XXII. Enamorado

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El adolescente sonreía.
Siempre solía sonreír de manera falsa, para no preocupar a la gente de su alrededor, o causar un escándalo no necesario.

Solía decir que sonreír es una manera de mentir indirectamente.

Pero esta vez, era diferente.
La nube gris que parecía atormentarlo día a día había desaparecido.

Quizás era porque Eli había tenido una buena mañana, o hubiera conseguido algo que anhelaba.

O tal vez la razón era el pelinegro que caminaba junto a él.
Tal vez ahora tenía una razón para sonreír.

— Junjie. — llamó el adolescente al ver tan distraído a su compañero.
El pelinegro le dirigió la mirada.

— ¿Qué te tiene tan feliz? — Junjie miró la expresión de su rostro.
— No lo sé, sinceramente.
— Ah.
— Lo más probable es qué la razón seas tú.

El pelinegro lo miró rápidamente con un leve sonrojo.

— Dame la mano. — ordenó el adolescente.
— De acuerdo. — el pelinegro tomó su mano casi sin prestar atención.

— ¡Así no se toma de la mano a una persona!
— ¿Qué tiene de importante eso? — rió el pelinegro al escuchar al adolescente.

Eli lo miró al cielo tratando de encontrar las palabras indicadas.

— Es qué tu no entiendes cómo me siento cuándo me tomas de la mano. — habló.
— ¿Porqué?
— Porque fuimos destinados a estar juntos, pero mala suerte hizo que cada uno tomara su propio camino.

El pelinegro lo miró extrañado.

— Creo que jamás te entenderé.
— Mira, viene un grupo de gente. — dijo Eli mirando su mano entrelazada con la de su compañero.

— ¿Y? — habló Junjie. — ¿Te importan las demás opiniones?
— No, de hecho, no me importa lo que la gente tenga qué decir cuándo estoy contigo.

El pelinegro sonrió.
— ¿Y eso?
— Esto es nuevo. — dijo el adolescente.
— ¿Sentirte cómo?
— Volverse a sentir enamorado.

Los ojos del adolescente brillaron.
— No sé si vaya durar, pero vamos, Junjie; Tú me haces tan feliz.

One Shots ≫ JunjiexEliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora