VIII. Medianoche

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El pelinegro caminó arrastrando los pies a través del marco de la puerta.
Estaba completamente agotado.

Se recostó en la cama sin pensarlo dos veces, sin siquiera destenderla, lo cuál era raro en él debido a su perfecta disciplina, pero no iba a engañar a nadie; su energía estaba por los suelos.

Dirigió una mirada rápida al interruptor al lado de la mesa de noche.
La luz seguía encendida.

Trató de alcanzarle con la mano, sin lograrlo.
Suspiró.

— Déjame ayudarte. — dijo una voz conocida apagando la luz por él.
— Gracias, Eli.
— Vaya, El Campeón del Este agotado, es algo qué no se ve todos los días.

— Ah. — suspiró el pelinegro. — Lo sé.

Junjie sintió un repentino peso en el lado izquierdo de la cama.
Su compañero también pensaba dormir.

El pelinegro cerró los ojos finalmente.

— Junjie. — interrumpió el adolescente.
— ¿Mmm?
— ¿Vas a dormirte ya? — preguntó.
— Así es.

— ¡No! — dijo el adolescente levantando ligeramente la voz. — ¡No me dejes hablando solo!

El pelinegro suspiró.

— De acuerdo, pero sólo un momento, ¿Sí?
— Sí.

Silencio invadió la habitación, acompañado de una fuerte corriente de aire.

— Tengo frío. — dijo el adolescente.
— Puedes tomar las sábanas.
— No. — dijo. — Prefiero estar junto a ti.
— Entonces ven.

Eli se acercó rodeando a Junjie con los brazos.

— Listo Eli, ¿Contento?
— Sí.
— Entonces si no te molesta...
— ¡No! — contestó el adolescente. — ¡No te duermas aún.

Junjie bufó.

— ¿Qué es tan importante, que no me dejas dormir? — preguntó.
— ¿Puedes quedarte despierto hasta la medianoche?

El pelinegro lo miró confundido.

— ¿Para qué?
— Es mi parte favorita de todo el día.
— Pero Eli, ya debe de ser muy tarde...
— ¿Y? — dijo el adolescente. — Olvida el tiempo.

El pelinegro suspiró, había perdido la cuenta de cuántos suspiros había dado esta noche.

— Estás loco, Eli.
— Ya lo sé. — dijo el adolescente sentándose cerca de la ventana. — Ven.

El pelinegro le obedeció.

— ¿Y porqué la medianoche?
— Porque es cuándo no sabemos de qué estamos hablando. — contestó. — Y nos olvidamos de todo.

Junjie suspiró.

— Eli, ¿Crees que esto vaya a funcionar?
— ¿Qué cosa?
— Nuestra "relación".

— Realmente, no lo sé. — contestó el adolescente.

El pelinegro guardó silencio.

— Pero estoy seguro de que vale la pena intentarlo.

One Shots ≫ JunjiexEliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora