🌻Capítulo 39

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4 Años después.

POV- Marion.

-Esta es la invitación.-Sonrio Mary entregandome un hermoso sobre blanco con listones.- Creo que serás una gran dama de honor.

-¿Lo dices enserio?-La mire emocionada.

-Por supuesto, pero tienes que acompañarme a comprar mi vestido, elegir las flores, el pastel y un traje para Marck porque él es pésimo para esas cosas- término moviendo su mano como si el chico la sacara de quicio, pero yo sabía que no era así, ella lo amaba tanto como él a ella. No todas las parejas después de pasar siete años juntos decidían casarse, y en mi opinión fue bueno que esperarán a graduarse para hacerlo.

-Yo te ayudaré en todo, no te preocupes.-Le sonreí abrazándola.

-Gracias, se lo pediría a América también para que no fuera tan pesado para nosotras, pero no creo que vuelva de su luna de miel hasta ya entrada la fecha.

Sonreí ante eso. América había contraído matrimonio con su mejor amigo de la infancia, ambos no habían tenido comunicación desde la secundaria, hasta que hace un par de años atrás coincidieron en el supermercado, y posteriormente quedaron en la misma clase en la carrera de psicología, y con los meses, el amor surgió para los dos.

-No te preocupes, llegara y nos ayudará en algo, ya lo verás.- me separé de ella, y saqué mi teléfono del bolsillo.

Cinco minutos para la 1:50 p.m.

-Se me pasara el autobús Mary, ¿vienes conmigo a casa?

-No, ve tú, yo iré con Marck a visitar a sus padres.-Se despidió abrazándome de nuevo y me fuí.

Camine hasta la parada y me senté en la banca serena y sin impaciencia para que el bus pasará. Talvez era porque ya no tenía nada que esperar, o a alguien a quien buscar.

Me subí cuando esté llegó y tome un asiento junto a la ventana sujetándome de la agarradera del asiento de enfrente.

Suspiré e inconsciente recorrí el autobús con la mirada, pero nuevamente el no estaba, me habia acostumbrado a eso, últimamente todo me llevaba a Samuel. No asistió a la boda de su hermana, Marck me había dicho que ese día hubo una tormenta y no salían vuelos de Europa, en toda la noche no logré ocultar mi tristeza, pero por América, me la pasé bailando y bebiendo con Mary.

Lo último que supe de el, fue que se había graduado hace siete meses, y no se había aparecido aquí. Temía que hubiera roto su promesa y me hubiera olvidado, porque yo no lo habia olbidado a el, y mi corazón tampoco.

-¿Puedo sentarme aquí?- mi vista dejo la ventana y mire con sorpresa al chico de ojos verdes que me miraba fijamente.

-Claro.-Respondí con mi voz un poco rota por las lágrimas que se formaban en mis ojos.

El se sentó y sus manos se posaron sobre las mías que estaban tomadas de la agarradera.

-¿Sigues siendo precavida, he?-Su tacto hacia que todo mi cuerpo temblara. Los rasgos de su rostro lo hacían ver más maduro, su cuerpo estaba mejor formado, yo también había cambiado, es lo que los años le hacen a la gente, pero al ver sus hermosos ojos esmeralda me di cuenta que seguía siendo el mismo Chico del bus de hace cuatro años.

No lo pensé más, me avalance en sus brazos y lo abraze, lo abraze tan fuerte sin importarme si me rompía o no una costilla, sentí sus manos rodear mi cintura, y su rostro enterrarse en mi cuello.

-Te extrañé tanto Marion.-Su aliento golpeó mi oreja y temble ante la tormenta de sensaciones.

-y yo a ti.-Lágrimas corrieron por mis megillas temiendo que en cualquier momento desapareciera.- Te tardaste.

Se separó de mi y me mostró una de esa sonrisa que tanta falta me habían echo, y con sus dedos secó las lágrimas que recorrían mis megillas.

-Lo se, mi amor.-susurró sobre mis labios.- estaba trabajando para juntar dinero y poder pedir la mano de una pelirroja que me enloquece.

Sonreí juntando nuestros labios y llenandome de su sabor.

Lo extrañaba, lo extrañaba tanto que dolia. Este dolor era tan grande que decidí que el único registro de el serían las lágrimas impresas en mi almuhada. Sentía como si me hubieran arrancado el corazón.
Me había acostumbrado a estar lejos de el, a vivir con las sombras del recuerdo, ya me había echo a la idea de que no lo tenía cerca. Después de años de esperar a que volviera y cumpliera su promesa llegue a temer que sus planes cambiaran y se olvidará de mi, pero ahora lo tenía con migo, había vuelto, y fue el arcoiris que iluminó el cielo después de la tormenta, mi refugio para llorar, mi fortaleza y mi debilidad; me recordó que el siempre fue el todo que hacía que me perdiera en la nada.
Éramos dos autobuses vagando en caminos contrarios, y en tan sólo un segundo, nuestras miradas se cruzaron y nos hicimos dependientes del otro.

-Te amo.-susurro en mi oído.

-Y yo te amo a ti Chico del bus.

***

¡Estoy muriendo!¡Me niego a dejar ir la historia!

Subiré el epílogo en un rato más...

Katt 😘

El Chico Del BusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora