One Shots ≫ JunjiexEli

XX. Desearía

El adolescente caminaba sonriendo sin ninguna razón aparente, miraba al suelo y movía la cabeza de un lado al otro.
Tantos recuerdos.

No le gustaba admitirlo, pero era difícil.
Le estaba costando trabajo encontrarse con el pelinegro todos los días, verlo ser feliz sin él.

El adolescente rió.
"Mejor reír a llorar." Dijo para sus adentros.

Miró hacia su derecha, había llegado a una especie de parque.
Miró a su izquierda. Nada.

Suspiró.

Se dejó caer sobre el césped, recargándose en en árbol.
Vio a lo lejos, y maldijo.

El mismo pelinegro, mismo problema, que parecía acecharlo a dónde quiera que fuera.

Otro suspiro más.
El pelinegro parecía estar hablando con alguien.
Eli miró más de cerca.
Una chica... no estaba sólo.

Eli lo miró confundido por unos segundos.
¡¿Cómo era eso posible?!

La chica tomó su mano.
Eli sintió que moría lentamente por dentro.

Miró fijamente al pelinegro, haciendo que éste le devolviera la mirada.

Volteó para decir algo a la chica; la cuál pareció retirarse tranquilamente,
para después ponerse de pie en dirección a Eli, saludándolo con la mano.

Eli lo miró inexpresivo.
— Hola. — saludó Junjie con una leve sonrisa.
— Hola, Junjie.

El adolescente miró en otra dirección.
No podía mirarlo, sus ojos tenían un extraño efecto en él.
Cruzó los brazos.

— ¿Eli, estás bien?
— ¡Sí, estoy perfecto!
— No. — el pelinegro se sentó frente a él.

El adolescente suspiró.
— ¿Es tu novia?
— No. — rió Junjie. — ¿Tiene algo de malo?

— Claro que no. — dijo Eli.
"Ese es el problema."
— De acuerdo.

El adolescente sintió un nudo formarse en su garganta cuándo el pelinegro se puso de pie.

— No se siente bien, ¿Sabes? — dijo el adolescente haciendo qué su compañero se diera la vuelta.
— ¿Qué cosa?

Eli miró hacia el suelo.
— Verte con ella. Me muero por dentro. — habló. — Te veo mirarla, y no lo entiendo, ¿Porqué no puedes mirarme así?

El pelinegro tragó saliva.
— Eli...
— Cuándo te veo, trato de decirlo, pero me congelo, y nunca lo hago.
— ¿Qué es lo que quieres decirme?

Eli lo miró a los ojos.

— Qué te veo con ella, divirtiéndote cómo nunca, dejándome de lado, porqué no te das cuenta de que me estoy derrumbando.
— Pero, Eli... — trató de decir el pelinegro.

— Cómo desearía que ese fuera yo.