Capítulo 18: Salida

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William no pudo contener la emoción al escuchar la propuesta de Thomas.

-No lo conozco mucho, pero usted no se alcanza a imaginar cuanto representa para mí lo que hizo por mi esposa. Es por esto que deseo que haga parte de lo que a su seguridad concierne.

Mi alegría fue evidente, William había representado algo muy importante en mí, estuvo en el momento y lugar indicados cuando más lo necesitaba y eso; para mí era prepresentaba demasiado y adoraba que para Thomas significara lo mismo. Va a ser bueno tenerlo cerca.

-Pues, señor Stevens, no se imagina cuanto necesito un nuevo trabajo y me encantaría trabajar para usted y su esposa- me miró con cara de emoción.

-Pues bienvenido!... ya es tarde- Dijo Thomas mirando el reloj- Debemos dejar que Kiara descanse y ocuparme personalmente de que encierren a la señorita Wright por la mayor cantidad de tiempo posible y porqué no, al señor Dyer de paso.

Pensar en Bonnie me provocaba náuseas; creánlo o no, una muy ínfima parte de mi ser quería creer que todo era falso, no había en ella una sola gota de maldad que me hubiera hecho sospechar de que algo andaba mal o que quisiera herirme.

Me reí de mi misma. Quizá ese es el problema; confiar en el instinto y pensar que todos a mi alrededor son buenos y no existen en ellos malas intenciones. Mi paranoia llegó a mi mente y se encontró con la ansiedad, se presentaron y comenzaron a bailar a un sonsonete aturdidor en mi cabeza; a tal punto de dudar del señor William, era lo único que me faltaba, posiblemente él estuviera esperando que fuera tarde para matarme, no sabía mucho de su vida y no había nada que me hiciera creer en lo contrario.

Thomas se despidió con un beso largo y profundo. Devolvió el orden a mi cabeza haciéndome sentir un calor muy familiar en todo el cuerpo. Fue inevitable abrazarlo y acercarlo más hacia mí. -No me quisiera ir amor, pero esperaré que sea el siguiente turno para venir y pasar contigo la noche y tu- miró mi escote y a decir verdad no me había fijado que tenía una bata en un material extraño y debajo de ella no había más que mi piel erizándose con la mirada impropia de Thomas.- disfrutarás bastante de mi compañía- Me dió un último beso y se fue.

No era posible que su ausencia provocara en mí, un sentimiento tan enorme de desesperanza.
William entró luego a mi habitación y vinieron a mi los paranoicos pensamientos que había tenido. Intenté alejarlos de mi mente y observé como caminaba pausadamente hasta la silla y se sentaba.

-El señor Stevens me encargó quedarme aquí hasta que el regrese.

-De acuerdo señor William.

-Oh por favor, solo dime Will- me dedicó una enorme sonrisa.

-Está bien Will- él se dispuso a mirar un programa de cocina que estaban presentando mientras que yo observaba sin que se percatara su rostro; era más guapo de lo que recordaba, su cabello castaño claro hacía que resaltara ya que era algo largo hacia un lado únicamente. Su piel blanca y mejillas rosadas eran simplemente hermosas ; era bastante fornido ya que sus músculos sobresalían de su camiseta. No sé por qué, pero me sentía segura con él aquí, tanto así que en unos minutos caí en un sueño profundo.

......

Al cabo de tres largos días el médico por fin decidió darme de alta; eso sí, sometiéndome a tres millones de cuidados adicionales si quería evitar que mis heridas dolieran o se abrieran y tener que regresar. Will tomaba un pequeño maletín donde estaban mis cosas personales mientras que Thomas me sujetaba suavemente para hacerme encajar en una silla de ruedas. No la necesitaba, pero caminar al cabo de unos cuantos pasos resultaba ser demasiado doloroso.

Camino a casa, estaba bastante emocionada mientras William manejaba y había evitado prrguntar por Bonnie hasta ese momento porque sentía que era molesto para Thomas pero tenía la necesidad de hacerlo.

-Amor, ¿Qué ha pasado con B...Bonnie?- Thomas endureció el  gesto y dirigió su mirada hacia la ventana del auto.

-Lo que tenía que suceder Kiara, está en la cárcel esperando ser judicializada. Hay tantas pruebas en su contra que espero que sea pronto su condena.

-¿y el señor Dyer?- hablaba despacio, como si doliera cada palabra que decía; mi abdomen se contraía al pronunciar frases y escocía.

-Con él hemos tenido que esperar, estuvo en prisión un día y pudo pagar fianza. No dejaré que por todo lo que hizo sencillamente  quede así; justo ahora los abogados planean una denuncia por responsabilizarlo a él como autor intelectual de los hechos.

Suspiré y me dediqué a mirar por la ventana observando cada casa, edificio y planta en el exterior. Sentí los dedos de Thomas entrelazarse con los míos y apreté su mano al ver que me miraba a los ojos con cierta... ¿preocupación?¿Nervios?

Acaricié su mejilla y el apretó su mano contra su cara. Con ternura se acercó a mi y me besó muy despacio. Sus labios estaban temerosos, distantes; y por más que intentaba sentirlo más cerca de mi no podía lograrlo.

-¿Qué pasa Thomas?- dije al separarme de su boca.

-No quiero que vuelvas al trabajo.

-Sabes que ahora no podré hacerlo pero en algún momento volveré. No puedo dejarte solo ahí. Es nuestro trabajo de toda la vida Thomas.- no podía creer lo que estaba escuchando.

-No me importa.

-¿Entonces sólo porque una loca le da por dispararme a media noche a ti se te ocurre dejarme encerrada en casa y esperas que te diga que sí?

-Es eso básicamente.

-Pues no lo haré y lo sabes-Crucé lo brazos con extrema dificultad haciendo que la herida del brazo ardiera.

-Eres demasiado testaruda.

-Hay algo más que quisiera hacer antes de entrar a trabajar de nuevo.

-y ahora ¿Qué será?

-Quiero ir a visitar a Bonnie.

Stevens CorporatedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora