Te odio, mi amor.

Capítulo 25.

Capítulo dedicado a nikol_guerrero, esperó y lo disfrutes.

No olviden qué en el siguiente habrá otro nombre de quién me pidió dedicatoria.

***

Ha pasado un mes y cada día veo más deteriorada a mi mamá, hemos ido a dos quimioterapias, varias consultas, pero con cada lágrima derramada también se esfuma mi esperanza.

Un mes en el qué Aaron Gamez a sido mi distracción. Es un acuerdo en el qué ambos salimos beneficiados. Sexo sin compromiso. Sin palabras incómodas después del acto. Sin ataduras.

Pero cuándo todo acaba vuelvo a la cruel realidad. Con mi madre muriendo en casa, con el hombre al qué me entrego varias veces por semana, comportándose cómo un completo idiota. Con un mejor amigo qué poco a poco se está convirtiendo en un desconocido. Se qué el guarda secretos qué tarde o temprano descubriré.

Sinceramente no se cómo logró mantenerme aún de pié, si antes dormía poco, ahora no duermo nada. Mi comida se basa en un tazón de fruta por la mañana, y después absolutamente nada, mi cuerpo no acpeta alimento. Se qué he perdido varios kilos, mis ojeras cada vez son más difíciles de ocultar con maquillaje.

Aaron, hace un meslaué no pisa para nada el restaurante, sí quiere verme Alejo me lo notifica, ni siquiera tengo su numero telefónico.

Y hace una semana qué no me busca. Observo Alejo atendiendo la barra del bar, con na absurda esperanza qué me diga qué Aaron quiere verme.

Pero eso no pasa.

No será necesario.

Aaron acaba de llegar.

Pero no me observa, la despampanante morena con la qué entra, ocupa su atención.

Ambos se encierran en su oficina. Y yo estoy aquí, imaginando qué le hace las tiernas caricias qué a mi me ofrecía.

Caricias vacías.

Siento un doloroso vuelco en mi corazón. Mi distracción se convierte en mi destrucción.

Respiro entrecortadamente. Me siento en una silla de una de las mesas. Sintiéndome más débil de lo qué me he sentido éstos últimos días.

Por fortuna no hay mucha gente el día de hoy.

---Cariño, ¿Te sientes bien? ---Me pregunta, Celina. Alzo la mirada y me encuentro con su rostro lleno de preocupación, ella ya sabe mis problemas ---¿Ya comiste hoy?

Asiento ---Comí en la tarde en el restaurante, no te preocupes, estoy bien ---Le digo con una sonrisa. Y todo es mentira.

---¿Porque no te vaz ya a descansar? Estoy segura que Alejo no se va a oponer, chica, éstas pálida, te vez muy mal. Anda, ve. Yo te cubro.

¿Para qué voy tan temprano a casa? Me echaré a llorar y no dormire nada.