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Scarlet

-No es posible ¿Abercorn? ¿te das cuenta de lo que dices, querida? Levantar falsos en contra de un Lord, es algo sumamente grave.- me decía Lord Cavanagh.

Yo tomé algo de té y suspiré.

-Si se comprueba que dices semejantes cosas y son falsas, una condena de por lo menos quince años en una prisión en Australia te esperaría.- dijo mi tío.

Yo los miré a ambos. Tanto su Señoría como Lord Cavanagh, eran amigos de mi padre y por ende también de mi esposo. Pero eran mi familia, no podían dejarme desprotegida a como sin embargo estaban obligados mis padres a hacerlo.

-Ayer en la noche yo fui a su recámara a buscarlo, quería que me tratara como su mujer, y de nuevo fui rechazada al igual que desde hace meses... - dije con la voz quebrada. Y me sentí mal. Si bien todo lo que decía era totalmente cierto, una parte del sentimiento que les mostraba era falso. No, yo no iba a quedarme desprotegida y al parecer después de todo sí me convertí en la clase de mujer que Bernadette siempre supuso. Me aseguraría de quitarle todo lo económicamente posible.-... Y él me  dijo de su amorío con Madame Stoichkov, ustedes bien la conocen, saben como son las costumbres de ella, tan....ligeras.

Mi padrino, me tomó una mano, reconfortandome.

-Pero de eso a algo como un divorcio hay mucho tramo de diferencia. Hija, tu debes solo mirar para otro lado, como tantas otras, por el bien de tu matrimonio. -  dijo mi tío.

Y no sé de dónde, de repenge ya estaba llorando de nuevo.

- a penas hace media hora lo escuché hablando con mi hijastro... - mi voz sonaba tan triste que ellos pensarían que amaba a mi marido. -... Le dijo que se divorciaría de mi ¡Me mandará a la desgracia! Y solo cuento con ustedes pues mis padres bien saben que estarán obligados a repudiarme hasta que alguno de ellos muera... - estaba tan desesperada que no me importó que Lord Cavanagh me abrazara. Él había sido siempre casi como un padre para mi, sabía que si me faltará mi padre yo sería su responsabilidad.

Al fin y al cabo, después de padres, padrinos. ¿no?

Ambos se miraron, debían protegerme pues mi padre no lo haría.

Mi tío, Lord McKellan, era hermano de mi madre. Y Lord Cavanagh, había jurado ante Dios que velaría por mi.

-Creo que necesitarás un abogado.- dijo mi tío, mientras se dirigía a la puerta. Salió un momento, dejándome con Lord Cavanagh.

Minutos en los que proveché para dejar de llorar. Ya me dolía la cabeza.

-Sabes que puedo ayudarte, querida niña, y lo haré, pero tanto McKellan como yo solo podremos persuadir, pues no podremos interferir tan visiblemente como quisieramos.- recomendó el Primer Ministro.

Para después dejarme sola en su oficina, había una audiencia en la Cámara Principal y era necesaria su presencia.

Cuando regresó mi tío, venía acompañado de un joven pelirrojo y alto, al que presentó como Lord Bruno Ashton, conde de Armstrong.

-Lord Armstrong, ella es mi sobrina, Lady Abercorn... - él joven me sonrió. Tenía linda sonrisa.-... Querida, éste joven caballero, es el mejor litigante que he tenido el gusto de conocer.

-Su Señoría exagera, ma'am, no le haga caso.- bromeó. Su acento era irlandés me parece. Ambos caballeros tomarón asiento frente a mi.-... En fin ¿En qué puedo servirle, ma'am?

Apresuradamente le resumí la situación, ya con menos lágrimas que antes. Y cuando terminé él sonrió compasivo.

-Su Señoría McKellan no podrá presidir éste caso... - dijo el abogado. Mi tío asintió.-... Será un gusto para mi, poder ayudarla.

Mi tío sonrió.

-Perfecto, entonces... Los dejó para que estructuren bien el caso, hay ciertas personas con las que debo hablar.- dijo Lord McKellan antes de retirarse.

Regresé mi mirada a mi abogado, sus ojos azules me estudiaban detenidamente.

-Será un proceso arduo y duro para ambos...-dijo seriamente, pero después sonrió.-... Lo que no me explico es ¿Cómo alguien en su sano juicio querría divorciarse de una mujer tan bella como usted?

Yo suspiré.

-Mi matrimonio no fue por amor, y él se ha enamorado de otra mujer, es obvio que la quiera convertir en su esposa ¿No le parece?.... -dije y él sonrió.

-Digame ma'am ¿Qué es lo que espera obtener de éste proceso?¿humillarlo?

Suspiré. Ahora me parecían algo ruines mis motivaciones para buscar ayuda.

-No, en lo absoluto... - dije nerviosa. ¿y si no era lo correcto? -... Estoy consiente que de todos modos seré exiliada, pero no quiero quedar desprotegida por el egoísmo de mi marido.

-Entonces es dinero lo que busca, bien, me parece que su esposo se lo merece... - dijo tranquilamente. -... Ahora, disculpe ma'am si sueno irrespetuoso, pero los abogados de Abercorn tratarán lo mismo que yo, que es sacar que la condena sea favorable para su cliente, y en base a su diferencia de edad, debo preguntarlo.... ¿Tuvo usted una relación extramarital con algún otro hombre? 

Inmediatamente pensé en James.

El beso de las escaleras, sus manos en mi cintura mientras bailabamos un vals, sus labios sobre los míos, sus caricias en mi piel desnuda, en el despacho, en el armario, en su cama....

-No.-dije, sin embargo.

Yo debía olvidarme de todo eso, James solo quería un juego conmigo, y yo merecía mucho más que eso.

Lord Armstrong sonrió.

-Perfecto ma'am, creo que tenemos un buen caso con muchas probabilidades de ganar... - dijo mientras me miraba, sus ojos azules parecían como una extraña flama que me quemaba el alma ¿o era remordimiento? -... Ahora digame ma'am una vez que acabe todo ésto ¿ha pensado en irse a Irlanda?

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N/A:

Chan, chan, chan!!
e.e

Comments?

Atte.
Lenka Mockingjay.

La Madrastra (Saga Montgomery #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora