Ya está hecho, ahí e sólo queda esperar las respuestas de las pruebas caseras. Mamá dice que pueden demorar entre una hora o treinta minutos. Sólo una tiene efecto inmediato pero lo dejaremos para el último.
Mi madre me recomienda que acompañe a Peeta al patio al salón y busquemos algo con lo que entretenernos mientras tanto.
Mi esposo me dice que tal vez sea un buen momento para pasear por jardín trasero.
Madge y Gale nos acompañan. Mi familia se queda en la habitación de Madge a controlar el proceso. Yo me mantengo en silencio. Peeta habla por mí casi siempre. Hasta que Gale se atreve a preguntar algo mientras nos sentamos en sillas alrededor de una mesa.
-¿Qué está pasando aquí? Katniss está en silencio absoluto, mi esposa habla un poco más pero no deja de mirarla y tú estás nervioso, Peeta.
-Es que... -Comienzo ruborizándome y sintiéndome aterrada nuevamente.
-Parece que Katniss y yo... ella tiene síntomas de embarazo. -Completa mi esposo rodeándome con sus brazos ya que desde hace varios minutos estoy sentada en su regazo.
-Y su madre y Prim están esperando los resultados de las pruebas caseras. -Sigue mi amiga.
-Y tienen miedo. -Dice Gale.
-Estamos aterrados. -Ríe Peeta besando mi coronilla.
-Supongo que no lo planearon.
-No. -Murmuro negando con la cabeza. -Y no mientas Peeta. Tú te pusiste feliz. Yo estoy aterrada.
-Tal vez. Pero ya te dije, también tengo miedo. Recien estamos casados y tú podrías estar esperando un hijo mío. Por Dios, me aterra fallar como padre también. Supongo es un miedo normal y entendible de padres primerizos. Pero más allá de eso, tener hijos contigo es lo que más anhele.
Me siento algo culpable al reconocer que hace unos años pensé que no tendría hijos incluso cuando estaba de novia con Peeta. El por el contrario soñó con casarse conmigo, tener una casita y formar una familia que surgiera de nuestro amor mutuo.
Si bien podía imaginar ese futuro antes, que esté a punto de ser una realidad es diferente.
-Tú serás un excelente padre. -Repito lo que ya le dije dentro de la habitación.
Alguien hace un ruido extraño con la garganta, cuando miramos hacia nosotros nos damos cuenta que fue Madge.
-Em... chicos. Estamos aquí. -Ella sonríe tranquila.
-Lo siento. -Me disculpo nuevamente avergonzada.
-¿Por donde íbamos? -Pregunta Peeta, quien al parecer se olvidó de todo.
-Nada, sólo iba a desearles suerte. -Dice Gale. -Y se lo que significa esto para ustedes o cualquiera, pero podrán sobrellevarlo. Supongo que cualquiera de nosotros cuatro estamos más preparados para enseñarles a nuestros hijos a defenderse que cualquier otra persona del Distrito Doce y con suerte no tendrán que pedir teselas de más que hagan que sus nombres entren en la urna más veces.
Estoy segura que los hijos de Madge jamás tendrán que pedir más. El Señor Undersee no permitirá que su hija o su nieto pasen necesidades. Y después, cuando el padre de Madge muera, ella ocupará el lugar de alcaldesa con ayuda de su actual esposo, en las últimas décadas ha pasado de padres a hijos el cargo.
Y Peeta y yo tal vez jamás seamos ricos, pero saldremos adelante y protegeremos a nuestros hijos tanto como podamos.
-Tienes razón. Creo que podremos enseñarles todo lo que sabemos para que puedan sobrevivir a todo y ser fuertes. Y no cogerán teselas extras. No todos cuentan con esa ventaja. -Murmura Peeta.
Dejamos de hablar de temas desagradables y decidimos distraernos jugando a lanzarnos una pelota inflable, sólo que cuando la pelota se nos escapa y se va lejos de mí es Peeta quien la va a buscar, no quiere que haga ningún esfuerzo.
Y así pasamos el resto de la hora. Hasta que finalmente aparece Prim diciendo que los resultados ya están y debemos subir.
Peeta y yo nos miramos ansiosos y cuando toma mi mano empezamos a caminar. Nuestros amigos se quedan en el jardín y nos dicen que esperan noticias pronto.
Una vez en la habitación. Prim no hace entrar al baño de Madge donde mi madre está examinando los frascos transparentes de orina con los ingredientes extras.
No entiendo nada pero de todas formas nos acercamos hasta estar a la altura de mi madre.
-¿Ya terminó mamá?
Ella asiente y nos pide que mantengamos la calma y la escuchemos Peeta se sienta a mi lado sobre una punta de la gran bañera cerca de las muestran.
-¿Qué significa esto? -Pregunta Peeta.
-Esta muestra es de orina solamente. Hay dos opciones, al pasar la hora se enfría y pueden observarse dos cambios, o se forma una fina capa de partículas blancas o sube hasta la superficie.
-Y ascendió. -Murmuro.
-Exacto. La siguiente es de aceite. Apenas trasladamos parte de tu muestra al vaso colocamos alguna gotas de aceite. Cuando se enfrió, en el otro extremo colocamos más gotas esperamos media hora más. Y como verán ambas sustancias se juntaron y mezclaron.
La observamos por un rato confirmamos lo que ella dijo.
-Con el vinagre fue más rápido. La orina cambio de color aclarando y se puede observar un poco de espuma en los costados y por último el cloro. Prim le pasa el último vaso con orina. Mi madre hecha un poco de cloro sobre la orina y pocos minutos después, la muestra se agita se eleva y se forma una espuma blanquecina y espesa que desborda del vaso.
-¿Qué fue eso?
Pregunta Peeta evidentemente sorprendido.
-La reacción del ph de las muestras de orina a sustancias desconocidas fue positiva en cada prueba que hicimos. -Explica Prim sonriendo.
-Si nos basamos en esto. Estás embarazada, cariño. -Mi madre acaricia mi rostro y yo lloro. -Estas pruebas no son cien por ciento confiables, mañana debes hacerte cualquiera de las cuatro apenas despiertes con la primera orina del día, si tú vez que sale igual a cualquiera de estos resultados, me avisas y te conseguiremos un test casero para confirmarlo.
Mi esposo me rodea de la cintura y me besa la mejilla.
-Tranquila, amor. Estaremos bien. Recuerda lo que hablamos.
Dejo que Peeta me abrace, él es el único capaz de calmarme en este momento cuando el miedo por el embarazo y por el futuro de nuestros hijos cuando nazcan me toma presa.
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MI FUERZA ERES TÚ
FanfictionAU Alterno del universo de Panem. Peeta se acercó a Katniss ese día de lluvia cuando ella casi se rindió, le dio los panes y le pidió que se fuera. No sin antes quedar de acuerdo con ella en reunirse al día siguiente para verse y hablar. Desde enton...