Capítulo 29- Los refrescos del mal.

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(Pero si esperamos lo suficiente... Seremos salvados...)

[...]

Llegamos a mi casa y entramos, pero hasta que vi la cara de Marinette -la cual fue muy graciosa- al ver a mi abuelo recordé que ella ya lo conocía.

Me sentí realmente tonta por olvidarlo.

-¿Quiénes son estos jovencitos?-
Preguntó el abuelo señalando a la pareja de héroes.

-Son unos amigos, los invite a comer. No habrá problema, ¿verdad?-

-Claro que no, pero primero y para no ser mal educado deja acompaño al joven Nathaniel a la puerta. Su familia debe estar esperándolo para comer...-
Decía mientras tomaba a mi tomate del brazo e intentar sacarlo.

Dios, por favor ayuda.

-También invite a Nathaniel, abuelo.-
Tome a Nath del otro brazo deteniéndolo.

-¿De nuevo?-
Sonrió forzadamente, molesto obviamente.

-Si, de nuevo. Ya sabes, me agrada mucho el tomate y pues lo invite. No hay problema, ¿cierto?-
Sonreí de igual forma.

-Claro que no, cariño.-
Soltó a tomate de mala gana y yo retrocedí dos pasos hacía atrás.

-Los llamaré cuando la comida este lista, pueden ir a divertirse arriba.-
Informó.

Subimos a mi habitación después de que Adrien y Marinette se burlaran de mi por el comportamiento del abuelo, Nathaniel les seguía el juego.

Me alegra decir que la habitación estaba limpia, el maestro la arreglo demasiado bien. Se lo agradeceré después.

-Tu cama...-
Susurro Nathaniel. Esto me es familiar....

-¡Ni se te ocurra!-
Grité al recordar lo que yo había hecho con su cama.

No le importo mi comentario y se lanzó a mi cama destendiendola toda.

-Que infantil eres...-

-Tu me contagiaste, yo era maduro y serio hasta que te conocí.-

-Si fueras serio no te estarías vengando.-

-Por eso dije que lo era, tiempo pasado.-
Reí por ello.

-¡Dejen de coquetear enfrente mía!-
Regaño la rubia. Gracias, acabas de arruinarlo.

-Nosotros sabremos cuando y donde coquetear, no empieces...-
Se defendió el tomate.

Changement de lame, nouveau dessin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora