Capitulo 37

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Las horas han pasado rapidísimo, se supone que James vendría en dos horas pero ya han pasado como 4 son las 9:40 de la noche, mi móvil suena es un mensaje

Isabella baja estoy en enfrente del edificio- James

Agarro mi bolso y salgo no quiero que se enfurezca, camino hacia fuera del edificio, veo su auto, abro la puerta del copiloto y subo, no dice nada solo arranca el coche.

-Estará casi toda la familia, espero y te comportes- me dice seriamente como si tuviera 5 años

-No necesitas decírmelo

Ya no dice nada solo maneja por una parte no quiero llegar pero por la otra quiero despedirme de Joseph ha sido un gran apoyo para mi es lo mínimo que puedo hacer.

Al llegar hay como 4 autos fuera de la casa, es tardísimo, bajamos del coche, James toca la puerta y de inmediato nos abre la señora Rose.

-Pasen- dice la señora Rose haciéndose a un lado

-Buenas noches- le saludo antes de entrar, ella me sonríe y me regresa el saludo

Están los padres de James, Joseph, Jasón su prometida, Miranda, Jeremy y Jaime en el living, al llegar nos saludan todos.

-Los estábamos esperando- dice la madre de James- Pasemos a cenar, Rose podrías decirle a Silvana que ya baje

-Claro señora- responde Rose, así que aquí está, ya veo con quien James no ha perdido su tiempo, no soy tan estúpida

....

La cena ha sido un tanto incomoda la presencia de Jasón y Silvana me incomoda.

-Es una lástima que no estarás para mi boda- comenta Jasón

-Lo sé hermano, pero les deseo lo mejor- siguen platicando, pero ya no les prestó atención, quiero salir de aquí ya, así que intento levantar de la mesa pero James me toma de la mano se acerca a mi oído

-¿A dónde vas?

-Necesito ir al baño- le digo me observa y me suelta la mano, todos están entretenidos en la plática y yo no encajo aquí.

Me levanto y salgo del comedor pero no tengo la menor idea de donde se encuentre un baño en la plata baja.

-Disculpe, ¿podría decirme donde se encuentra el baño?- le pregunto a la señora Rose

-Claro, sígame- voy detrás de ella, hacia un pasillo, me señala la puerta

-Gracias- entro al baño, me observo en el espejo, abro el grifo mojo mis manos un poco y después mi cara, he tardado en salir no quiero enfrentar todo lo que está allá fuera, pero tomo fuerzas y salgo, estoy a punto de avanzar por el pasillo pero Silvana se interpone en mi camino con una copa en su mano.

-Isabella ¿verdad?- pregunta como si no se acordara de mi nombre, asiento, me observa de arriba abajo, me siento intimidada- Ahora comprendo a James, eres tan poca cosa para él, no entiendo porque se caso contigo- me dice tan sínica

-Disculpa- pregunto sorprendida

-Y hasta estúpida, pobre James

-No sé qué te pasa pero no me hables así, yo no te hecho nada

-Me has hecho mucho querida, pero no te durara mucho el gusto- no sé de qué jodidos habla

-No sé de que hablas, pero tengo que pasar- intento pasar pero me lo impide

-No sé qué te vio James, eres tan insignificante

-No te permito que me hables así, yo nunca te he ofendido

Se acerca más a mí hasta que topo en la pared- No sabes cuánto de odio- me dice

-Yo no te he hecho nada- le digo, se separa de mi se da la vuelta, cuando creo que se irá se voltea y me tira el vino de su copa en mi ropa.

-¿Oye que te pasa?- se escucha una voz detrás de Silvana- ¿porque haces eso?- es Miranda

-No te metas- le contesta furiosa Silvana

-Claro que me meto- salgo casi corriendo de ahí no quiero que se arme un conflicto, doy a la cocina hay una puerta supongo que da al patio así que salgo. Las lágrimas me han ganado de nuevo, desde la boda no he parado de llorar, de tener problemas, no le he hecho nada para que me trate así, si por mí fuera nunca me hubiera casado con James.

-Isabella- dicen detrás de mí, es Joseph no quiero voltear y me vea llorando- ¿Qué ha pasado?

-N-nada

-¿Cómo no? ¿Estás llorando?- Joseph toma mi brazo y hace que voltee- ¿Qué le ha pasado a tu blusa?- la mancha de vino es muy pronunciada en mi blusa

-Silvana me ha ajorrado su copa de vino- le digo es un susurro

-Porque lo hizo

-No se empezó a decirme cosas, yo no le he hecho nada- mas lagrimas en mis mejillas, porque no puedo ser más fuerte.

-Eso lo arreglaremos ahora- dice disponiéndose a ir dentro de la casa

-No, espera- voltea a verme- por favor no

-Está bien, pero ya no llores

-Va- limpio mis lágrimas- gracias por todo eres una gran persona

-Isabella-me llama James, su tono es molesto

-Hay no- pongo mis manos en mi cara

-Nos vamos, lo primero que te digo y es lo que haces, cuando entenderás- y si está furioso

-Oye cálmate

-No te metas Joseph

-Me meto porque sé que Silvana te ha lavado el cerebro como siempre

-Cállate, vamos Isabella

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De La Tortura Al AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora