Me mire en el espejo sonriendo.
"Esto es lo correcto"
Me repetí a mi misma, intentando evadir los nervios que me estaban enloqueciendo.
Me coloqué un poco de brillo en los labios, y salí de la habitación buscando a Samuel en el comedor.
Tuve que sujetar mi mandíbula para que no callera al suelo.
El chico llevaba un pantalón de vestir y una camisa azúl oscuro muy elegante. Se notaba que se había esforzado en su atuendo, lo único malo es que la venda en su mano resaltaba, y me sentía culpable de ello.
Yo y mi estúpida suerte en la cocina.
-Te vez hermosa.-Me sonrio desde el otro extremo de la mesa, dejando ver unos lindos dientes blancos.
-Gracias, tu también estas muy guapo.- le guiñe un ojo dirigiéndome a la cocina por la botella de vino.
Esperaba que todo saliera bien.
Mary había ido a la casa de Marck para que pudiéramos hacer la cena con mis padres en nuestra casa.
¡Estaba aterrada!
¿Y si no les gustaba Samuel? ¿Qué haría?
Di un brinco al escuchar el timbre de la puerta principal.
Llegue a la mesa y deje la bebida dispuesta a abrir, poro al llegar me encontré a mi madre con un lindo vestido amarillo y a mi padre con un elegante traje gris.Sonreí asercandome a ellos, y dándole una mirada de aprobación a Samuel que los estaba recibiendo.
-Buenas noches.-saludo el chico a mis padres.
-Hola mamá, papá.-llegue dándole un abrazo a ambos y señalando al chico que tenía al lado.-El es Samuel; Samuel, ellos son mis padres, Heleonor y Miguel.
-Mucho gusto.-Sonrio el extendiendo su mano hasia mi mamá, pero está lo jalo para darle un fuerte abrazo, que el correspondió sonriendo. Papá le dió un apretón de manos, y posteriormente todos nos dirigimos a la mesa.
Samuel recorrió mi silla para que me pudiera sentar, y me guiño un ojo haciendo lo mismo con la de mi madre.
Nos servimos la comida y todos comenzamos con ella.
-Oh, está muy bueno.- Alago mi mamá después del primer bocado.-¿Quien la preparó?
-El restaurante.-Admití con una pequeña mueca en los labios mirando de reojo a Samuel.-Ocurrió un pequeño accidente con el jamón que preparamos.
Mamá río dando un trago de su vino.
-Tu y la cocina nunca fueron una buena combinación, hermosa.- dijo entre risas llevándose otra cucharada a la boca.
-Dígamelo a mi.-Comento el chico a mi lado.-Es la segunda vez que me sucede esto.
Señaló la venda en su mano, y baje el rostro apenada.
Papá se mostró frío y sin expresión ante los comentarios, mientras mi mamá y Samuel reían conversado. Me preocuba que el no lo aceptará, o peor aún que no nos dejará estar juntos.
-Y dime Samuel.-Hablo mi padre por primera vez durante la cena.-¿Estudias?
El chico lo miro confiado, yo sabía que se había preparado para eso.
-Por supuesto, estudio derecho en Europa. En estos momentos estoy de intercambio aquí por un tiempo.-Papá hizo una mueca mostrando que no le gustaba el que se tuviera que ir, Samuel lo noto y dio un suspiro mirando a mis padres.-Voy a ser sincero con ustedes, en verdad amo a su hija, y no me imagino mi vida sin ella.-Sonrio dándome una pequeña mirada para después volver con ellos.-volveré a Europa, tengo que hacerlo, pero iré y terminaré la universidad para poder darle una buena vida, es lo mejor que le puedo ofrecer y les pido su aprobación para hacerlo.
Papá sólo asintió y mamá sonrio levantándose de la mesa y dándonos un abrazo a ambos.
-¡Claro que tienen nuestra aprobación!- anunció regresando a su lugar y tomando la mano de mi padre.
-Gracias.-Samuel tomo la mía por debajo de la mesa, y me miró guiñando un ojo en mi dirección.
Voltee la mirada en dirección a mi papá y logre ver la sombra de una sonrisa. El, era serio y aplicado, pero lo amaba porque debajo de toda esa fachada gris, estaba un hombre que amaba a su hija, y a su loca esposa.
-¿Cómo se conocieron?.-pregunto mamá.
-Cayó sobre mi en el autobús.-Respondió Samuel sin rodeos.
Mamá soltó una carcajada escuchando la contestación del chico.
Papá no se inmutó, en cambio siguió con su comida al igual que yo, escuchando la conversación de mamá y Samuel y brindando algún que otro comentario.Todo había salido bién.
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El Chico Del Bus
Fiksi RemajaTodos alguna vez nos hemos enamorado de alguien que nos encontramos por la calle y que probablemente no volvamos a ver jamás. Aunque al destino le gusta jugar, ¿no? ~•~ -¿Puedo sentarme aquí? Mi cabez...