Changement de lame, nouveau dessin.

La Familia De Nathaniel.

(Queremos volar... Pero nuestras almas... Están atrapadas...)

[...]

Bien Ema, estas apunto de llegar a la casa de Nathaniel, respira y recuerda: no entres en pánico.

Sabemos que Nathaniel no se opuso a lo del dibujo y que dijera que fuera en su casa fue porque seguramente trae algo entre manos, y eso es nada menos que, redoble de tambores por favor, ¡Molestarme!

¿Por qué más sería?, ¿Por buena gente?, no lo creo. Él solo me molesta y tiene la buena suerte de que cuando yo intento molestarlo, la que termina en ridículo soy yo.

—Bien, llegamos.— dijo para luego sacar sus llaves y abrir la puerta. Entré después de él.

—Con su permiso...— dije, aúnque eso es una costumbre mía

—¿A quien se lo dices?

—A quien sea que me haya escuchado.— Él asintió aunque creo que simplemente me estaba ignorando.

—¡Estoy en casa!— gritó.

Hubo silencio, al parecer no hay nadie...

—¡Nathaniel!, que bien que llegas ocupo que vayas a...— era una señora, no se veía tan grande pero si se notaban sus años. Tenia una hermosa cabellera roja, era delgada, realmente hermosa. —¿Quién es esta señorita?— preguntó con un brillo en los ojos.

—Ella es Ema, es mi...

—¿¡Novia!?, ¡Cariño, el día por fin llegó!— su madre gritó, yo intentaba no reírme a carcajadas por lo de "por fin"

—¿¡Qué has dicho mujer!?— llegó un hombre alto y de cabello café oscuro. Se parece mucho a Nath, solo que con cabello corto, de color café y que es un poco más alto que él. Pero son casi idénticos.

—¡Mi niño consiguió novia!, ¿no es hermosa?

Los padres de Nath literalmente empujaron al pobre y éste cayó al suelo ya que no esperaba el golpe. Ya con Nath en el suelo sus padres se acercaron a mi.

—Es cierto, es una chica muy linda.

—¿Cómo te llamas querida?

—¿Cuántos años tienes?

—¿Cuándo paso?, ¡no!, ¿cómo fue?-

-Mamá, Papá con todo el respeto que ustedes como mis progenitores y señores que me dieron la vida y la forma en la que vivo merecen como tales. Les pido de la forma más atenta que ¡dejen en paz a Ema y me dejen explicar!— me recordó a Alya la primera vez que hablé con ella.

Los padres de Nath se pusieron serios y miraban a su hijo esperando que él hablara. Cuando Nath se disponía a hablar otra vez...

—¿Así que te llamas Ema?

—¡Que lindo nombre!

—¡Padres!, guarden silencio, estoy intentando dormir...

Por el pasillo de la sala apareció una pequeña niña de cabello café rojizo, supongo que la hermana de Nath. Ella me miro un rato, al ver que sus padres estaban interrogandome, miro a Nath, luego me miro a mi, luego otra ves a Nath y cuando volvió a mirarme a mi me señaló con su dedo índice.

—¡No te entregaré a mi hermano, bruja!

Después se fue corriendo y gritando sabe Dios que cosa.

—Descuida querida, ya se encariñara contigo.

La madre me comenzó a preguntar por mis gustos. Ya saben: color favorito, comida favorita, pasatiempos y todas esas cosas.