La Pregunta Prohibida.

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(En el fondo de mi mente...)

[...]

Never, Nunca, jamás de los jamases, preguntes "¿Qué tan malo puede ser?" créeme, gracias a esa pequeña pregunta estoy aquí, afuera del salón de clases de Marinette y Adrien.

Así es, la maldita cosa verde voladora le recomendó al Maestro Fu que me mandara a la escuela para "poder conocer más a Ladybug y Chat Noir y buscar un buen ayudante".

¿Qué clase de lógica tiene eso? exacto, ninguna. Pero al maestro Fu le pareció "buena idea".

—Por favor presentate...— oí hablar a la maestra.

¿En qué momento entré?

—Me llamo Ema, tengo 16 años, vengo de (tu país), pero por alguna extraña razón se hablar francés...— dije lo último en un susurro.

—¿Disculpa?

—Que un gusto conocerlos, espero llevarme bien con ustedes.— luego le sonreí amistosamente.

—El gusto es de nosotros.— habló por todo el grupo. —Bien ahora sientate con...— buscó un lugar que estuviese solo.— ...Nathaniel.— eso hice, empecé a caminar hacia él. —¿Acaso ya conoce al joven Nathaniel?

Demonios...

—N-no, pero supongo que es él...— apunté a Nath. —...Ya que es el único asiento libre que hay.— reí nerviosamente.

—Por supuesto, lamento mi pregunta, puedes tomar asiento.

Fui hasta mi lugar. Al sentarme solté el aire que retuve.

—Hola, soy Ema, espero que nos llevemos bien.– me dirigí al pelirrojo que como pensé, estaba dibujando, ¡Como lo envidio!, mis dibujos no son tan buenos como los de él.

–Hola, soy Nathaniel, espero lo mismo...

Se le notaba nervioso, pobre chico. Es demasiado tímido.

La clase comenzó, su forma de estudio son muy parecidas a las de mi mundo. De hecho lo que están viendo yo ya lo sé. Siento que vengo del futuro, aunque en realidad vengo de otra dimensión. Bueno según lo que dijo el Maestro Fu salí de un libro. Tal vez es porque me gusta leer, ¡me fusione con un libro!

¿Pero qué demonios estoy diciendo? Debería dejar de ser tan distraída.

—Bien jóvenes, tienen la hora libre ya que tengo que hacer unos deberes en dirección, comportense.— anunció la maestra para luego salir.

En cuando ella salió Nathaniel se levantó del lugar y se alejó. Y yo que pensaba platicar con él para no aburrirme.

Casi en cuanto él dejo su asiento y se sentó en la escalera todos los del salón se abalanzaron a mi lugar.

Te maldigo Nathaniel, ¡no huyas!

—¡Bienvenida!— dijeron Marinette y Alya.

Changement de lame, nouveau dessin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora