Paso en Falso

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Había sido la primera vez que me cambiaba de ropa tan rápido, y aun sentía la vergüenza recorrerme el cuerpo, tal vez podía quedarme en mi habitación unos 1000 años, ya cuando me encuentren “momificada” no importara tanto el que esas chicas me vieran haciendo…uhm… este, ahm… no se ni como describirlo. Respire para que la cobardía no se abriera paso, y me dirigí a reclamarles.

Las dos en la sala. Una al lado de otra, como dos niñas esperando ser regañadas por su mal comportamiento.

A la derecha una chica de cabello color castaño claro, el cual dicho sea de paso, le cubría parcialmente los hombros, en realidad diría que su estilo de peinado era estar “totalmente despeinada”, su maquillaje suave, hace que resalte ese perfil tan bonito que tiene. Lleva puesto una remera manga larga, y encima un chaleco que me llamo mucho la atención… ¿Dónde lo habrá comprado? Yo quiero uno igual, combinaría tan perfecto con… wait! ¡Qué hago admirando su ropa!, se supone que debo reprender a las dos por entrar de esa forma cuando me bañaba.

Al costado de esa niña, está la comunicadora…uhm, sigue con la fuc*ing expresión de pervertida. Que se deje de sonseras, no me gusta que me observe como si fuera un postre… o su presa; ¡Compórtate correctamente! Prefiero evitar mirarla, solo me provoca un sonrojo tras otro.

Espero que tengan una buena explicación… - Me cruce de brazos, y espere sus reacciones. Fu*k Cris, siento que estoy sin nada que me cubra cuando me dedicas esa mirada tan profunda… please! Deja de hacerlo – mmm… ¿Quién empieza?

Yo… jajaja Te he extrañado tanto Mía – Se abalanzo sobre mi Yael, haciéndome retroceder un par de pasos, para evitar caerme por el esfuerzo de casi cargarla. No tuve tiempo ni de reclamarle algo, me estrechaba con demasiada fuerza – Mía, Mía, me encanta volverte a ver… estas genial jujuju… en todo aspecto – Esa última frase me dio la energía suficiente para darle un par de palmaditas en la cabeza, así lograr que se alejara de mí.

Mm… Estoy aquí, Uhm… Mía, ¿me presentas a esa… chica? – Pensé que algo estaba mal por el tono con el cual me hablo, más al final la vi sonreír – y lo siento, no quise entrar a… interrumpirte… cof cof en lo que sea que estabas haciendo cof cof  mientras te duchabas, solo que…

Solo que no me dejo pasar, ¡imagínate Mía! Seguro que ella no sabe sobre lo nuestro…jojojo pero la disculpo, no hay problema – Ni se inmuta al ver a Cris, la cual no la observaba con buena cara… ahh…”lo nuestro”… What the fuck!, debo prestar más atención a lo que dice esta niña – Y dime ¿a dónde saldremos hoy para celebrar mi regreso?

Ehhh…stop! “lo nuestro”, dime ¿te golpeaste la cabeza cuando descendías del avión?, nunca ha habido un “lo nuestro”… - suspire con resignación, y no sé a dónde se fue mi enojo inicial, ahora hasta me causaba gracia el tener a estas dos chicas en mi casa - al parecer no maduraras nunca Yael ¿no?

*** ***

Pasaron horas para remediar el asunto, seguía molesta con ambas. Sin embargo se me iba olvidando todo el subidón de adrenalina; total, Uhm… Cris ya me había visto sin ropa antes y yo también a ella. El problema era Yael, esa chica que sigue abrazada a mi cuello, sin dejarme respirar. Si tiene tanto cariño por dar, mejor sería que lo compartiera con alguien más.

Me siento una especie de juguete en este sillón, por un lado esta Cris que quiere mi atención por entera, y Yael que no es capaz de entender las indirectas que le manda la comunicadora; acercándose mas y mas a besarme los labios. Desde cuando mi vida se complico en tal medida. No se que hice para que terminara con dos “psicópatas” acorralándome, esperando un momento de debilidad para saltar encima mío.

Relatos de Cristal: ReencuentroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora