Me preparo mentalmente antes de entrar a casa, se qué tengo qué darle mil explicaciones a mamá.
La primera: Porqué diablos no me despedí de ella en la mañana.
La segunda: Porqué razón aún traigo él uniforme del bar.
La tercera: Porqué llegué a esta hora, y no en la madrugada, cómo lo he estado haciendo desde hace varias semanas.
La cuarta: Porqué tengo puesta la sudadera de un hombre...
La quinta: ...
Bueno, quizá no sean mil cosas, ¿Pero dónde estaría lo dramático, lo emocionante, lo que le da sabor a las cosas, si no las exageramos?
Abro la puerta tratando de hacer él menos ruido posible, entro de inmediato a mi recámara, para cambiarme de ropa y esconder el abrigo que me brindó Aaron.
Entreabro la puerta de la habitación de mi mamá, para asegurarme que este despierta, cuándo me percato que está dormida, prefiero no despertarla e ir a la cocina a engullir algo.
Abro la puerta de la nevera, y sonrío al ver todas las cosas que hay. Mi amigo no ha descuidado ni una sola cosa... Y yo me porté tan malagradecida con él.
Después de comer, las nauseas desaparición casi de inmediato y la resaca aminoró notablemente.
Escucho un ruido proveniente de la habitación de mi mamá y se que es señal para entrar.
Cuándo lo hago, veo que esta tratando de tomar la jarra de agua para llenar un vaso, qué se encuentra en él buró que tiene a lado de su cama.
—Espera mamá, yo te ayudó —Le digo, corriendo hacia ahí y tomando la jarra.
—¿Que hacés aquí? —Me cuestiona confundida.
Junto los labios —No había mucho trabajo, así que me dieron el resto del día libre —Le cuento cortante, tratando de convencerla.
Ella toma un sorbo de agua —Qué raro —Comenta.
Pasó saliva, evitando la mirada de mi mamá —Si, la gente rica es muy extraña.
Mi mamá suelta una risilla —Alexander y tú, son tan malos mentirosos, en serio —Dice, divertida —Se que no llegaste a dormir, ¿Creen que soy tonta?
—¿Como supiste? —Investigo turbada.
Chasquea la lengua —Hija, soy tu madre, yo lo se todo, y lo que no lo se, lo invento... —Suelto una risilla —¿Y dime con quién estabas? ¿A caso con un hombre? —Sube las cejas de arriba a abajo, pícaramente, haciéndome reír un poco más fuerte.
Bueno, quizá subestime mucho a mi mamá.
—¡Mamá! —Chillo avergonzada, entre risas —Se supone que debes regañarme.
Niega con la cabeza —No te puedo regañar, cuándo te doy mas problemas que dicha, hija.
Junto mis labios en una fina linea —No vuelvas a decir eso, ni de broma, ¿Esta bien? —Tomo una pausa —Y no, no estaba con un hombre, bueno si, o sea, más o menos...
Mi mamá frunce él ceño y me ve como si estuviera loca —¿Que quieres decir, con eso?
Suspiro —Estaba con mi jefe, mamá...
Abre la boca, sorprendida —Hija, tú... Mmh, ya sabes... ¿Te cuidaste?
—¡Mamá! —Chillo —No tuve relaciones con mi jefe.
Alza las manos —Ariana, púes que quieres que piense, qué tu jefe y tú, ¿Estaban rezando?
Vuelco los ojos —No, mamá, no hicimos nada. Pero hubo algunos inconvenientes —tampoco tiene que saber que estaba perdida de borracha, ¿Verdad? —Y me pidió que le ayudará a solucionar esos problemas, por eso fuimos a su departamento, y cuándo nos percatamos ya era demasiado tarde, así que opte por dormir en su departamento —Bueno, prácticamente no tuvo otra opción más que dejarme dormir en ese incomodo sofá, pero son detalles sin importancia.
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Te odio, mi amor.
عاطفيةTiene demasiados tatuajes, si. Pero no por eso, es el típico chico malo de todas las historias. El no tiene un pasado violento, pero si uno muy doloroso. El no boxea ilegalmente, por nada del mundo permitiría que su linda cara se viera afectada por...