Interrupcion Temporal I

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El pasillo es algo estrecho; poniendo en práctica mis conocimientos, calculo que es un espacio de un metro de ancho, hay un par de cuadros. Y veo puertas, sin contar en la que estoy apoyada, son otros dos ambientes, los cuales no se que habrá en su interior.



Escucho ruidos detrás de mí; me pregunto si fue correcto dejarla entrar sola; estando en tan mal estado. Aunque, de seguro si la veo en esas condiciones yo también me pondría pésima. Al final ¿quien terminaría cuidándonos?



Que gracioso fue; me dejaste sin palabras Cris.



Cuando creo que te conozco lo suficiente, me doy con la sorpresa que me falta muchísimo todavía. Si que sabes como enfriarle la cabeza a alguien que se desvive por ti. Y de la manera más hilarante…



....
.......


Ella tan cerca de mi; podía oler su perfume mezclado con el alcohol, me doy cuenta que viene por mis labios; y nadie ya parece dudar que soy la elegida par ese “reto”, aunque para mi es mas bien un premio.


No se cuan consiente esté; sin embargo yo voy a recibirla, si a alguien debo besar es a ella. Nadie mas reina en mi corazón. 


Cris entonces me rodea con sus brazos, pero no es tan firme y parece que se resbala un poco, no estoy segura pero quería llegar a mis oídos. Piensa confesar secretos de alcoba…o de ascensor. Me crispa toda la piel y trato de sostenerla con mis manos a pesar de estar temblando.



En aquel momento, cuando yo estaba lista para revelarles a todos sus amigas y amigos que te quiero y te deseo. Me sueltas la frase mas…mas…enfría hormonas.



Voy a vomitar – abres tus labios y me dices eso – Voy a vomitar…no me siento bien.





Era para echarse a llorar y a la vez carcajearse a más no poder…por un lado te tengo en mis brazos, y todos tus invitados se han comenzado a reír con ganas. Ya saben que no te sientes nada bien.



Renato dejó la cara de preocupación e intriga que tenia, y se acerco a mí, tratando de separarme de mi dueña; ese tipo cree que estoy pintada o soy adorno de la casa de Cris. 



Deja yo la ayudo – me dice Renato intentando alejar sus brazos de mi espalda – Vamos Cris


No fue necesario sentir la presión de los dedos de Cris en mi cuerpo, ella no quería alejarse y yo tampoco lo iba a permitir.


Yo la voy a ayudar – Me aguanté toda las ganas de decirle que aleje sus manos de mi angelito, pero no pude evitar hablar en el tono mas posesivo que tenia - Déjala.



El ruido de la gente logró ocultar mis palabras pero le generó suspicacia a los que se encontraban cerca, es decir a Arturo y Renato. El primero me miro extraño, dejando de sonreír, y que decir de ese chico Renato, parecía no entender lo que le dije, seguía cogiendo el brazo de mi niña.



Comencé a levantarme de ese sitio, y al mismo tiempo ayude a ponerse de pie a Cris, ella no se soltaba ni un centímetro de mi. A tanta insistencia de ese chico, los celos se acumularon, provocando una reacción para nada amable…no me arrepiento. Con ella mi valentía se presentaba y sacaba diente, garras para protegerla.


Ya te dije que YO la voy a cuidar- Quite impulsivamente su mano de la piel de Cris - Déjala…no ves que quiere ir conmigo.



¿Qué tienes? – Respondió Renato exaltado también, creo que le malogré su plan de ser el héroe – yo la conozco mas que tú.



Sin querer apreté mi puño; el alcohol si que desinhibe a las personas, tenía tanta rabia de sus palabras, si sólo te contara sobre nosotras. 


Mía…llévame a algún lado voy a vomitar – intervino Cris en el duelo de miradas que en este momento tenia con Renato –no me sueltes, Mía – Esa fue su orden.



Ante este episodio, la amiga de Cris me apoyó y me enseñó el camino hacia el cuarto de baño.


El rostro de mi comunicadora era toda una noticia, mientras caminaba hasta ese pasillo, los amigos y amigas de Cris decidieron prender la música y seguir con el baile.




Creo que el juego de los retos…acabó.


...

......



Así fue como llegue hasta aquí. Apoyada en la pared frente a la puerta del cuarto de baño; esperando que Cris se sintiera mejor. Su amiga Karla es buena persona, se disculpó por el pequeño altercado con Renato, me dijo que el sólo se pone así porque desde hace años que esta enamorado de Cris pero ella no le hace caso…y como no sabia que éramos “amigas intimas”. 


Casi agrego a su comentario que no sabe cuan “intimas” somos.



Por último, Karla me dejó a solas con Cris, no sin antes alcanzarme una muda de ropa para ella, luego me pidió que en cuanto saliera del baño la llevara a su habitación a que descanse. 



Mis neuronas trabajan en armonía hasta ese preciso instante. ¿Cómo?, no me digas que yo debo cambiarle la ropa…oh ¡OH! Y luego llevarla a la cama, ups, perdón diré a su cuarto…uhm, bueno al final debe haber una cama ahí. ¿No?



Tiemblo ante lo inminente, en cuanto ella salga de ese cuarto, yo que estoy mas sana, debo cuidarla. Y me pregunto entonces: ¿Quién cuidara de mi?, ya de por si tengo fiebre.



En cualquier segundo Cris, saldrá por esa puerta y la debo llevar lejos de toda esa bulla, que sigan divirtiéndose sus invitados; ya encontraría alguna manera de darle toda la diversión que merecía en su cumpleaños. Pobrecita, cómo tomó todo ese trago.


Si para mañana no sanaba, ese Arturo cruzará un par de palabras conmigo.



¿Cómo estas? – le preguntó en cuanto la veo asomarse por esa puerta, me acerco para servirle de apoyo – ¿mejor?
Dibuja una leve sonrisa y eso es suficiente para apaciguar mis dudas.


¿Me llevas a mi cuarto? – Añade a la vez que se coge de mi brazo, entre tanto en mi otra mano tengo su pijama – Quiero descansar y cambiarme de ropa.


Mis nervios se alteran al escucharla, y un ligero salto de mi brazo le hace saber que estoy aturdida; con todas mis fuerzas, asiento con la cabeza. Y le pido me indique donde es su habitación.

*** ***




Si al levantarme esta mañana hubiera sabido todo lo que sucedería; creo que hubiera aprovechado mejor mí tiempo en la oficina…los informes seguramente no van a estar listos para mañana. No, si voy con Cris a su cama.


Caminamos un par de pasos hasta la segunda puerta del pasillo, y entonces se desprende de mi cuerpo para abrirla. El momento ha llegado, es todo un mundo paralelo a donde voy a cruzar. 



Entramos despacio. Olvidándonos de todo el ruido proveniente de la sala.



Quise buscar el interruptor para prender la luz, tenia que verificar que estaba en su cuarto, y no era algún sueño extraño; quien sabe despertaba en mi cama por el sonido de la alarma, la cual me indica que ya es tarde para el trabajo.



No prendas la luz – Me dice Cris, al tiempo que cierra la puerta detrás de nosotras – Yo te guiaré.



Tan rápido se le paso todo el estado de ebriedad y a mi se me subió todo el alcohol a la cabeza; estoy muy sonrojada. Tengo miedo de esa puerta cerrada, que sea ella ahora quien me guie a la cama. De que nada nos alumbre, salvo la luz de la luna que atraviesa por su ventana.



Esa tenue iluminación, me informó que estaba en medio de una jungla, una especie de escritorio estaba en un rincón, cubierto por lo que parecían libros, papeles y ropa. A cada paso, terminaba chocando con algo, creo que tuve que agacharme en un par de ocasiones para no golpearme con sus cosas. Era toda una travesía avanzar hasta su cama. Quisiera que el camino se haga aún mas largo, no estoy preparada para lo que sigue. 



En cuanto tocamos el borde de su cama, me da un empujoncito para sentarme.


Me das mi pijama – La voz de la cumpleañera, me obliga a dejar de intentar ver en la oscuridad toda su habitación – ya mañana tendrás tiempo de ver mi guarida.


¿Cómo?...yo me voy a quedar aquí – fue lo único que añadí – ¿hasta mañana?


Pues claro, tenemos que descansar después de tanto alcohol – respondió tranquilamente – a menos que alguien te esté esperando en la fiesta.



Fue pregunta esa última frase, me sonaba a celos ocultos…uhm…porqué lo mencionó…uhm…pues nadie me espera afuera, el único motivo que me trajo hoy hasta tú casa, eres tu Cris.


No, claro que no – le dije instantáneamente y con algo de miedo a que me diga que me vaya – me encantaría quedarme aquí contigo.


Que bueno – dicho eso, toma el pijama de mis manos. Y se levanta de la cama para prender una lamparita que descansaba al costado mío. 


Ya tenia una leve idea de lo que vendría a continuación, sobretodo por esa sonrisa que vislumbré en la penumbra. Algo tramaba la niña Cris. Y no era nada “sano” para mi cuerpo.

Relatos de Cristal: ReencuentroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora