Pensamientos distintos

Capitulo 20

Freddy pov:

--¡PUDISTE HABERME LEVANTADO MÁS TEMPRANO!—grité mientras buscaba mi uniforme.

--¡LO INTENTE, PERO TU ERES UN MALDITO FLOJO!—contestó Fred malhumorado.

--¡De nuevo voy a llegar tarde!—me queje. Como ya era rutina Fred y yo peleábamos cada mañana porque me levantaba tarde, aunque debo admitir que era totalmente mi culpa pues me costaba mucho despegarme de la cama.

--¡Freddy, el desayuno!—gritó mi madre desde la cocina—¡Tienes quince minutos hijo!

--¡Lo sé ma, bajo en un momento!—le respondí mientras terminaba de cambiarme—Okay, todo listo, ahora solo falta el desayuno.

--¿No olvidas algo?

--No que yo recuerde—le contesté.

--Ahhh... ¿enserio?, ¿al menos recuerdas que día es?—preguntó fastidiado.

--Ahh... ¿miércoles?

--¡Catorce de febrero Freddy!, es catorce de febrero—soltó exasperado.

--¡Rayos!, casi lo olvidaba...--escuche como Fred reía ante mi torpeza—Gracias Fred.

--¡Hey! ¿Para qué están los compañeros mentales si no es para ayudarse?—dijo con gracia. Extrañamente Fred había estado de buen humor los últimos días, se comportaba muy bien he incluso me recordaba las cosas, claro, no perdía la oportunidad de burlarse de mi por lo despistado que era, pero eso era pare de él.

--Estas de buen humor últimamente—reí mientras buscaba algunos presentes que había comprado con anterioridad para mis amigos--¿Alguna razón en específico?

--Es un secreto, querido compañero...--rió nuevamente.

En cierto modo, aunque era extraño que se comportara tan bien conmigo me agradaba, era mucho más fácil lidiar con él. Me hacía sentir bien el poder hablar sin estar gritándonos cada dos minutos.

--¡Perfecto!—dije mientras guardaba los obsequios dentro de mi mochila—Ahora el desayuno...

***

--Necesitas aprender a despegarte de la cama Freddy...--dijo mi madre riendo un poco. Los dos nos encontrábamos en el comedor que a decir verdad era demasiado grande para solo dos personas, el desayuno era casi el único momento del día en que podíamos estar juntos.

--Lo sé ma...--suspiré apenado—No entiendo porque me cuesta tanto levantarme...

--Tal vez la escuela se te está haciendo muy pesada—dijo--¿Seguro que no prefieres estudiar en casa?—a mamá se le había ocurrido esa idea desde que el siquiatra le había dado a conocer mi..."condición", en si mi madre jamás odio a Fred, ella fue la primera en tratar de entablar alguna especie de relación con él, que para sorpresa de todos... funcionó.

Claro, a ella siempre le preocupaba mi salud, pero eso no le impedía ver a Fred como su hijo, desdé que supo de él siempre nos trató igual, siempre se preocupaba por ambos, siempre nos daba cariño a los dos, siempre se molestaba si uno le hacía algo malo al otro, nunca mostró una preferencia en particular, por eso ambos amábamos a nuestra madre. La única persona capaz de comprendernos, la única que escuchaba atentamente nuestros problemas, la única que sabía cómo amarnos a ambos, ella era, la única cosa en el mundo que nosotros teníamos.

La idea de estudiar en casa se la sugirió el mismo Dr. Ennard, dijo que sería mucho más fácil para mí estar en un ambiente donde mi condición no afectara a los demás o a mí mismo, en pocas palabras, tenía miedo de Fred, como todos los demás...