De La Tortura Al Amor

CAPITULO 34

Sé que esto no acabara bien, no sé qué hacer o que decir

-Quizás tengas razón pero el hecho que mi padre sea así no significa que yo sea igual a el

-Entonces ¿porque accediste?

-Porque veía la necesidad, por miedo a no terminar mi carrera, por ver a mi madre llorar cada noche, porque cada día llegaba a casa un recordatorio de embargo si no se pagaba, porque había cientos de empleados que dependen de mi padre, ¿quieres más razones?- le pregunto

-Tienes que ayudarme en esto, como yo te ayude- me dice tan tranquilo

-Estas consciente de lo que estás diciendo

- Firmaste un contrato, no te quiero obligar pero si no me dejas de otra-

-Un hijo no es cualquier cosa, no me puedes decir esto tan tranquilo- estoy a punto de llorar los nervios me superan

-Vamos Isabella, podemos sacar ambos beneficio de esto

-¡No!, entiéndeme tu a mí, No puedo con esto

-Dime ¿cuánto quieres?, te daré lo que quieras-

-¡No!, no es por el maldito dinero- quiero gritar pero el nudo en mi garganta me lo impide.

-Entonces que quieres

-Por Dios un hijo es para toda la vida, ni siquiera me soportas ni nos llevamos bien.

-Eso no es problema cuando el contrato termine yo me puedo quedar con el niño- me dice está loco

-Enserio James, que estupideces dices

-No me hables así- me mira amenazante- no hay opciones Isabella

Lo observo para él es tan fácil decir esto, que puedo esperar de alguien que todo lo que hace es por dinero.

-Tenemos que resolver esto Jasón se casa en dos semanas

-No he dicho que no

-Isabella...- lo interrumpo

-No cambiare de parecer, digas lo que digas- le digo decidida no puedo hacer esto- Tiene que a ver otra solución

-Si, a ver dime que otra solución le encuentras a esto

-No se- los nervios me están consumiendo- Porque no adoptas

-Eres estúpida

-No me hables así

-No digas estupideces

-No, James, no puedo- le digo ya que no deja de observarme y me intimida

-Solo te diré que puedo hacer cosas que te perjudiquen y no solo a ti, piénsalo Isabella- me dice

-Me estas amenazando- le digo, las lagrimas me traicionan de nuevo pero esta vez es de coraje

-Tómalo como quieras-dice

-Puedo decir la verdad, puedo decirle a tu abuela que me obligaste a casarme contigo solo por recibir la herencia, puedo decir que esto es una total farsa- he sonado más firme de lo que he pensé a pesar del nudo en la garganta de los nervios.   

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