Especial: Una canción para dos

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--No pudes seguir saliendo Fred—repetía nuevamente Freddy—Estas dañando nuestro cuerpo.

--Lo que en realidad sucede es que eres un aburrido—le dije mientras me arreglaba frente al espejo—Por eso tengo que salir a divertirme.

--No puedes seguir haciendo esto. No resistiremos mucho tiempo si continúo sin dormir...--dijo como queja—Mi cuerpo necesita descansar.

--Imaginaciones tuyas—respondí con una pequeña sonrisa—Yo no me siento cansado, nuestro cuerpo está perfecto.

--Claro, eso lo dices porque tú no sufres las consecuencias—respondió notablemente molesto—Yo soy el que se queda dormido en las clases, en los ensayos... Incluso recibí un castigo por que me quede dormido en las bancas en educación física.

--De todos modos fui yo quien se estuvo toda esa hora en el castigo—dije como reclamo.

--Pues claro, fuiste tú quien canso nuestro cuerpo. Yo no pensaba pagar por tus acciones—refunfuño dentro de mi cabeza.

--Si, si...--suspire cansado—De todos modos, ya me arregle así que voy a salir quieras o no.

--¿Y se puede saber a hacer qué? Que yo sepa no tienes ninguna cita preparada para hoy...

--Ya consegire una por el camino—sonreí frente al espejo.

--No hay nada que hacer, deberías por lo menos quedarte en casa—dijo intentando convencerme de no salir.

--Me temo...--sonreí de nuevo—Que será para la otra.

Ante mi respuesta negativa Freddy suspiro por última vez y posteriormente se fue a dormir. Supongo que estaba muy cansado como para lidiar conmigo.

--Bien estoy listo—dije levantando el cuello de mi camisa. Era la única ropa de Freddy que me gustaba, generalmente el solo viste con camisetas simples o con estampados tan aniñados que no me atrevería a ponérmelos nunca.

Suspire ante el mal gusto de mi compañero. De pronto sentí un bajón de energía, me senté en la esquina de la cama esperando a que la sensación se pasara. Cuando le dije a Freddy que yo no notaba ningún cansancio está mintiendo, claro que lo sentía, el cuerpo me pesaba, mis parpados se cerraban solo y la fatiga me estaba matando. Pero no quedaba de otra, si no salía mientras Freddy dormía jamás podría salir.

Freddy no entendía lo aburrido que era estar encerrado todo el día, pero más que nada era muy solitario, él siempre estaba con sus amigos o en clases o en los ensayos, y en casa mamá lo atendía como un niño pequeño. Hasta cierto punto tener que vivir viendo todo eso me hizo sentir solo, yo no tenía amigos, y mamá... bueno, eso es otro caso. El punto es, que un chico de dieciséis años necesitaba más es su vida que solo a su madre y su compañero de vida.

--Pss...--tome de una esquina la camiseta que tenía puesta debajo, por supuesto con un horrible estampado que a Freddy le gusta por alguna razón--¿De dónde saco estos gustos?

Me sentí un poco mejor, así que no había tiempo que perder, al menos quería ser considerado y dejar que mi cuerpo descansara un par de horas, por lo que esta vez, por compasión a mi compañero, llegaría temprano de mi salida habitual.

Salí con sigilo por la ventana de nuestra habitación, mamá estaba tan cansada por el trabajo que supuse que estaría profundamente dormida, aun así tuve mucho cuidado para no hacer ruido y no despertarla.

--Bien y ahora...--dije una vez estaba lo suficientemente alejado de casa como para que nadie me escuchara--¿A dónde voy?

Me quede en mitad de la calle pensando en que podría hacer, pasaron algunos minutos hasta que recordara aquel evento al que habían invitado a Freddy al que por supuesto, se negó a ir por que parecía ser demasiado peligroso según él.

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