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CAPÍTULO 21:

POV KATNISS

Allyson aún no se da cuenta de mi presencia y por un lado agradecida. Bajo la mirada al suelo y me oculto tanto como puedo detras de un mueble de madera que hay a un costado de mi Allyson de lado izquierdo y no frente a mí. Si no me muevo, ni doy señales de vida no me notará. La odio, pero una discusión o pelea no será buena para mí, ni mi bebé. Tal vez sí no estuviera embarazada, sería capaz hasta de matarla o darle el susto de vida con una demostración de arqueria donde ella sería mi blanco, pero ahora con un bebé en camino debo  cuidarme y no exponerme a una loca aportunista o al estrés que eso supondría para mí.

Sólo deseo que ella desaparezca pronto de mi vista y Peeta venga por mí. Así  poder irnos. Si me voy por mi cuenta, tal vez Peeta y yo nos desencontremos y nos estemos buscando mutuamente por horas preocupandonos innecesariamente.

Sin embargo no tanta suerte, ya que Allyson se queda a comer cerca del mostrador en vez de ocupar otra mesa y es ahí cuando levanto la vista y la encuentro viéndome con una sonrisa malvada.

-Everdeen, que casualidad encontrarte aquí.

-Mellark. Señora Mellark. Para ti y todos. -Corrijo.

-Casi olvidaba que ustedes dos se habían casado. Te saliste con la tuya al final, mosquita  muerta. Y la completaste con el hijo. Bastante rápido lo concibieron.

-¿Por que no dejas de traer a mí  lo que tú eres. La única mosca muerta aquí eres tú, Peeta y yo siempre fuimos novios, y a ti no te importó querer arruinarle la vida, igual que los padres.

  -Y no funcionó.

  -Por supuesto que no. Él me amó desde siempre fielmente. Lastima que creo que el karma te golpeó a ti. La verdad no culpo a quien te haya abandonado, tal vez se dio cuenta la basura que eres y se apartó. ¿O será que fue más de uno? Siempre  tuviste mala fama en la escuela. Lo único que lamentó es que tu bebé te tenga a ti como madre.

  - ¿Por qué no cierras el hocico Katniss?

  -No soy un animal. Pero no me calló porque no quiero. ¿Algún problema? Tú empezaste a hablar e insultarme, yo estaba callada.

Ella empieza a ponerse de pie mirándome furibunda.

  - No entiendo que vio Peeta en ti. Eres tan insulsa, fea y desagradable.

  -¿Desagradable? Sólo con la gente que se lo merece. No soy falsa como otras personas. Si no me agrada alguien lo demuestro. Y eso me convierte en una persona más sincera. Creeme cuando te digo que a Peeta y mi familia les demuestro todo mi amor.

Allyson se queda callada mirándome enojada con ganas de matarme.

  - ¿Te crees que me puedes vencer? No te equivoques, Peeta me enseñó a pelear y tengo muy buena puntería. Y tengo un esposo que no dejará que lastimes a su esposa, o a su hijo sin sufrir las consecuencias... Hasta puede pedirle ayuda a sus hermanos y nuestro amigo en común. Así que ¿por qué mejor no dejas de mirarme así y tienes la dignidad de irte? Si es que te queda algo claro. Porque la mía sigue intacta.

Sin embargo ella no me escucha y se acerca a mí. Darius se interpone entre ambas protegiéndome. Para mi fortuna, tengo muchos amigos entre los Agentes de Paz.

  - Vas a volver por donde viniste y haré de cuenta que no ha pasado nada. No quiero peleas aquí y menos entre mujeres embarazadas. ¿Sabes lo que pasaría si tú le hicieras perder el embarazo a la señora Mellark?

  - Iría a la cárcel. ¿y quien dice que ella no me lo haría perder a mí?

  - Tal vez que la única con intenciones de golpearla eras tú. Ella no se movió de su asiento.

MI FUERZA ERES TÚDonde viven las historias. Descúbrelo ahora