de unos minutos Lara entró a la oficina con una taza de mi té favorito: english breakfast, también llevaba una enorme pila de carpetas con los curriculúms de las chicas que esperaban en la sala.

-Gracias Lara- le sonreí al recibir lo que necesitaba sobre mi escritorio. -¿y bien? ¿Has visto algo bueno?- agregué mirando por encima las carpetas y sorbía mi taza de té.

-Algunas- Me miraba dándose cuenta que tenía la vista clavada en su muy profundo escote. - Oye, llegas tarde y hay muchas esperando, no alcanzas a hacer mucho más.

Pero ya estaba frente a mí sonriendo abriéndose lentamente la blusa. Reaccioné en unos minutos.

-Tienes razón, será luego-  le dije haciendo un ademán de que saliera- dame unos minutos y ya te llamo.

Tomé un grupo de 20 carpetas y leía cada una minuciosamente, su perfil, edad, su estatura, aspecto, cualidades, rendimiento académico, pruebas psicológicas, perfil profesional, metas y estado civil.
Al cabo de 25 minutos descarte 11 carpetas; llamé a Lara para que les informara a las jóvenes y no esperaran más tiempo. Se retiró de inmediato y volví a hacer lo mismo 14 veces eliminando más de la mitad de las candidatas.
El dolor de cabeza me invadía al terminar de entregar las eliminadas a Lara. -Espera, quiero que esta vez estes conmigo- dije antes de que Lara saliera.
- Claro que sí, enseguida regreso.

Unos minutos más tarde Lara y yo nos dirigimos a la sala de espera y cerramos la puerta.
De pie me dirigí a las candidatas:
-Bienvenidas a Stevens Corporated. Soy Kiara Stevens y soy gerente general y por orden directa tengo la tarea de seleccionar personal para la empresa. No son muchos los cargos disponibles y no todas alcazarán a cumplir con mis expectativas que son realmente altas. Les explicaré el proceso, los cargos a los cuales pueden aspirar y lo mejor: Los beneficios que obtendrán de su trabajo.
Pero primero- me detuve observando a cada una que me miraba atentamente- deben firmar esta cláusula de confidencialidad.

Stevens CorporatedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora