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19 de Noviembre 9:30 AM, Radley Sanitarium


El día de ayer la Señorita Jauregui había presenciado una de las pocas cosas que hacía yo para "liberar mi cuerpo y mente" respecto al trabajo. No sé que me pasó por la mente en el momento en el cual me decidí por ver eso en mi oficina, así como Lauren se percató de aquello, puedo haber sido peor... Un trabajador pudo haberme visto y lo más probable es que me hubiese reportado. Fue solo una paciente y eso me alegra en cierto modo.

Debía de hablar con Lauren, debía de encontrar la forma para que ella no le comentara a nadie lo ocurrido el día de ayer. Ella es inteligente así que sé que intentará chantajearme y obtener más de un beneficio, pero más inteligente soy yo; por eso es ella quién es la paciente y soy yo la psiquiatra.


Estuve pensando por más de tres horas qué hacer para que Jauregui permaneciera en silencio y no encontraba nada coherente y/o razonable, tendría que estar dispuesta a escuchar sus "requisitos". Tomé el teléfono y llamé a Samantha -Buenos días Sam, por favor dirígete a mi oficina- No solo necesitaba hablar con ella respecto a Lauren, sino que también habían unos asuntos por resolver -De inmediato Doctora Cabello- Dejé el teléfono en su lugar y esperé a que ella llegara mientras leía un libre. No pasaron ni tres minutos cuando Samantha entró a mi despacho -¿Me necesita Dra. Cabello?- Dejé mi libro de lado y me di la vuelta para recibir a mi asistente. No podía creer lo que estaba viendo, Sam llevaba una falda mil veces más corta de lo normal, totalmente ceñida a su cuerpo, una blusa con dos de sus botones superiores abiertos y ahí fue cuando me perdí -Dra. Cabello ¿Se encuentra bien?- Volví a tener los pies en la tierra y me sonrojé -Lo siento, he estado muy elevada últimamente. El trabajo, ya sabes- Me excusé y parece ser que ella no se dio cuenta de que en verdad me perdí en su cuerpo, mejor aún. -Por favor tome asiento- Sam se sentó justo en frente de mí, cruzó sus piernas y eso hizo que su falda estuviera aún más corta, esto no sería nada fácil -Antes que cualquier otra cosa, necesito que busques a la señorita Jauregui y la hagas subir de inmediato- ella solo asintió -También necesito verte por fuera del trabajo el próximo Sábado, hay algunas cosas de las que debemos de hablar- Samantha sonrío y se acercó a mi -Con todo el respeto Karla, no hace mucho me citó fuera de Radley y le recuerdo que me dejó esperándola por más de tres horas. Nunca llamó ni pidió disculpas por haberme dejado plantada, y hoy nuevamente me está pidiendo salir... No creo eso posible- Yo solo me quedé atónita, no podía creer la forma en la cual me estaba hablando -Samantha, por favor cuide su forma de hablar; le recuerdo que dentro de esta institución yo soy superior a usted.- dije con seriedad, ella bajo la mirada y yo volví a hablar -Por favor llamé a la señorita Lauren y desaparezca por completo de mi vista, buen día- me di la vuelta nuevamente y continue leyendo "Después del funeral" mi libro favorito por mi escritora favorita, Agatha Crhistie. Nadie podía hablarme de esa forma y mucho menos en mi propia oficina. Estaba furiosa...


3:30 PM, Radley Sanitarium


Lauren se estaba tardando, hace más de una hora mandé a Samantha a que fuera por ella. Nadie podía hacer nada bien aquí, debía de buscarla por mi propia cuenta.

Salí de mi oficina y me dirigí a la planta de psicología. Al llegar me encontré a Samantha hablando con Lauren como si no estuvieran en un espacio de trabajo, como si esto fuera una plaza y ellas amigas de toda la vida, me acerqué -¿Interrumpo algo?- Ambas chicas voltearon a verme -Samantha, creo haberle pedido un favor y veo que ni para esto es buena. Mañana en mi oficina a las 10:00 AM; le recomiendo que traiga un par de cajas, solo por si acaso- Ella me miró sorprendida, se despidió de Lauren y de mí, para luego desaparecer a lo largo del pasillo. Jauregui comenzó a caminar en dirección contraria, no iría a ningún lado. -Tenemos que hablar- la tomé del brazo con un poco de fuerza ocasionando que ésta frenara su andar. Giró y se acercó a mi -Vayamos a su despacho, Doctora- Yo me quedé sorprendida y algo helada, esto no estaba nada bien -Allí podremos hacer las cosas con calma- susurró en mi oído y yo me alejé de inmediato -Perfecto, esto es algo que se debe hablar en privado- Traté de sonar lo más natural y relajada posible, Lauren no iba a obtener nada haciendo esa clase de cosas.


Al llegar a mi oficina, la señorita Jauregui tomó asiento junto a mí -¿Cómo podemos negociar?- preguntó ella con una sonrisa irónica -Eso que pasó, no es algo leve Doctora...- Maravilloso, mi paciente iba a comenzar a chantajearme; está en verdad demente si piensa que dejaré que eso ocurra -Bueno, creo que no es necesario el crear un punto fuerte contra usted, señorita Jauregui. Aquí ambas somos lo suficientemente maduras como para crear un "pacto unánime" ¿Qué desea?- Ella seguía sonriendo a medida que se acercaba a mi -Quiero que me responda algo- Yo solo asentí -Doctora Cabello, ¿Le gustan las mujeres?- No entendía a que venía la pregunta -Señorita Jauregui, creo que eso es algo personal ¿No cree usted?- Ella rió un poco y luego tomó una de mis manos, yo la miré extrañada -Camila, estabas viendo porno lésbico... ¿Qué te cuesta responder a eso? ¿Estás enclosetada?- Bueno ¿Quién carajos se cree que es? Es obvio que no soy lesbiana, vaya que está enferma -No Lauren, no estoy enclosetada porque no soy lesbiana; y sí, estaba viendo esa clase de vídeos pero eso no significa nada- Lauren volvió a reír, Dios, si que es un fastidio -De acuerdo, closetera- rió -Quiero ver a Dinah- ¿Dinah? ¿Qué tiene que ver Dinah con la conversación? -No creo que estemos hablando de eso, además, yo ya no coordino tus visitas- Acariciando mi mano se acercó por completo -Eso es lo que quiero a cambio de no decir nada, a menos que usted quiera que todos aquí sepan que los mismos dedos con los que "ánima" a sus pacientes, son los mismos que han estado en su vag...- No la dejé hablar más, era repugnante escucharlo de esa forma -De acuerdo Jauregui, Dinah vendrá pero será solo una vez- Ella se alejó y se puso de pie -Gracias Karla, sabía que podía tratar con usted- se acercó y posicionó un cálido beso en mi mejilla. Yo me levante y la dirigí a la salida donde estaba Mark, el jefe de seguridad de Radley -Llévala a psicología, que vuelva a su habitación- él asintió -Ah y Jauregui, yo estaré presente en su conversación- cerré la puerta sin poder ver tan siquiera su reacción, no quería más problemas por el día de hoy; necesito descansar...

Más Que Un Delirio Mental (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora