One Shots ≫ JunjiexEli

VI. Helado

El adolescente suspiró, el aburrimiento lo estaba matando.
Miró al pelinegro, apoyado en el marco de la ventana, con la vista fija en algún punto.

— Junjie. — El pelinegro le dirigió la mirada.
— ¿No quieres un helado?

El pelinegro lo miró extrañado.
— ¿Un helado? — preguntó. — ¿Con todo este frío?

— Siempre es tiempo para un helado.
— Eli, estás loco.
El adolescente rió.

— ¿Entonces, no quieres?
El pelinegro negó con la cabeza.
— ¡Al menos ven conmigo! — insistió el adolescente. — ¡Será divertido!

Después de insistir, el adolescente terminó por convencer al pelinegro.

— Date prisa, Eli. — dijo Junjie. — Sólo compra ese estúpido helado y regresa rápido, ¿Sí? —

— ¿Estás seguro de que no quieres uno?
— Eli, estoy seguro de que serás el único en la tienda.
— Te compraré uno de todas formas. — dijo el adolescente dándose la vuelta.

Junjie suspiró.
"Al menos está sonriendo, ¿No? " dijo a si mismo.

En pocos minutos, el adolescente estaba de vuelta, con un cono de helado en cada mano, y una sonrisa adornándole el rostro.

— Te dije que no quería. — rió Junjie.
— Sólo cómelo y ya, no voy a dejar que te lo pierdas, sólo porque hace frío.
— Estás muy loco.

El adolescente empezó a comer el helado rápidamente, dirigió la mirada hacia su compañero, que todavía no lo había ni tocado.

— ¿Qué pasa? — rió Eli. — Si no lo comes se va a derretir.
— ¿Con este frío?
— Sólo cómelo, ¿De acuerdo?

El pelinegro acercó el helado hacia su boca, hasta probarlo finalmente.
El adolescente lo miraba emocionado.

— ¿Y? — preguntó el adolescente. — ¿Te ha gustado?
— Hmm, no es la gran cosa. — rió el pelinegro el ver cómo cambió la expresión en el rostro de su amigo.

— ¿Hay algo qué te guste? — preguntó el adolescente con ironía.
— Sólo bromeo, me gustó, ¿Ok? — contestó el pelinegro entre risas.

El adolescente sonrió satisfecho.

— ¿Junjie, de qué sabor es tu helado? — preguntó Eli.
— ¿Qué no los pediste tú?
— Déjame probarlo. — sonrió el adolescente.

El pelinegro acercó el cono de helado hacia Eli; éste lo apartó, y plantó un beso en los labios del mayor.

— ¿No pudiste simplemente probar el helado, verdad? — rió Junjie.
— No habría sido divertido.