Te odio, mi amor.

Capítulo 39.

Tengo mi vista clavada en la computadora de la biblioteca, haciendo una lista con los datos principales de las personas que se han llevado libros.

Tengo que llevar un control exacto de cada uno de los libros.

Mi aparato prehistórico (mi celular) empieza a vibrar sobre el escritorio.

Número desconocido.

Prefiero no contestar, digamos que desde que fui con Bastian a ese lugar, he tenido miedo de que esa gente me investigue. Quizá ya no me recuerden, pero mas vale prevenir, ¿No?

No le presto más atención a la llamada, y continuó con mis actividades.

---Hola, Ari ---Me saluda Omar, un estudiante de universidad que recurre mucho a los libros de aquí. Al venir tan seguido se puede decir que tenemos un tipo de amistad.

---¿Qué tal? ---Le regreso el saludo amablemente.

Me cuenta algunas cosas nuevas, sobre la chica que le gusta.

---Mi cumpleaños es mañana, he pensando en festejarlo en un bar, ¿Te animas a venir? ---Dice de repente.

---¡No puede ser! ¡También es mi cumpleaños! ---Chillo.

Suelta una risilla ---Perfecto, entonces, ¿Lo festejamos juntos?

Alzó los hombros ---No pensaba hacer nada, pero supongo que no es mala idea. ¿Me pasas la dirección del lugar?

---Por supuesto ---Dice con una sonrisa. Empieza a escribir en una hoja que le tiendo ---Entonces, ¿Mañana nos vemos?

Asiento con una sonrisa y se despide de mí.

Las horas siguientes fueron tediosas y aburridas. Hasta que por fin se llegó el momento de mi salida.

Por suerte la biblioteca no abre mañana. Así que mis planes para mi cumpleaños son: dormir hasta tarde y en la noche embriagarme en ese bar.

Wii, pero que emocionante.

Llegó a mi departamento después de una corta caminata, espero un par de horas para que Alex llegue también.

---¿Cómo está la cumpleañera más hermosa? ---Me saluda en cuanto me ve.

Vuelco los ojos divertida ---Aún no es mi cumpleaños.

---Tu cumpleaños o no, eres hermosa ---Replica.

¿Ven porqué lo amo?

Después de cenar, decidimos ir a dormir, Alex se queda en mi antigua habitación y en la que le pertenecía a mi madre. Eso me hace sentirla más cerca de mí.

Rápidamente caigo en los brazos de Morfeo.

***

—¡Arriba, pajarito! ¡Arriba! —Los gritos de mi mejor amigo, me despiertan de inmediato. Parpadeo varias veces, y abro los ojos completamente.

—¡Alex! —Exclamó, enojado al ver la hora.

8 am.

—¿Qué diablos te ocurre? —Me siento en la cama y restriego mis ojos.

Bufa —Con los años cada vez te haces más gruñona... —Se inclina un poco y puedo ver dos cajas adornadas cuándo se levanta. Inevitablemente sonrío —Feliz cumpleaños, Fiona.

—¡¿Que es?! —Emocionada doy suaves palmadas, dispuesta a abrir mis regalos.

—A-ha —Alex retira las cajas antes de que las pueda agarrar —Está es la segunda parte de tu regalo, cariño. Levántate, dúchate, que nos vamos al salón de belleza.