Mire como Samuel se acercó al horno para revisar al jamón que habíamos preparado juntos.
Con una sonrisa se aserco a mí y sentí como tomó mi cintura desde atrás y asomaba su cabeza sobre mi hombro.
-¿Cómo va el puré de papa?-preguntó dejando un beso en el lóbulo de mi oreja. Me estremecí con las cosquillas que me recorrieron ante la acción.
-Bien, creo, por lo menos no ha explotado.-Se río tomando mis manos y ayudándome con la mezcla.
le había advertido que yo era un peligro cocinando, pero el insistió en que me mínimo podía ayudar a pelar unas papas.
-¿Estas nerviosa?-Susurró.
-Un poco- Admití mirandolo por el ravillo del ojo su rostro.-Mis padres son un poco impredecibles.-Concluí llevandome un poco de puré a la boca.-¡Por Dios! Esto está delicioso.
-Te lo dije.-me recordo llevándose una cucharada a la boca y volteandome para quedar frente a él.
-No te preocupes, me amaran.-se encojio de hombres- su hija me adora,¿ Qué tan difícil será convencerlos de que soy un encanto?
Reí golpeando su hombro.
-Se te están subiendo los humos a la cabeza.
-Un poco-.-admitió.
-No en serio, hay humo ¡Se está quemando el jamón!
Y el caos comenzó.
Reí mirandolo correr al horno gritando maldiciones mientras con el guante tomaba la charola.
-¡Mierda está hirviendo!-Se apresuró al fregadero mientras yo tomaba el botiquín.
Tendría que comprar más pomada para las quemaduras si hibamos a seguir cocinando juntos.
-¡Lo siento tanto!-me lamente curando su herida.
-No te preocupes.-se encogio de hombres reprimiendo un quejido.-No eres tú, es tu suerte en la cocina.
-Oh, eso es reconfortante.-Reí sarcásticamente vendando su mano.
-No lo tomes a mal cariño.-Tomo mi cintura con cuidado de no lastimar su herida.-Solo no entiendo como no se te quema el cereal.
Reí golpeando su hombro y apartandome de el para poder llamar a la comida China.
El número últimamente estaba en mi lista frecuente.
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El Chico Del Bus
Genç KurguTodos alguna vez nos hemos enamorado de alguien que nos encontramos por la calle y que probablemente no volvamos a ver jamás. Aunque al destino le gusta jugar, ¿no? ~•~ -¿Puedo sentarme aquí? Mi cabez...