Capítulo 18

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En Nueva York, Paula, la representante de Castle recibía una llamada desde la editorial inglesa que tenía los derechos en Londres. El share de la entrevista de Castle que acababa de terminar en la televisión era muy bueno, querían aprovechar el tirón. Le proponían participar en una cena con las veinte primeras personas que habían reservado su último libro en internet. Seria una excelente publicidad, todas eran mujeres, y todas estaban locas por los huesos del escritor y él estaba soltero, cosa que atraía aún más a sus fans. Grabarían durante el sábado y lo emitirían unas semanas después, para dar tiempo a la TV a hacer la publicidad necesaria.

- Mañana veremos las cifras de ventas después de la entrevista, créeme Paula, conozco como funciona esto aumentarán un 25% mínimo durante los próximos días, si explotamos ese feeling, y hacemos esto, verás como en un mes se doblan. No creo que sea una oportunidad que quieras dejar escapar. Piénsalo. Es una buena cifra.

- Tengo que hablar con el Sr. Castle. Esta de viaje privado y no sé si estará dispuesto a hacerlo. Y me temo que en esta ocasión él tiene compañía femenina.

- Eso realmente no importa, tan sólo tendremos que asegurarnos que no se les ve juntos hasta la emisión del programa. Nos jugamos mucho dinero si sale bien. Paula piénsalo y convéncele.

- Veremos. Te llamo cuando tenga una respuesta, sea cual sea.

- Espero impaciente.

Paula miró la hora, las siete y media de la tarde. Sumo cinco horas y le pareció algo tarde para molestarle. Estaría con su inspectora, y mejor no ser ella quien rompiese el momento, necesitaba que Richard siguiese escribiendo y estaba claro que esa mujer era justo lo que él necesitaba para seguir haciéndolo. Ella no solía leer los libros de sus representados, ese no era su trabajo, a ella le importaba como escribía si eso le reportaba beneficios, pero por curiosidad, en los dos últimos años se había puesto al día y había leído todos los libros de Castle. Había notado un cambio en la forma de escribir desde la primera novela basada en Nikki Heat, y entendía que gran parte de su público asiduo fuesen mujeres ¿Qué mujer no se querría identificar con la personalidad e inteligencia de la protagonista? Configuró la alarma de su móvil, para llamarle a las nueve de la mañana hora de Londres, recogió sus cosas y se marchó a su casa.

- ¿Sarah?

- Hola Anthony – dijo ella sonriendo a la pantalla de su ordenador

- Es jueves por la tarde, empieza el fin de semana ¿no? ¿te apetece tomar algo conmigo?

- Claro… ¿me das diez minutos?

- Voy para allí.

Unos minutos más tarde, ambos entraban por la puerta de la cervecería más cercana a comisaría. Se sentaron en unos taburetes en la barra y pidieron dos cervezas y vieron por la televisión un partido de baloncesto, ambos empezaron a hablar efusivamente sobre los Knicks. Pasaron un par de horas y distintos temas de conversación, y en un momento, ambos en el más completo silencio, tornaron su mirada más intensa en los ojos contrarios… Sarah se dejó llevar por esos ojos azules, con los que tanto había soñado últimamente, en esas alas de mariposa y en ese recibo de correos… Anthony fue acercándose a ella, quería besarla… Sarah tembló y recobró su mirada habitual…

- Anthony, yo… - le dijo nerviosa – tengo que irme… lo siento.

Anthony se sintió un estúpido. No había entendido que sólo estaba siendo simpática con él. Y él pensando que le gustaba. Se alegró de haberse quedado a centímetros de sus labios, si la hubiese besado quizá todo sería peor.

- Bien. Te acompaño a casa –dijo poniéndose en pie y sacando un billete para dejarlo sobre la barra

- No.

Y ahora ¿Que?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora