Conversaciones Detenidas

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Disculpa, te vi muy sola – volteo a ver quien me hablaba - así que vengo a hacerte compañía, y de paso tomarnos algo.

Es un chico castaño, con unos ojos marrones muy parecidos a los de Cris. Este es mucho más alto que yo; delgado pero sin dejar de lado sus bien formados pectorales, los cuales traslucen debajo de su playera.

Quien sabe es para no estar sola, pero decido aceptar su invitación, al cabo que sólo es una bebida. Después me iré.

Y dime ¿cómo conoces a Cris? - tiene una voz gruesa y una sonrisa muy carismática – ¿amiga de su universidad?

No, ella es…es…mi vecina – añadí. Ahora prefiero meterme de lleno en la conversación, para que mi cerebro se olvide de decirle a mis ojos que vea como baila Cris con ese tipo. - ¿y tu cómo la conoces?

Soy su primo, me invito hace una semana a su cumpleaños – Sonrió al afirmar eso -así que, aquí me tienes.

Ya veo el parecido – Agregué. Ahora me fijaba mas en los detalles de su rostro buscando más similitudes con su prima – Me llamo Mía. Mucho gusto en conocerte.

El gusto es mío – Respondió tendiéndome su mano para estrecharla – Soy Alberto.

Es la mejor decisión que tome en toda la noche, no me arrepiento de aceptar conversar con Alberto; es muy gracioso, y cada dos segundos me sale con algún chiste.

A terminado de estudiar publicidad hace un año y ahora se esta encargando de toda la campaña de mi bebida favorita, “súper free”. Dice que me puede conseguir la “súper free” edición limitada, que emoción. Al final, la fiesta no esta tan mal.

 *** ***

Me concederías un baile – pregunta todo interesado Alberto, arqueando su ceja y dándome una sonrisa brillante. Serán todos así en la familia de Cris... deslumbrantes – di que si.

Vale, una fiesta es para bailar ¿no? – Acepto su mano tendida, y vamos a buscar un espacio detrás de estos sillones – podrás seguirme el ritmo…jajaja.

Hace tiempo que no relajaba los músculos, me deje llevar por la melodía, sonriendo abiertamente, olvidándome mientras duren las canciones de mis problemas sentimentales.

A la izquierda, derecha. Es tan divertida la canción, me quita la tensión.

Falta el movimiento sexy Alberto – Interrumpe una chica bajita que baila a nuestro costado.

Claro que si, Karlita – Le guiña el ojo, y vuelve a mirarme. Y ahora…hasta abajo – me sonríe Alberto.

Al ritmo de la música comenzamos a descender; las voces de la gente me avivan mas a provocarle, sólo es un juego ¿no? Los escucho decir: vamos Alberto, no te quedes.

Un movimiento de hombro, y piernas para que las tengo. Ahora, a subir lentamente, me causa mucha gracia como las demás parejas nos acompañan al mismo ritmo, creo que somos los reyes de la pista.

Relatos de Cristal: ReencuentroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora