🌻Capítulo 38

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Los meses pasaron y el dia de despedirme llegó.

No era consciente de lo que hacía, sólo sabía que no quería soltar la mano de Samuel, nunca.

Mi cabeza descansaba en su pecho, y sus manos jugaban en mi cabello. No habíamos dicho nada en todo el caminó, porque sabía que si lo hacíamos llorariamos más.

No teníamos aeropuerto en nuestra ciudad, así que el tenía que subir a un autobús hasta otro lugar para poder tomar su vuelo a Europa.

Europa, un océano de distancia, ¿podremos seguir teniendo un lazo después de esto?

No lo sabía, me temblaban los labios al retener los sollosos por pensarlo, no hiba a negar que temía que se enamorara de otra y me olvidará, tenía miedo de que una mañana abriera los ojos, y yo ya no estubiera en sus pensamientos, de que un día, cuál polvo, me fuera volando de su vida.

-¿Samuel?.-Susurre controlando los sollosos.

-¿Si?

Cerre mis ojos con fuerza y me acomode mejor en su pecho.

-¿Que pasara con nosotros?-solté sin más.

No contestó.

Ni siquiera se movio un poco.

Pero a los segundos pareció reaccionar y me levanto para que lo mirara a los ojos.

Entonces, mi fuerza se fue al ver mi color favorito impreso en su mirada.Las lágrimas salieron sin control mientras miraba esos hermosos ojos esmeralda, que un día conocí por casualidad, recordaba con detalle su dulce sonrisa, y me sorprendí de lo lejos que llegamos.

-Te amo.-susurro mirándome.-No pidas que te olvide, porque no lo haré.- dijo anticipándose a mis palabras. Las lágrimas acudieron a sus ojos, he intento disimularlo con una pequeña sonrisa.-Como olvidar que te entregaste a mi.

Esto último lo susurro sólo para nosotros. Mis megillas se ruborizaron y me aserque a su cuello, rozando su oreja con mis labios.

-Te amo.- planté un beso en su pequeño punto débil, y sentí como se estremecía, mientras me rodeaba en sus brazos y me aserco más a el.

-Lo sé.-contesto.-Volveré por ti, es una promesa, nos casaremos y tendremos y un pequeño mounstro pelirrojo como su madre.

-Y con ojos verdes como su papá.-agregue mirándole.-¿Estas seguro de ello?

-Completamente.

Sonreí disfrutando de su olor, la última vez en años que disfrutaría de su olor.

¡Malditasea lo extrañaría!

Se me hacía imposible imaginar un mundo sin el.

¿Qué seria de mí sin tomar el autobús a la 1:50? ¿Sin esperar su sonrisa y su mirada hermosa? Extrañaría los viernes de películas, sus besos, sus caricias,¡Lo extrañaría completo! Con todo y su estúpido afán de sobreprotejerme.
Lo extrañaría porque simplemente lo amaba, y a su lado es el único lugar donde quiera estar, donde me encantaría dormir, envejecer, y terminar de vivir.

-Llegamos chicos.-Anuncio Marck desde el asiento del conductor.

Nos separamos sin decir nada y bajamos mientras los chicos sacaban el equipaje de Samuel.

Era el momento, y mi corazón lo sabía.

América se acercó y lo abrazó tan fuerte que creí que lo rompería. Ambos lloraron y después siguió Marck, no fue el típico abrazo de hombres, más bien, fue la despedida de dos hermanos que se extrañarian demaciado el uno al otro. Mary también lo abrazó, pero cuando llegó mi turno, me negaba a moverme, me negaba a despedirme, pero sobre todo...
me negaba a dejarlo ir.

-¿No te despediras?- me sonrió con los brazos extendidos buscando un abrazo.

-No. - negué.-Si me despido significará que te estoy dejando ir, y no quiero que te ballas.

Las lágrimas tomaron de nuevo intensidad en mis megillas. El, corto el espacio que nos separaba y me rodeo en sus brazos.

-Entonces que no sea una despedida.- susurro amortiguado su voz en mi cuello.- Este es un hasta luego Marion, recuerda que volveré por ti.

Me separé de el, y lo mire a los ojos.

-¿Lo prometes?

-Por mi vida, que eres tú.

Y me besó, lo abraze con la fuerza necesaria para fundirnos en uno, y saboree sus labios, intentando a toda costa grabarme de memoria su sabor, para poder recordarlo vividamente por las noches abrazada a la almohada y entre sollozos.

Nos separamos y me sonrió antes de tomar sus maletas y subir al autobús.

-¡Hey, Samuel!- le grité cuando estaba a punto de perderlo de vista.-¡Te amo mi amor!

-¡ y yo a ti pequeña!.-Lo mire hasta que lo perdí entre los asientos.

Sonreí, volvería, yo lo sabía, pero por el momento debía dedicarme a pegar bien mi corazón, el cual se había roto con su partida.

*********

POV- Samuel.

La mire ahí, parada, mirándome con sus grandes ojos llorosos.

La amaba y esperaba que fuera conciente de que le había dejado un pedazo de mi corazón ahí con ella.

Tome asiento en el autobús, y no la perdí de vista hasta que Mary le tocó el hombro y la llevó de vuelta al auto.

Estaba esperando el momento para acabar la carrera y volver por ella, como se lo prometí, estaba seguro que nada nos separaria en ese momento.

Deje de mirar el cristal, añorando que ella volviera y apareciera con su cabello pelirrojo todo enmarañado, deceaba tanto poder rodearla en mis brazos de nuevo, sentir su delicado cuerpo contra el mío, y volver a embriagarme con su olor, pero las circunstancias no nos lo permitían y por ahora debía de vivir con el recuerdo de que un día conocí sentada en una banca a una chica que me enamoro y se convirtió en mi chica del bus.

***
Este capítulo va para todas aquellas que votaron en el capítulo 34 para llegar a los 50 votos💖 No tenía planeado subirlo hasta la próxima semana, pero me sentí mal al defraudarlas la vez pasada por falta de internet.

Gracias por leer😘

Kathia💖

El Chico Del BusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora