Musica Estridente

566 23 0
                                    

Me volví una estatua. Quien seguramente esta detrás de mí, es ella. No puedo respirar, el oxigeno es tan denso, necesito un doctor. Siento más calor que cuando subí todos esos pisos, por favor vuélveme invisible. Necesito parar el tiempo. No se que decirle. Ayuda. 

----------------------------------
No puedo quedarme de espaldas a ella para siempre, ya me descubrió, no soy invisible.


Voltee lentamente, cogiendo de un asa mi mochila para evitar que se cayera.


Allí frente a mi, Cris. Preciosa con su vestido hasta las rodillas, teniendo una hermosa sonrisa en sus labios, me miró a los ojos, y sonrió aun más.


Tenia mi regalo entre sus manos, yo tan quieta. Arturo en medio de las dos, volteando a vernos primero a ella, luego a mi y viceversa. Seguro se preguntaba que se traen estas. 



Entonces, acorta la distancia, viene directo a mi cuerpo, me abraza con tanta fuerza, que temo me rompa un par de costillas. Puedo oler nuevamente su cabello, son rosas. Es idílica.


La abracé tan fuerte, como si no hubiera pasado un sólo día desde que nuestros cuerpos estuvieran tan juntos. La quiero, es mía. 



Se separa del abrazo, en sus ojos se forma el deseo, yo no puedo más que derramar un par de lágrimas; tanto he soñado con que me hable pero esto es superior.


Es sublime. Casi no recordaba esa fuerza en sus manos, sus delicados dedos acarician mi mejilla, me pierdo en ella, cierro los ojos y atrapo sus manos en mi rostro, necesito más de ella. Más contacto. Quiero informarle que ha sido imposible para mí olvidarla, ella es única. Ahora estoy segura que yo nací con el propósito de hacerla feliz.


Que importa si su amigo Arturo esta con la boca abierta, si algunos han girado a vernos; si el par de chicas que miraban al moreno ahora están tan ensimismadas en nosotras, que emiten un ruidito. Para mi la música a cesado. No hay nadie, el momento es perfecto. Ella es mi mundo. Vuelvo a vivir.


Limpia mis sollozos con sus dedos, y con su otra mano me toma del cuello, obligándome a bajar un poco la cabeza. Sus ojos color avellana están fijos en mis labios, estudiando el camino por donde entrar, y siento que se entreabren invitándola a pasar, la dueña de ellos ha llegado; poniéndose más rojos para recibirla.



Como una fiera que a despertado, imponente. Me besa. Así sin cortejos, sin romanticismos, me besa porque me extrañó y yo a ella, nos besamos desesperadas, las lágrimas se fundían con nuestros labios, si por nosotras fuera, jamás, y escúchame bien, jamás nos volveríamos a alejar. Ella es mi angelito travieso, esa es mi Cris, tan salvaje. 


Imprudente al hacer todo ese numerito con 100 ojos viéndonos. Apoyo mi frente en la de ella, y sonríe. 



Regreso de mi imaginación, y sigo parada frente a Cris, sin moverme; con la boca ligeramente abierta, mi respiración agitada, ocultando el sonrojo. Ahora se me ocurre inventar todo eso en mi mente…ah…me he vuelto loca…fantaseando con mi vecina…uhm, Lo guardaré para mas tarde.



Les traeré gaseosa – Afirma Arturo, antes de irse a la cocina – hace mucho calor.


Dice esto por cómo se encendieron mis mejillas, que espectáculo ¿no?


¡ups! Estamos ahora las dos, ninguna dice nada. Ella me mira y su expresión es tan bonita, esos ojos traviesos, hay un brillo lindo, sus labios delineados por un labial, su cabello cubriéndole los hombros. 





Y rompe el silencio.





Mía…- Una palabra sale de su boca. Casi asiento cuando menciona mi nombre…soy de ella, es cierto. – Que bueno que viniste.



Noté un cambio en su voz, primero fue tan suave, dulce y posesiva. Luego agregó lo demás.


Ah si, quería entregarte tu regalo. Feliz cumpleaños – No voy a resistir estar tan cerca de ti y no tocarte, baje la mirada - y ya me iba.


Acumulé toda la fuerza que tenia y voltee en dirección a la puerta.



¡ESPERA! – me llamó tan fuerte, que cada nervio de mi cuerpo se detuvo. Algunas personas que estaban cerca me miraban curiosas. –espera…



La miré, tratando de saber el porqué de esa reacción. Pudo ser por la bulla, quien sabe pensó que no la iba a oír o se a decidido a decirme algo sobre nosotras. Tenia esperanzas.



Uhm…no quise gritar, jeje…porque no te quedas un rato – habló toda nerviosa – la fiesta no esta tan mala y si no te gusta, por lo menos…hay bebidas, música y comida.


Esa no es la Cris que recuerdo, parece tan dudosa como yo. Algo pasó en este tiempo. Uhm… ¿Qué será?


Ok. Me quedaré – respondí tímidamente- pero un ratito, tengo varios informes que terminar.


Me regala una sonrisa, mientras con la mano me hace señas para pasar. Estando cerca del sofá, me invita a sentarme.

Dámelo– soltó Cris, luego estirando su mano me dijo - te lo guardo.


A claro, toma – extendí mi mochila, ella se alejó por el pasillo, abriendo la segunda puerta a la derecha. Suspire, tanta gente me tapaba de donde había ido a parar Cris. 



Me preguntaba que iba a ser a partir de ahora, la fiesta era buena, pero no conocía a nadie, salvo a la cumpleañera. Y ella me intranquilizaba, ninguna sabia que decir. Ni tampoco íbamos a charlar sobre cuanto tiempo se demoraron en curar todos los arañazos que hizo en mi espalda, o que tuve que ir con bufanda una semana para ocultar la marca del cuello que me dejó.
Esos no eran temas adecuados, no por ahora.

*** ***




Estoy sentada en el sofá desde hace unos veinte minutos, veo como la gente esta que se divierte, me han ofrecido un par de bebidas pero no tengo ganas. 




Si tan sólo no se la hubieran llevado.




Cris después de dejar mis cosas no se donde, venia hasta mi asiento para conversar un rato; aun no tenia ni idea que hablaría con ella…algo se me ocurriría. Entonces, uno de sus amigos se interpuso en nuestro encuentro. Invitándola a bailar.



Ahora ha pasado como diez canciones, y ese tipo no la deja para nada. La veo animada bailando, moviéndose de aquí para allá, al compás de su cadera, ese vestido que se ajusta a su figura. Se eleva ligeramente dejando a todos embobados. Incluyéndome en la lista.



Ese tipo no me cae nada bien; primero no me genera nada de confianza, quien usaría esos jeans tan apretados…como dicen en gustos y colores, no están escritos los autores. Pero no ve lo mal que le asienta. Esa camisa semi abierta dándoselas de playboy. Cree que con eso Cris se va a lanzar a sus brazos. Por favor, ni que sueñe.



Trataba que mis ojos no se quedaran mucho tiempo observándolos, las demás personas deben pensar que estoy tan interesada en ese chico, jum…suposiciones tan equivocadas. 



El turno de una balada, se han puesto de acuerdo en matarme lentamente, que castigo mas cruel. Me es imposible quedarme ahí sentada presenciando como ese chico me roba a la persona que mas quiero. Debo irme. Es su vida, no me interpondré.



Me levanté del asiento dispuesta a subir a mi departamento, mis cosas ya mañana las recogería, suerte que me quede con las llaves. La comida estaba buena. 




Adiós Cris, diviértete mucho esta noche. Que YO no lo haré.

Relatos de Cristal: ReencuentroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora