🌻Capítulo 11

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1:41 p.m

Mis pies corrían con velocidad para llegar a tiempo a tomar el autobús, ya no me importaba irme parada o sentada, lo importante en estos momentos era que no se me pasará.

¡1:43 p.m!

Había llegado a la conclusión de que todas las veces en las que había visto al chico de los ojos profundos era en el autobús de la 1:50, y eso era:

¡En cinco minutos!

Apresure el paso, mientras chocaba con todas las personas que se encontraban en mi camino, hasta que un cuerpo fuerte me impidió seguir adelante, Levanté mi cabeza dispuesta a enfrentar a quien se me hubiera puesto enfrente, pero cuando mis ojos se toparon con la mirada oscura de Luck, todo mi mundo y mi valentía se desvanecieron.

El me miraba fijamente y todos los parches que creí haberle puesto a mi corazón se desintegraron con el fuego de su mirada, con su cercanía, y con el recuerdo de que por más que me dijera a mi misma que no lo amaba, yo sabía que me mentía, que aún lo quería, de alguna forma extraña el vivía en todos los pedazo de corazón que el mismo rompió, y eso no lo podía cambiar ni si quiera el par de ojos esmeralda que tenía en mi cabeza continuamente desde que lo conocí, eso era atracción, pero lo que sentía por Luck era amor, un poco lastimado y sólo de mi lado, pero amor al fin y al cabo.

-Hola Marion-su dedo índice tomo mi barbilla y levantó más mi rostro-, Sigues estando tan hermosa como siempre-susurró.

-Gracias-mi tono de voz era casi nulo, toda mi fuerza estaba siendo absorbida por mi subconsciente, que estaba haciendo de todo para no soltar las lágrimas que estaba reprimiendo desde que lo ví.

-¿Por qué tan triste, eh?

Por ti.

-No es nada-Negué con la cabeza, sólo quería irme-Luck, tengo que dejarte, el autobús se me pasará.

-Claro, sólo quiero que recuerdes que si ocupas algo aquí estaré yo, ¿si?-una sonrisa apareció en su rostro, sabía que tenía otras intenciones. Asentí con la cabeza y el se acercó a mí y depósito un pequeño beso en mis labios, mi cuerpo tembló, y no fue por el, fue por las lágrimas que ya no aguantaban más su encierro.

-Adiós, Linda.

Agradecí en silencio que Luck se fuera y seguí caminando cuando ya no escuché sus pasos.

Todo se desmoronó, como en esos momentos que te juras ser fuerte, que ya lo haz olvidado, y de la nada, algo te lo recuerda, y te das cuenta que sólo te mentías para protegerte y eso te hizo más daño.

Ese había sido mi primer beso, sólo un pequeño rose de labios y se lo había llevado él, Luck.

Asome mi cabeza por encima de mi hombro y me detuve un momento, viendo como el que solía ser mi amigo llegaba y abrazaba por detrás a una chica de cabello negro y le hablaba al oído.

No me sorprendió.

No podía destruirme más de lo que ya lo había hecho.

Retome mi rumbo a la parada del autobús y me senté en la solitaria banca al llegar. Se me había hecho tarde, yo era la única esperando.

Mi subconsciente dejó de ser fuerte en ese momento y las lágrimas salieron.

¡Lo odiaba tanto! Y más me odiaba a mi por seguirlo amando.

Me lleve la mano a los labios y cerré los ojos mientras me abrazaba a mi misma y me hundía en un mar de lágrimas.

Sentí como una chaqueta cubría mis hombros y levanté la cabeza dispuesta a rechazar la compañía de cualquier persona, pero mis ojos llorosos se encontraron con unos verdes que los miraban fijamente.

El chico tenía el seño y los labios fruncidos , además de su mirada que se había oscurecido, pero no dijo nada, sólo se sentó a mi lado y me abrazó fuertemente, acomodé mi rostro en su cuello y las lágrimas se intensificaron, eso es lo que necesitaba.

Sólo nos quedamos ahí abrazados en silencio, sin preguntas y le estaba agradecida por ello.

El Chico Del BusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora